La desaparecida Isabel II continúa siendo muy recordada. Muchos comparan, de forma inevitable tras 70 años con la corona, su reinado con el de su hijo y en la comparación Carlos III sale perdiendo por goleada. En los dos años que han pasado desde su muerte las cosas han cambiado mucho, demasiado para los nostálgicos de la estabilidad del reinado de Isabel II. La familia Windsor atraviesa uno de los momentos más delicados de su historia. El Príncipe Enrique, por cuarto año consecutivo fuera de los planes navideños de la familia, los Reyes Carlos y Camilla enfermos, la Princesa de Gales atravesando un cáncer y el Príncipe Guillermo entre rumores de distanciamiento con su padre.
Los años en los que Isabel II ejercía de paraguas sobre el que se guarecía la familia al completo llegaron a su fin y ahora la Familia Real Británica se parece más a un “sálvese quien pueda” o a la “familia real titánica” que dice Nuria Marín por aquello de chocar contra un iceberg y hundirse… Sea como fuere, todavía son muchos los detalles de la vida de la desaparecida monarca que no conocemos a día de hoy y que se van publicando y desclasificando poco a poco. Hace unas semanas salía a la luz el alivio que la Reina sintió al final de su vida cuando Boris Johnson presentó su renuncia como primer ministro al darse cuenta de que no se encargaría él de organizar su funeral. Ahora, ha trascendido uno de los fabulosos regalos que recibió el día de su boda con Felipe de Edimburgo.
Una boda con una renuncia a un apellido y un regalo increíble
El 20 de noviembre de 1947, la entonces princesa heredera del Reino Unido, Isabel Windsor le dio el “sí, quiero” a su enamorado, Felipe, que había adoptado el apellido “Mountbatten” para dejar atrás todo rasgo de su pasado alemán. Lo que nunca pudo dejar atrás fue el hecho de que su padre y sus hermanas apoyaran al régimen nazi, de hecho, sus hermanas se casaron con íntimos amigos de Hitler. Aquella boda, que despertó las suspicacias de muchos, supuso una promesa de continuidad para la corona y más pronto que tarde, la joven princesa se convirtió en Reina, en concreto la Reina con el reinado más largo de la historia del Reino Unido.
Como en todas las bodas reales, muchos fueron los asistentes, incontables las casas reales representadas y abundantes los regalos de todo tipo. Ahora uno en concreto acapara la atención de los medios al conocerse la astronómica cifra que alcanza su valor monetario. Uno de los asistentes más estrafalarios, el Nizam de Hyderabad, agasajó a la Princesa Isabel con uno de los regalos más impresionantes que recibió en su vida: barra libre en Cartier para diseñar y confeccionar una tiara y un collar a juego. ¿El resultado? Una diadema con tres broches desmontables y un espectacular collar con un valor de más de 83 millones de euros.
Los detalles de las exclusivas piezas del joyero de Isabel II
Desde su creación han sido dos de las joyas que más veces lució la Reina Isabel II, especialmente en su juventud. La diadema creada en platino, con brillantes y diamantes de Cartier en forma de hojas era una auténtica obra maestra con detalles florales que podían desmontarse en tres broches con forma de rosa que la monarca lucía cada vez que tenía ocasión. Ya en su madurez, Isabel II mandó desmontar la increíble pieza de joyería para reutilizar las piedras preciosas en la tiara Burmese Ruby. Esa es la razón por la que no se ha vuelto a ver a ningún miembro de la Familia Real Británica luciendo esta espectacular diadema.
Por su parte, el espectacular collar corrió mejor suerte. La fabulosa pieza de Cartier tiene 300 diamantes de Cartier engastados en platino lo que hace de ella uno de los collares más llamativos del joyero de Isabel II. Actualmente la pieza pertenece a Camilla como Reina del Reino Unido. Aunque forme parte del joyero destinado a la monarca, la mujer de Carlos III aún no ha lucido esta pieza de Cartier, a la que sí hemos podido ver llevándola en varias ocasiones es la Princesa de Gales, Kate Middleton. Concretamente lo lució por primera vez en el año 2014 para asistir a la gala anual de la Galería Nacional de Retratos y de nuevo se decantó por este espectacular collar en diciembre de 2019 para completar su look en la Recepción Anual de la Reina a los Cuerpos Diplomáticos. Uno de los detalles más especiales de este collar es que 13 de los diamantes de mayor talla engastados en la pieza están cortados como esmeraldas, algo poco usual y que añade valor a la joya.