Dice un conocido proverbio árabe que “la crueldad es la fuerza de los cobardes” y muy posiblemente la protagonista de esta historia pueda dar buena cuenta de ello. Hace no muchos años en el vecino reino de marruecos se vivieron jornadas festivas para casar a su monarca con una joven casi desconocida. Aquella unión supuso un puñado de primeras veces para el hermético país que el monarca gobernaba con mano de hierro y una suerte de promoción internacional de nueva imagen de monarquía renovada. Tanto el matrimonio como la imagen renovada durarían más bien poco.
La joven, 14 años más joven que el rey, era una chica del siglo XXI, ingeniera de carrera y con aspiraciones que iban más allá de lo común entre las mujeres de su generación en Marruecos. Mohamed VI, el monarca alauita que se casaba en el ejercicio de su reinado, llevaba años conviviendo con rumores sobre su soltería y presiones para acallarlos con una boda. Aquella entente cordial dio como resultado un matrimonio que duró dieciséis años y trajo dos herederos. Hoy, 23 años después, repasamos esta historia de reyes y princesas donde nada es lo que parece y la mujer del rey acaba huyendo por la puerta de atrás para escapar de la infelicidad y alguna cosa más.
Momahed VI y Lalla Salma en una instantánea el día de su boda
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La esperanza de Marruecos
Era marzo de 2002 cuando supimos que el rey de Marruecos había contraído matrimonio en una intima ceremonia en el palacio real de Fez y ante autoridades religiosas, como manda la tradición. El escueto comunicado de palacio solamente desvelaba el nombre de la que, a partir de ese momento, pasaría a ser conocida como la mujer del rey, Salma de la que únicamente decían que era “una perla radiante de castidad, virtud y nobleza”. La boda cumplió con todas las tradiciones: primero antes la autoridades y semanas después, tres días de celebración con asistencia de otros monarcas y mandatarios. Salma era una joven de Fez que había sido criada por su padre, su madre murió cuando ella y su hermana eran aun muy pequeñas. Había estudiado la carrera de ingeniería y trabajaba para una empresa que curiosamente pertenecía a la familia real.
Desde el principio el matrimonio real se vio como una esperanza de renovación, como un paso hacia el siglo XXI, un acercamiento a monarquías europeas que podía traer al país un cierto progreso. ¿Por qué se vio así? Porque hasta el momento, en doce siglos de monarquía alauita, nunca se había dado a conocer la identidad de ninguna esposa del rey, tampoco se le había dado estatus de “mujer del rey”, eran sencillamente "las madres de los príncipes". Además, también era la primera vez que un monarca marroquí renunciaba a tener más de una esposa. Después de su boda la joven pasó a ser conocida como Lalla Salma y empezó a desarrollar tareas de primera dama. Por primera vez una mujer de un rey alauita tenía estatus de reina y una agenda oficial en solitario. Lalla le dio a Mohamed un heredero en el año 2003, Mulay Hasán, y una segunda hija en el año 2007, Lalla Khadija.
El fin de la esperanza
Durante algún tiempo el matrimonio funcionó como un equipo en el desempeño de sus funciones institucionales como reyes de Marruecos, todos recordamos su buena sintonía con la reina Letizia durante la visita oficial de los reyes a Marruecos en 2014, pero pronto comenzaron los rumores de distanciamiento y problemas en el matrimonio real. Todo salta por los aires cuando en febrero de 2018 el rey Mohamed VI es intervenido de urgencia en París por una arritmia cardiaca como resultado de la sarcoidosis que padece y al trascender la noticia a la prensa y a la opinión pública todos puedes constatar que el monarca está acompañado de sus hermanas y sus hijos, pero no de su mujer. ¿Dónde está Lalla Salma?
La reina Letizia y la princesa Salma en la visita oficial de los reyes de España a Marruecos en 2014
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Lo cierto es que para ese entonces llevaba sin saberse nada de la princesa real de Marruecos desde el 12 de diciembre de 2017. Ninguna aparición, ninguna imagen, ninguna noticia, nada. En marzo de 2018 la revista Hola anunció el real divorcio de Mohamed VI y Lalla Salma, pero nunca ha habido confirmación oficial. Desde ese momento más secretismo todavía ha envuelto la figura de Salma, de quien se decía que vivía recluida y sin libertad de desplazamientos en un pabellón del palacio real de Rabat. A la vez que las esperanzas en el papel renovador de Salma en la monarquía alauita se esfumaron también fue creciendo el descontento del pueblo en la figura de su rey. Recordemos que durante el devastador terremoto de 2023 donde murieron casi 3000 personas, Mohamed VI se encontraba en París y tardó días en dejarse ver por su reino.
Salma aparece siete años después de su fundido a negro
Salma convertida ya, supuestamente, en una mujer libre vive su vida en la más absoluta intimidad. Poco o nada se sabe de su día a día, ni siquiera se tiene constatación oficial de donde está fijada su residencia o de si se encuentra bien de salud. Desde su última aparición pública, en diciembre de 2017 visitando una exposición, no se habían obtenido de ella imágenes en movimiento ni fotografías nítidas. Se había hablado de que se la había visto en Nueva York, en Portofino, en una isla griega en la que se había comprado una mansión, pero nunca se había podido sostener el relato con pruebas evidentes.
Lalla Salma en la boda del gran duque de Luxemburgo en 2012
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Ahora, por primera vez en siete años, se ha viralizado un vídeo en el que se puede ver de forma nítida a la princesa Salma en compañía de sus hijos y un séquito de seguridad paseando por las calles de Chora, la capital de la isla de Míkonos. Con estas imágenes se pone fin a todo tipo de especulaciones que habían llegado a poner en duda si la princesa seguía con vida. La realidad parece indicar que quien un día fue vista como la gran esperanza de una monarquía que parecía querer abrirse al mundo vive ahora sus días como un fantasma incómodo para un régimen que vive cerrado sobre sí mismo.