Charlène de Mónaco ha sido para muchos una princesa infeliz. Tanto que durante varios meses desapareció de la faz de la tierra, desconectando de la opinión pública y renunciando por completo a su agenda. Una reclusión que forma parte del pasado, tal y como demuestran los últimos movimientos de la antigua nadadora sudafricana. Y es que algo ha cambiado en la royal, dejando ver cuáles son sus luces, pero también sus sombras.
Así lo analiza la psicóloga, Lara Ferreiro, para SEMANA, quien nos señala el giro de 180 grados que ha experimentado la esposa del príncipe Alberto de Mónaco. Sobre todo en los últimos días, siendo en el Tour de Francia donde ambos se dejaron ver especialmente cariñosos. Nada que ver con la actitud que ambos mantienen desde hace años.
"Charlène de Mónaco ha pasado a ser la princesa espontánea y alegre", nos dice la experta
"Esta chica ha pasado de ser la princesa triste a la princesa espontánea y alegre. Ha dado un giro muy relevante. Se ha mostrado más afable, en un ambiente festivo y de buen humor. Es muy enigmática. Lleva 18 años con el príncipe Alberto. Empezaron cuando ella era muy joven. Ha pasado por un proceso muy complicado", asegura esta experta a SEMANA tras analizar al detalle el comportamiento de Charlène en su última cita.
Tras cumplirse tres años de su peor momento y de estar deprimida, nos encontramos ante una nueva Charlène. Ahora es una mujer, aparentemente sin miedos, que quiere dar pasos al frente y retomar actos oficiales, ya sea junto a su marido o en solitario, dejando ver que es un ave fénix.
"Retomar su agenda es un importante paso. En el Tour de Francia, su último evento, dio la sensación que quiere tener un papel más visible y activo. Quiere comportarse como lo que es: una princesa. Dejar de ser la princesa fantasma y triste para volver como el ave fénix. Esto marca una nueva etapa y deja ver que emocionalmente está mejor", responde Lara Ferreiro, psicóloga de la aplicación de citas Ashley Madison.
Está aumentando el volumen de su agenda, lo que nos lleva a querer saber qué se esconde tras ella. En definitiva, cómo es su personalidad y si ha dejado a un lado esas frustraciones que tanto la han frenado desde que se casara con el príncipe Alberto el 1 de julio de 2011. Y, aunque tiene tanto puntos positivos como negativos, Lara comienza con lo bueno.
El punto más positivo de Charlène de Mónaco, según la psicóloga Lara Ferreiro
"Muchísima resiliencia, capacidad para sobreponerse y recuperarse de los momentos difíciles. Ella fue nadadora olímpica y tiene ese gen. Ha luchado con problemas de salud mental, pero por fin está más serena. Otra luz es su discreción. Siempre intentar mantenerse en un perfil bajo", explica a SEMANA la también escritora 'Adicta a un gilipollas'.
La princesa de Mónaco tiene falta de transparencia
Pero, ¿y las sombras?, ¿tiene acaso capítulos oscuros que le han marcado para siempre? Lara Ferreiro no lo duda ni un instante. "En cuanto a las sombras podemos decir que es una princesa enigmática, muy reservada y con quizás falta de transparencia. Una imagen por la que no sabemos quién es", desliza esta psicóloga que tantas royals y rostros conocidos ha analizado para esta revista.
Precisamente en esa penumbra Alberto de Mónaco juega un papel destacado y es que han vivido crisis matrimoniales que han hecho mella en ambos. Si bien él ha tenido una mayor capacidad para enmascararlo, a ella le ha resultado imposible. "Ha tenido muchísima tensión con Alberto. Se cortaba con un cuchillo, cómo estará si no puede ni siquiera disimular en público. Han pasado por muchísimas crisis, pero han podido superarlo", cuenta Lara.
De este modo, hace referencia a los múltiples baches que han existido en su matrimonio. Numerosos rumores por los que incluso se han visto obligados a romper su silencio, todo un hito en el Principado de Mónaco. "Todo está bien en nuestro matrimonio. Los rumores me parecen agotadores y no puedo entender de dónde vienen. Parece que quisieran vernos separados", espetó Charlène de Mónaco en la 'BBC'. Se mostró hastiada, pero creyó necesario romper su silencio para decir que sí era feliz con el padre de sus hijos.
Quizás sea el hecho de tener que dar explicaciones constantemente lo que le ha llevado a convertirse en casi una princesa fantasma. "Otra sombra es que tiende al aislamiento, está apartada. Esto ha podido influir en el estado de su salud mental", señala Ferreiro. Unas declaraciones que nos lleva a tres años atrás, cuando se ausentó durante 14 meses de la vida pública de Mónaco. En concreto a 2021 cuando viajó a Sudáfrica, donde se dijo que había contraído una grave infección.
Antes y después de esta etapa su vida no era la soñada. Al menos a ojos de ella. Fue nadadora de primer nivel, lo que evidencia que las exigencias han estado muy presentes para ella. También los golpes, las decepciones al ser deportista de élite.
"Ella ha renunciado a muchísimas cosas. Piensan que va a ser la vida de Disney y nada que ver. Ha pasado de las piscinas a los palacios, se truncó su carrera por una lesión de hombro y no pudo tener una medalla olímpica en el año 2008. Esa frustración se le ha quedado ahí clavada. Dejó atrás su carrera deportiva y renunció a lo que ella era y su familia. Aceptó el nivel de supervisión y de control, renunció al anonimato, a su privacidad. Se tuvo que adaptar a una nueva cultura, aprender más idiomas, lidiar con una nueva familia", finaliza Lara Ferreiro.
Esto nos sirve para darnos cuenta cómo ha podido afectarle tener una vida tan diferente a la de cualquier mortal. Pasar a vivir rodeada de lujos, pero quizás sentirse sola en un sitio en el que no le pertenece. Así lo deja caer en su expresión facial, la cual ha cambiado por completo. ¿Estamos ante una nueva Charlène o es un cambio puntual en el universo monegasco? De momento, habrá que esperar para saber la respuesta.