Con la llegada de la Semana Santa y tras el tsunami mediático que ha provocado la maternidad de Ana Obregón, Alessandro Lequio y su mujer, María Palacios, se han escapado al municipio pontevedrés de Nigrán. En esta localidad, situada en el sur de la provincia de Pontevedra, el colaborador de 'El programa de Ana Rosa' y su familia buscan refugiarse del bombardeo constante de noticias que ha provocado la llegada de Ana Sandra al mundo. Durante su estancia en tierras de Galicia, la pareja no solo ha tenido ocasión de desconectar y de hacer piña en un momento en el que se sienten vulnerables de cara a la opinión publica. También han tenido tiempo de compartir buenos momentos con buenos amigos, que no han dudado en arroparlos en estos días convulsos. Uno de ellos es César Vidal, ex pareja de Sonsoles Ónega. Este jueves, el arquitecto ha compartido mesa y mantel con el italiano y su esposa en el restaurante Peixoto. El propio Lequio compartía una imagen de este encuentro que refleja la estrecha relación que mantienen.
Lo cierto es que César Vidal, hombre de perfil bajo a pesar de haber saltado a la popularidad por su idilio con Ónega, es una de las personas de confianza de Alessandro Lequio. No solo ha estado a su lado este miércoles en una agradable comida en una terraza con vistas al mar. En las últimas semanas también ha estado de manera incondicional a su lado. Vidal es una de las personas que nunca ha fallado al italiano. Y así ha quedado demostrado dentro y fuera de los focos.
Siempre discreto, es raro que el arquitecto se deje ver en público. La fama y los brillos, según nos deslizan a SEMANA personas del entorno de Lequio, no van con él. La última vez que estuvo presente en un acto delante de los focos fue el pasado 3 de febrero, cuando Ana Obregón presentó -sin la presencia de su ex- la Fundación Aless Lequio. Aquel acto, por cierto, estuvo empañado de ciertos sinsabores. Fue muy comentado el inesperado plantón de Lequio, quien alegó en primer lugar haberse contagiado del covid para justificar su ausencia. Días después explicó que en realidad estaba resfriado y que se encontraba mal. Pero aquello levantó algunas sospechas. Muchos pensaron que quizás esa 'no asistencia' escondiera desavenencias entre Lequio y Obregón... Cosa que, a día de hoy, parece un hecho.
Volviendo al acto inaugural de la Fundación... César Vidal estuvo allí. ¿El motivo? En su firme compromiso con Lequio, Vidal fue el el encargado de diseñar de manera altruista la sede de esta organización sin ánimo de lucro. Una prueba irrefutable del enorme afecto que siente por el de Lausana. Tan bien que se llevan que el colaborador de Telecinco medió para que su amigo conociera a Sonsoles Ónega. Sus labores como celestino tuvieron éxito, ya que ambos estuvieron saliendo durante dos años.
César Vidal nunca ha hecho declaraciones a los medios de comunicación. No lo hizo estando con Sonsoles Ónega. Tampoco lo ha hecho para contar qué vínculos lo unen al colaborador de 'El programa de Ana Rosa'. Ni falta que hace. El apoyo, dicen, se demuestra con hechos, no con palabras. Y es exactamente en lo que ambos se han centrado: en seguir adelante con una amistad muy sincera y profunda en la que basta un cruce de miradas para saberlo todo el uno del otro. O un brindis con Albariño para celebrar los pequeños grandes momentos de la vida. Que es justo lo que Lequio necesita ahora para superar todo aquello que le disgusta y le conmueve del universo Obregón.