Ana Obregón ha conmocionado a toda España al revelar que su hija Ana Sandra es su nieta. La pequeña, nacida el pasado 20 de marzo en el Memorial Regional Hospital de Miami, es nieta también de Alessandro Lequio. Antes de confirmarse que el italiano es el abuelo de la pequeña, este ha hecho las maletas y ha partido rumbo a Galicia para disfrutar de la Semana Santa junto a su mujer, María Palacios, y la hija que tienen en común, Ginevra. Se han marchado concretamente al municipio pontevedrés de Nigrán. Allí, como cada año, han encontrado el refugio perfecto en el que alejarse del vendaval mediático que los ha azotado desde que se hiciera público que la presentadora ha sido madre a los 68 años. En las costas de Galicia, el colaborador de 'El programa de Ana Rosa' y su familia buscan un poco de paz y se silencio tras una semana de intenso bombardeo de titulares en los medios de comunicación.
Nigrán, un municipio que forma parte de la Comarca de Vigo y que está integrado en su área metropolitana, en el sur de la provincia de Pontevedra, es el rincón al que Lequio acude cada verano -y cada vez que tiene ocasión- para descansar y desconectar del mundanal ruido. Estos días tiene especial motivo para estar allí. Según ha podido conocer SEMANA por personas de su entorno, las informaciones sobre su hijo Aless le han removido muchas emociones. Todo lo que ha sucedido a raíz del bombazo de Ana Obregón se le ha hecho "cuesta arriba" y solo quiere "cerrar heridas, no abrirlas de nuevo". Nos dicen quienes lo conocen que "solo quiere que su hijo deje de ser actualidad”. Tal y como están las cosas, es difícil que se cumplan sus deseos.Hace apenas unas horas, el nombre de su hijo Aless volvía a copar todos los titulares cuando Ana compartía una carta dedicada a Aless en sus redes sociales. En ella le prometía a su hijo que se hará cargo de la pequeña Ana Sandra poniendo todo su empeño y todo su amor. "Cuando la abrazo siento una emoción indescriptible, porque es como si volviera abrazarte otra vez. Te juro que la cuidaré con el amor infinito que tengo para dar y tú desde el cielo me ayudarás", dice en su perfil de Instagram.
Mientras Ana cuida de la recién nacida a orillas del Cantábrico y proclama su amor por su hija (y nieta) a orillas del Atlántico, desde su apartamento en North Miami Beach, Lequio busca 'guarecerse' del foco mediático en el Cantábrico, en una localidad de unos 18.000 habitantes que dista 98 kilómetros de Santiago de Compostela por autopista, 20 de la frontera con Portugal y 10 de Vigo. El italiano, amante de su intimidad y, por encima de todo, de su familia, ha encontrado en Nigrán el sitio en el que recargas las pilas tras días de auténtica locura. No lo está pasando bien, tal y como nos señalan desde su círculo íntimo: "Está fastidiado y preocupado". Él mismo ha señalado a sus allegados: "Me estoy enterando de cosas de las que no estaba al tanto". Este miércoles se ha dejado ver junto a María en Peixoto, un conocido restaurante con vistas al mar, situado en su localidad favorita. Los acompañaba un grupo de amigos.Por su parte, María Palacios, es su principal apoyo en estos momentos. Y ella, tal y como deslizan desde su entorno a SEMANA, no está nada satisfecha con la manera en la que se han gestionado algunos asuntos. "Está cabreadísima, muy disgustada" por cómo se han desarrollado las cosas, nos cuentan a esta revista. "Cree innecesaria esta sobreexposición mediática en un asunto tan delicado y familiar. Y está viendo sufrir muchísimo a Alessandro Lequio con todo esto". Por suerte, estos días en Galicia les sirven como bálsamo para recuperarse de hechos que han vivido como un verdadero azote y que les han provocado sentimientos encontrados.