Carlos III se enfrenta a sus segundas Navidades como Rey de Inglaterra y lo hace en un momento complicado no solo para él, también para el resto de los miembros de su familia. En las últimas semanas, en medio de su annus horribilis, tanto él como su mujer, la Reina Camilla, han tenido que llorar la pérdida de un ser muy querido.
Debido a esto, el padre de los Príncipes Guillermo y Harry ha querido reflejarlo en la decoración navideña de Highgrove House, la casa de campo favorita del monarca y donde se veía a escondidas con su actual mujer.
La casa de campo del Rey Carlos III está más que preparada para la llegada de la Navidad. Y lo hacen con un desgarrador y sentido homenaje a Beth, la perrita de la Reina Camilla que tuvo que ser sacrificada debido a un tumor hace tan solo una semana. En concreto, en los árboles de Navidad podemos encontrarun adorno con forma de la querida Jack Russell. Un simpático detalle que han incorporado a la tienda de Highgrove House este año. También encontramos el de Bluebell, la otra mascota real y que Camilla adoptó para que le hiciera compañía a Beth.
Estos dos adornos navideños están fabricados con hilos de metal dorado y lentejuelas. Tienen un precio de 12,95 libras esterlinas (15,50 euros) cada una y llegaron a la tienda de la casa de campo el pasado mes de septiembre. Sin embargo, ahora cobran mucha más relevancia tras el fallecimiento de Beth.
La Reina Camilla tiene especial devoción por los dos perros que adoptó. Tanto es así que los quiso incluir en su vestido de la coronación. En él se pudieron ver emblemas de Beth y Bluebell a modo de bordados dorados.
Estas nuevas decoraciones llegan mientras que el personal de Highgrove, situado en Gloucestershire, se prepara para recibir al público para las celebraciones en Orchard Room. Se trata de un espacio de entretenimiento exclusivo que hay en la propiedad y en donde se puede almorzar días antes de Navidad. Hay que recordar que fue aquí donde se vio a Kate Middleton por primera vez tan solo unas semanas después de que anunciara que padecía cáncer.
Toda la decoración ha seguido la clara apuesta del Rey Carlos III por la sostenibilidad. En este sentido se pueden ver adornos de papel, purpurina de origen vegetal y flores hechas con papel reciclado. Además, también se han incorporado luces LED de bajo voltaje. Lo que más llama la atención de la vivienda es la pareja de cascanueces gigantes, con sus uniformes pintados del color de los guardias reales, que hay en una de las entradas de la casa de campo.
También se ha renovado la casa de árbol de la propiedad, que se construyó para los Príncipes Guillermo y Harry cuando eran niños, y ahora presenta un nuevo techo de paja. Todos los fondos que se recauden irán destinados a la organización benéfica del Rey de Inglaterra.
La especial relación de la Reina Camilla con su perrita Beth
El pasado 18 de noviembre, Buckingham emitía un comunicado en el que anunciaban que, tristemente, habían tenido que sacrificar al Jack Russell terrier debido al tumor intratable que padecía. "Una triste despedida para Beth, la querida compañera de la Reina de Battersea Dogs and Cats Home, que ha traído tantas alegrías, ya sea en paseos, ayudando en deberes oficiales o acurrucada junto al fuego", escribían.
Beth fue adoptada en 2011 junto a Bluebell, la otra perra de la pareja. Ambos han sido protagonistas de algunos de los momentos más importantes del matrimonio. Como por ejemplo en 2020, cuando tanto el Rey Carlos como la Reina Camilla celebraron su 15 aniversario de bodas. También, la perrita se convertía en la protagonista del posado de la Reina Camilla por su 75 cumpleaños. La fiel compañera de la mujer del Rey de Inglaterra le ha acompañado a varios actos. Tanto es así que en uno de ellos fue la perrita quien se encargó de desvelar una placa para inaugurar oficialmente las nuevas perreras de una organización benéfica para animales.
La Reina Camilla se enamoró perdidamente de Beth nada más verla en la protectora de la que es patrona. Aseguró en un programa de radio de la BBC que cuando la vio por primera vez la perrita acababa de llegar al refugio tras ser abandonada. Poco después adoptaban a Bluebell, su otro Jack Russell terrier. "Pensamos que sería bueno tener una amiga. Dos o tres semanas después, la encontraron perdida en el bosque, a punto de morir", revelaba.