Han tenido que pasar 25 años de relación para que Rocío Carrasco y Fidel Albiac hayan tomado la decisión de pasar por vicaría. La pareja ha dado un paso muy importante en su idilio y, tal como han anunciado, se convertirán en marido y mujer antes de que finalice el año 2024. En realidad ya están casados -se dieron el 'sí, quiero' el 7 de septiembre de 2016-. Esta vez lo harán delante de un altar. Es el sueño que a la hija de 'la más grande' le quedaba por hacer realidad. Y lo hará tras cumplir 47 primaveras (su cumpleaños será el próximo 29 de abril). Es casi la misma edad a la que su madre, Rocío Jurado, contrajo matrimonio con José Ortega Cano. La tonadillera y el torero sellaron su amor en la finca Yerbabuena el 17 de febrero de 1995, cuando ella contaba con 50 años. El destino o la casualidad ha querido que madre e hija tengan una cita tan importante en plena madurez.
Rocío Carrasco y Fidel Albiac, felices al anunciar su boda por la iglesia
Sí, Rocío Carrasco jurará amor eterno a quien ha sido su fiel compañero como hacía tiempo que anhelaba. Ha esperado mucho tiempo, más del que imaginaba, pero por fin podrá ser la esposa de Fidel Albiac ante los ojos de Dios. "Ahora soy feliz, he aprendido que cuando las cosas son, son", explica en 'Lecturas', donde ha anunciado la feliz noticia.
Rocío Carrasco asegura en el citado medio que "siempre" ha sido una "persona muy disfrutona". Una cualidad que comparte con su desaparecida madre, a la que le encantaba organizar fiestas y reunirse con su gente. Prueba de ello es que el día de su boda con José Ortega Cano invitó a un total de 1.500 invitados. Una auténtica locura, teniendo en cuenta que solo los bolsillos más acaudalados pueden permitirse una lista tan extensa de asistentes.
Sirva como ejemplo, y a modo de comparación en lo que a grandes fastos se refiere, que en el enlace de los Reyes Felipe y Letizia estuvieron presentes 1.200 invitados. La de Chipiona fue más allá e incluyó a 300 personas más en su banquete que los mismísimos soberanos. No podía ser de otra manera: 'la más grande' lo hizo fiel a sí misma, a lo grande.
Fue un 17 de febrero de 1995 cuando la artista y el que fue su segundo marido se juraron amor para toda la vida. No fue un día cualquiera: fue una jornada histórica en los anales de la crónica social. Imposible olvidar aquel "estamos tan a gustito" que se arrancó a cantar el diestro, embriagado por completo de felicidad. Del mismo modo ha quedado grabado a fuego en nuestra retina el 'look' nupcial de la gaditana, diva y flamenca a partes iguales, quien lució un enorme moño falso envuelto en una redecilla a juego con su vestido, diseñado por Victorio & Lucchino. Toda una oda al folclore patrio.
El falso moño de Rocío Jurado (y el "estamos tan a gustito" de Ortega Cano) el día de su boda
Cuatro años después de aquella 'borrachera' de amor que copó todas las portadas, -en 1999-, llegaron a sus vidas los hermanos Gloria Camila y José Fernando, a los que pareja adoptó cuando tenían 6 y 3 años, respectivamente.
Cabe recordar que Rocío Jurado dio el 'sí, quiero' en dos ocasiones. La primera vez fue con Pedro Carrasco, padre de su primogénita, el 21 de mayo de 1976. Su matrimonio se disolvió 13 años después: se divorciaron el 4 de julio de 1989. Entonces se rumoreó sobre supuesta infidelidad de Carrasco e incluso se cuestionaron las preferencias sexuales del que fuera campeón mundial de boxeo. “No es cierto que haya dejado a Rocío por un hombre”, negó él mismo. La cantante salió en su defensa alegando que “Pedro no es homosexual. Es un macho y una gran persona”.
Al igual que su madre, Rocío Carrasco se ha casado un par de veces. Su primer enlace, con Antonio David Flores, tuvo lugar el 31 de marzo de 1996. Se convirtieron en marido y mujer en la ermita Las Vírgenes de la finca Yerbabuena.
Los llamativos estilismos capilares de Rocío Jurado y su hija en sus respectivas bodas
Curiosamente, el estilismo capilar de la novia fue tan llamativo que el moño nupcial XXL de la Jurado en su segundo bodorrio. Y es que, como muchos recuerdan, lució un llamativo postizo de bucles realizado con dos kilos de cabello de Perú de medidas exacerbadas: metro y medio de largo. Una creación del peluquero Ruphert tan desafortunada como sus uñas postizas y las lentillas que cubrían sus ojos de color marrón para convertirlos en falsamente azules. En definitiva, un derroche de complementos 'fake' que espantaría hasta el más estrambótico de los estilistas.
Amén de sus curiosos gustos sobre peinados y ornamentos personales, no cabe duda de que cualquier boda en el seno del clan Mohedano-Carrasco es motivo de felicidad... y genera un aluvión de titulares. Es otra coincidencia entre ambas: todo lo que han hecho es noticia.
Carrasco y Fidel Albiac celebraron su boda civil hace ya ocho años, en un emotivo enlace que celebraron después de más de 17 años juntos. Una ceremonia civil marcada por la ausencia de la familia de ella, que se celebró en la finca Valdepalacios, un hotel de cinco estrellas ubicado en Toledo en el que no vimos a ningún familiar cercano de Carrasco. La ausencia más notable fue la de sus hijos, Rocío Flores y David, con los que no se habla desde hace años.
Rocío Carrasco, arropada por el clan Campos en su boda civil con Fidel
Quienes sí estuvieron presentes en la boda civil de Rocío y Fidel fueron Terelu Campos y su madre, María Teresa Campos, gran amiga de Rocío Jurado, y quien tras la muerte de esta se convirtió en uno de los principales apoyos de la madrileña. Es muy probable que a su segundo enlace asista la malagueña, íntima de Carrasco.
Aún es pronto para conocer la lista completa de invitados, pero la colaboradora ya ha adelantado que asistirán los mismos amigos y allegados de su enlace civil... y alguno más. En esta ocasión está muy segura de que va a tirar la casa por la ventana. Por este motivo, aumentará la lista, ya que siente que tiene "mucho que agradecer" a las personas que han estado a su lado.
Ahora que cumplen un cuarto de siglo juntos, y habiendo superado los dos todo tipo de contratiempos, Rocío Carrasco y Fidel dan el paso definitivo en su relación. Todo apunta a que la fiesta será más multitudinaria que la que hicieron en su boda civil. La colaboradora tiene ganas de festejar su felicidad.