El Príncipe Harry y Meghan Markle han hecho una parada en su viaje camino a La Haya, donde está previsto que acudan a los Juegos Invictus, para visitar a Isabel II.
Ahora que la prensa británica especula de nuevo con el estado de salud de Isabel II, ausente en la misa de Jueves Santo y que tampoco estará presente en el servicio de Pascua del próximo domingo 17 de abril en la capilla de San Jorge en el castillo de Windsor, los británicos han amanecido con una importante noticia. Y es que, contra todo pronóstico, el príncipe Harry y su mujer, Meghan Markle, han aterrizado en Londres desde Los Ángeles, donde tienen fijada su residencia, para hacer una visita exprés a Isabel II. Esta no acudirá a los actos donde se la esperaba esta Semana Santa por estar de baja tras sus recientes problemas de movilidad y el «agotamiento» que arrastra desde que superara la covid-19, así que ha recibido con enorme alegría la inesperada llegada de su nieto.
Es la primera vez que los duques viajan a Europa tras el 'Brexit'
Según ha confirmado el portavoz de los duques de Sussex al diario británico 'The Sun', la pareja ha aprovechado su viaje a Europa para hacer una parada y saludar a la soberana. El matrimonio tiene previsto ir a la ciudad holandesa de La Haya para presidir la inauguración de los Juegos Invictus. Se trata de su primer viaje a Europa después del polémico 'Brexit', cuando anunciaron "dar un paso atrás" y desvincularse de la Familia Real británica y dejar de ser "miembros activos" de la misma para vivir su historia de amor fuera de la capital británica, en enero de 2020, y cuya salida se hizo efectiva en marzo de ese año.
Así, el hijo pequeño del príncipe Carlos se ha reencontrado con su abuela, aquejada de diversos problemas de salud, junto a su mujer. En esta visita que a todos ha pillado por sorpresa, ambos ha coincidido también con el Heredero al Trono durante su visita al Castillo de Windsor.
El príncipe Harry y Meghan no asistieron al funeral del duque de Edimburgo
Cabe recordar que Harry no asistió al funeral del mes pasado por su abuelo, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, quien murió en abril del año pasado. Los motivos de su ausencia se debieron a un desacuerdo con el gobierno sobre la protección de la seguridad y que fue considerado un desplante a su abuela.
El príncipe pretende que la Policía Nacional le proteja cuando acuda a su país, y aún batalla por conseguir que le permitan pagarse él mismo un dispositivo policial, ya que desde Ministerio del Interior insisten en que la seguridad policial “no está disponible sobre la base de una financiación privada”.
De momento se desconoce si en este viaje los duques han estado acompañados de sus hijos, Archie, que está a punto de cumplir los tres años, y Lilibet, de diez meses, o si por el contrario la pareja han dejado a los pequeños en el continente americano y han viajado en pareja al viejo continente.
La reina, que cumplirá 96 años a fines de este mes, no ha asistido este jueves al servicio anual de Maundy en la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor. Tampoco asistirá al servicio del domingo de la Pascua en Windsor, lo que vuelve a desatar la preocupación por su estado de salud.