Si algo ha quedado claro, es que la Familia Real británica no está dispuesta a que ninguno de los escándalos del Príncipe Andrés salpique a la Corona. Para reforzar la confianza de los ciudadanos en la institución, la Reina Isabel comenzó a llevar a cabo ciertos movimientos que eximían a su hijo de toda responsabilidad relacionada con la monarquía. Le quitó todos los títulos militares y patrocinios reales, y ahora, el Rey Carlos ha continuado con su legado y ha retirado a su hermano un privilegio muy importante.

El Rey Carlos III, a las puertas de Windsor

El Rey Carlos III, a las puertas de Windsor

Gtres

El Príncipe Andrés se quedará sin servicio de seguridad a partir de noviembre

Tal y como ha podido saber The Sun, Carlos III tiene previsto eliminar el servicio privado de seguridad del Príncipe Andrés a partir de noviembre. Al parecer, el monarca británico informó a los miembros del equipo de seguridad del duque de York de que sus servicios no serían necesarios a partir del mes mencionado: “Todo el mundo especula si esto significa que el duque tendrá que abandonar Royal Lodge, porque, ¿qué otra razón habría para eliminar su seguridad?”, revelaba una fuente de Palacio al medio citado. 

Los múltiples movimientos del Rey Carlos para alejar a su hermano de la Corona británica

Según esta persona ha confesado a The Sun, “no es un secreto” que el Rey Carlos quiere fuera de Royal Lodge al Príncipe Andrés, y también de cualquier cargo que tenga relación con la Corona. De hecho, a principios de este 2024 pudo saberse que el duque de York rechazó tajantemente moverse de su residencia habitual a Frogmore Cottage, pues al parecer, habría firmado un contrato de arrendamiento de 75 años sobre su mansión en el año 2003. Los informes en cuestión indicaban que el duque sería quien tendría que hacerse cargo de los costes de mantenimiento y de seguridad de Royal Lodge si quería seguir viviendo allí, pero lo cierto es que sus ingresos no son tan altos como para seguir ese frenético ritmo de gastos.

El Príncipe Andrés montando a caballo

El Príncipe Andrés montando a caballo.

Gtres

Sea como fuere, si algo está claro es que, para el Príncipe Andrés, Royal Lodge es su hogar, y no está dispuesto a abandonarlo bajo ningún concepto. Tanto él como Sarah Ferguson temen ser echados de allí por el Rey Carlos. De hecho, un amigo indicó en The Times que el duque de York se había convertido en un “prisionero de su propio orgullo”, que se niega tajantemente a acatar los deseos del soberano británico. Incluso aunque esos anhelos pudieran llegar a ser mejores para él, que apenas puede hacerse cargo de los gastos que conlleva una mansión con 30 habitaciones. 

Sin embargo, y aunque por muchos es considerado un palacio, Royal Lodge es “una gran casa de campo”. Así la definía Ingrid Seward, que daba más detalles sobre el interior del hogar que el Príncipe se niega a abandonar: “El interior es de elegancia clásica y está lleno de hermosos muebles y alfombras antiguas. Además, sobre la pared cuelga una pantalla de televisión gigante del Príncipe Andrés junto a fotografías de la colección real”. Por si fuera poco, “siempre hay flores frescas en las habitaciones principales, y hay un hermoso jardín bien cuidado con piscina”. Un detalle del que, a buen seguro, se encarga el duque de York. Por otro lado, también hay alojamiento para la policía que se encarga de la seguridad, aunque a partir del próximo mes de noviembre, esta no será necesaria, a no ser que Andrés esté dispuesto a pagarla de manera privada. 

 

El duque de York se refugia en Royal Lodge en su momento anímico más complicado

Dadas las polémicas que han salpicado directamente al hijo de la Reina Isabel en los últimos años, este ha adoptado una postura mucho más hermética ante los medios de comunicación. Sus salidas públicas son cada vez menores, y para lo único que abandona su casa es para montar a caballo: “Él va a montar a caballo todos los días desde las caballerizas reales en el castillo de Windsor, y ese pasatiempo lo está ayudando a salir de casa (…) Ha dejado de intentar demostrar su inocencia ante los tribunales y, en cambio, se concentra en mejorar su estado de ánimo”, confirmaba Ingrid.

 

De esta manera, queda constancia de que el Príncipe Andrés no atraviesa su mejor momento a nivel anímico. La muerte de Isabel II supuso un verdadero mazazo para el duque de York, pues era uno de los pilares fundamentales de su vida y gran apoyo pese a las circunstancias. Sin ella a los mandos de la Corona, el hermano del Rey Carlos ha visto cómo su papel en la monarquía iba decayendo por momentos. Hasta el punto de que el monarca está dispuesto de echarle del que ha sido su hogar durante tantos años, para proteger la imagen que da la institución a otros países del mundo.