Continuamente las casas de subastas más importantes del mundo sacan a subasta piezas de joyería exquisitas que acaban siendo adjudicadas a aquellos dispuestos a pagar por ellas cantidades indecentes de dinero. Lo que no es tan común es que las piezas a subastar tengan detrás historias tan excepcionales como una pieza que ha subastado esta semana Sotheby’s. Aunque esta prestigiosa casa de subas sí ha puesto en el mercado otras veces piezas de alta joyería de relevancia histórica.

Esta semana Sotheby’s ha subastado 170 lotes de joyas perteneciente a nobles europeos y en algunos casos, provenientes de casas reales como la de Bulgaria, ya extintas. Entre estos lotes había tiaras, anillos, broches, colgantes, gargantillas, piezas de Babergé y  una pieza absolutamente excepcional: un gran collar de diamantes que podría ser la chispa que encendió la Revolución Francesa y costó el cuello a María Antonieta.

Este increíble collar llegó a Sotheby’s a través de la colección privada de un gran tenedor asiático, pero antes perteneció a la Marquesa de Anglesey y según la propia web de la casa de subastas es “una sublime superviviente de la opulenta vida cortesana de la era georgiana, definida por su pompa y esplendor y su gran tradición joyera”. 

Testigo de dos coronaciones

La última dueña conocida de este collar de diamantes fue Marjorie Paget, Marquesa de Anglesey, que tenía una notable colección de joyas de este estilo ya que la joyería era una de sus principales pasiones. Esta espectacular pieza era una de sus favoritas y la lucía en cada ocasión que podía, además, debido a su versatilidad la vestía anudada como un colgante o como parte de un corpiño. Dos de las ocasiones en las que se dejó ver llevando el collar fue en las coronaciones de Jorge VI e Isabel II.   

Los Marqueses de Anglesey en la coronación de Isabel II en 1953.

Los Marqueses de Anglesey en la coronación de Isabel II en 1953. La Marquesa, en el centro, luce el collar Anglesey.

Gtres

Según la propia web de Sotheby’s “Sir Cecil Beaton fotografió a Marjorie Paget con el collar de Anglesey, como se lo conocía entonces, capturando no solo la belleza, versatilidad y atemporalidad de la joya, que complementaba a la perfección las modas de la época, sino también la lujosa y fastuosa vida social del período de entreguerras”. Beaton era el fotógrafo de cabecera de la Casa Real, encargado de realizar los retratos oficiales de los miembros de la misma en todo tipo de ocasiones: cumpleaños, jubileos, bodas, etc. El precio de salida del collar era de 1.200.000 francos suizos y terminó vendiéndose por 4.800.000. Y hasta aquí todas las certezas que tenemos sobre la pieza de joyería en cuestión, ahora recogemos lo que se cree que puede ser parte del pasado de la misma.

La chispa de la Revolución Francesa

En los albores de la Revolución Francesa hubo una trama en la que se vio envuelta la Reina María Antonieta y que tenía como otro de los protagonistas a un collar de similares características al que ahora Sotheby’s ha vendido. Este episodio de la vida de María Antonieta fue clave para que fuera percibida por parte de los franceses como una auténtica derrochadora, percepción que ha llegado hasta nuestros días. Esta historia comienza cuando la casa de joyería Boehmer&Basenge creó un collar que, por sus increíbles características, contaba con más de 600 diamantes, era prácticamente únicamente vendible a la realeza. Los joyeros, que habían creado otras piezas para María Antonieta, ofrecieron a la reina el collar, pero la mujer de Luis XVI descartó adquirir la pieza por su elevado precio.

Boceto original del collar creado por Boëhmer & Bassenge. 

Boceto original del collar creado por Boëhmer & Bassenge 

Museo MET

Poco después de que la Reina rechazara la compra de la desorbitada pieza, un día se presentó en el estudio de los joyeros un cardenal dispuesto a comprarla. Detrás de aquel extraño movimiento había un complot montado por Jeanne de Valois-Saint-Rémy, Condesa de La Motte. La Condesa era todo un personaje y estaba como loca por pasar a formar parte del entorno más cercano de la Reina, pero María Antonieta no presentaba interés alguno en añadirla a su círculo. Ante esta imposibilidad de poder llamar amiga a la Reina, la Condesa decidió comenzar a mentir en cada ocasión que podía asegurando ser íntima de la mujer de Luis XVI. Al mismo tiempo, Jeanne, que era una buscavidas, urdió un plan para devolverle a la Reina la bofetada de no querer ser su amiga.

Con la ayuda de una actriz que se hizo pasar por María Antonieta en varias ocasiones embaucó a un cardenal de Rohan para que pensase que la Reina estaba perdidamente enamorada de él. En uno de esos encuentros nocturnos en los que la actriz encarnaba a la monarca, la supuesta María Antonieta le pidió al cardenal que le comprara el collar como muestra de su amor. El pobre infeliz del cardenal fue raudo y veloz a comprarlo y para cuando el pastel se descubrió el collar ya había sido vendido por la Condesa en Londres. Cuando aquello trascendió a la opinión pública lo hizo salpicando de lleno a María Antonieta, que a pesar de no haber estado involucrada fue señalada como la ideadora de la maniobra y como una mujer que además de adultera, derrochaba el dinero en joyas de ese tipo. Este episodio fue una de las chispas que terminaron por encender la llama de la Revolución Francesa que con la subasta del collar de Anglesey vuelve a estar de actualidad.