El italiano y su mujer han visitado a Ana Obregón en su domicilio de Madrid para arroparla tras la muerte de su hijo Álex, al que enterraron el fin de semana.
Alessandro Lequio y su mujer, María Palacios, se han trasladado esta tarde al domicilio de Ana Obregón para acompañarla en estas horas tan difíciles. Tras la muerte de su hijo Álex Lequio, de 27 años a consecuencia de un cáncer, el italiano se ha volcado en arropar a la presentadora, destrozada tras perder a su único vástago. En estos difíciles momentos, en que no encuentran consuelo para su dolor, Alessandro está siendo el mayor apoyo para Ana.El fin de semana enterraron a su hijo y ahora toca reponerse, en la medida de lo posible, de unos días tan duros. El colaborador de 'El programa de Ana Rosa' y su esposa no quiere dejar sola a Ana, a quien visitaba en solitario en su casa por la mañana.
Alessandro, con la gorra hacia atrás, como su hijo Álex
Con la tristeza reflejada en su rostro, Alessandro llegaba al domicilio de la presentadora en la urbanización La Moraleja, a las afueras de Madrid, sentado en el asiento del copiloto. María, con el semblante serio, conducía el vehículo. Una vez más, el italiano lucía una gorra hacia atrás, el mismo 'look' que solía llevar su hijo. También llevaba chaqueta y una sencilla camiseta de algodón, que eran las prendas habituales de Aless.
Ana y Alessandro, una piña
A pesar de llevar gafas de sol oscuras, la mirada de Lequio se intuye profundamente triste. En estas circunstancias, nada ni nadie puede aliviar su pena. Tanto a Alessandro como a Ana solo les queda estar juntos en todo momento y hacer piña. Es lo que llevan haciendo desde el pasado 13 de mayo, cuando Aless perdía la batalla contra el cáncer después de dos años de intensa lucha contra la enfermedad.
La mirada triste de Alessandro
Hace apenas unas horas, en la mañana del lunes, Alessandro visitaba a Ana en su residencia. En aquella ocasión lo hacía en solitario, conduciendo su propio vehículo. Su mirada perdida no podía ocultar su pesadumbre. A sus 59 años ha recibido el golpe más duro de su vida. A lo largo de estos dos años de batalla contra el cáncer, tanto él como Ana (65) se han mantenido esperanzados en todo momento. Pelearon junto a su hijo contra el cáncer. Lo hicieron con uñas y dientes, y mostrando siempre una actitud positiva. Pero, tristemente, Aless perdía el combate en un centro hospitalario de Barcelona, donde pasó sus últimos dos meses rodeado de sus padres, que no lo han dejado solo ni un instante.