Dicen que detrás de un gran hombre suele haber una gran mujer. También detrás de grandes mujeres -o en este caso, a su lado- puede haber un gran hombre. Es el caso de Rocío Flores, quien lleva cuatro años de feliz relación con Manuel Bedmar. Un chico discreto al que suele mostrar con orgullo en sus redes sociales y que, sin embargo, prefiere mantenerse al margen de la fama que la rodea. Siempre en un segundo plano, el hombre que comparte su vida con la hija de Rocío Carrasco y Antonio David Flores es el principal apoyo de la joven, especialmente ahora que la hija de Rocío Jurado ha abierto la caja de Pandora al contar, después de 25 años de silencio, su verdad sobre sus conflictos con el malagueño y los motivos del prolongado distanciamiento con sus hijos.
Hace más de cuatro años que los caminos de Manuel Bedmar y Rocío Flores se cruzaron. Sin embargo, poco se conoce sobre él. Natural de Málaga, se sabe que le gustan los coches y el deporte. En especial el fútbol sala, una actividad que ha practicado durante su juventud. No en vano ha formado parte de un equipo municipal de su ciudad natal.
Manuel Bedmar, un joven discreto que huye de las cámaras
Hasta la fecha, sus únicas apariciones públicas han tenido lugar en dos ocasiones puntuales. Las dos se produjeron durante la emisión de 'Supervivientes 2020'. La primera fue cuando intervino telefónicamente ante las cámaras de Telecinco para enviar un brevísimo mensaje de ánimo a su chica mientras luchaba por sobrevivir en los Cayos Cochinos. La segunda vez superó su timidez para ponerse delante de las cámaras y recibir a Rocío en la final del 'reality' de Mediaset. Solo en estas dos ocasiones tan especiales hizo el esfuerzo de exponerse a los medios de comunicación para estar junto a su enamorada, ya que siempre huye de los focos.
Desde entonces, solo se le ha vuelto a ver cuando Rocío Flores postea alguna imagen a su lado o cuando los objetivos de los paparazzi lo pillan acompañando a la nieta de 'la más grande'. Pero si fuera por él no le veríamos el pelo... Lo suyo es demostrar su afecto en las distancias cortas. Y en la intimidad. Solo Rocío y los suyos saben cuán importante es Manuel en su vida. Es la persona que aporta mayor equilibrio y estabilidad a la madrileña, cada día más unida a él.
Comparten piso en Málaga desde septiembre de 2020
Hace poco tomaron una de las decisiones más importantes que puede dar una pareja. Abandonaron sus respectivos hogares familiares para emprender un nuevo proyecto juntos y montar su propio nidito de amor. Así, se animaron a comprar un precioso piso con vistas al mar en uno de los barrios más modernos de Málaga. Pagaron por él 250.000 euros, y no dudaron en compartir a través de las redes su felicidad. «Nueva etapa, y una nueva experiencia en nuestras vidas, y cómo no, siempre contigo", señalaba Rocío en su cuenta de Instagram.
Es precisamente en esta vivienda donde Rocío Flores ve cada domingo los nuevos episodios de 'Rocío: contar la verdad para seguir viva’, la docuserie biográfica de Rocío Carrasco que está levantando ampollas en el clan Flores. En el salón de su casa, acompañada de Manuel y ajena a todas las miradas, es donde la nieta de Rocío Jurado puede ver y escuchar a su madre, a la que no ve desde hace casi nueve años. Concretamente, desde el 27 de julio de 2012. Y aunque la situación no es nada fácil para ella, tiene el consuelo del amor incondicional de su pareja, quien está al pie del cañón y la acompaña cuando siempre que los ánimos se derrumban. No es de extrañar, pues, las palabras tan bonitas con las que la joven habla de su chico, a quien lleva "de la mano siempre". A quien eligió "porque me di cuenta de que encontraste mi punto débil y fuiste el único que encontró la forma de calmar este alma indomable". Y quien le ha enseñado una importante lección: que "la felicidad es una dirección, no un lugar".