Enrique y Guillermo crecieron juntos y muy unidos, como la mayoría de los hermanos. Si bien el carácter de uno y otro era muy diferente, muchas cosas los unían. Una de sus primeras grandes diferencias fue cómo encajar la prematura muerte de su madre el verano de 1997. Aquel trágico hecho marcó sus vidas de forma irreversible. Guillermo se volvió más reservado, más celoso si cabe de su vida privada y su intimidad frente al interés de la prensa y Enrique, como él mismo relató en su libro ‘En la sombra’ (Plaza & Janés, 2023), bajó a los infiernos llegando a caer en el consumo de sustancias. Aquellas distintas formas de gestionar el mismo drama comenzaron a apartar los caminos de los príncipes de forma irreparable. Uno debía formarse y seguir según lo establecido para algún día ser rey de Inglaterra, el otro debía intentar dar los menos escándalos posibles.

Otro gran punto de discordia entre los hermanos fue cómo aceptar el nuevo matrimonio de su padre con Camilla, la mujer que tanto había hecho sufrir a su madre. Enrique siempre se reveló contra este hecho, pero Guillermo terminó por aceptarlo en una entente cordial por el bien de la paz familiar, aunque fuera de cara a la galería. La estocada final de esta mala relación fraternal se produjo con la llegada de Meghan a la vida de Enrique. El duque de Sussex siempre vio diferencias en cómo su familia trataba a Meghan y cómo trató a Catalina desde que comenzó su relación con Guillermo. Este coctel de sinsabores saltó por los aires después del matrimonio de Enrique y Meghan y el nacimiento de su hijo Archie. Todo se precipitó con el ‘Meghxit’ y la cascada de entrevistas y declaraciones que desde ese momento Enrique dio contando algunas cosas muy graves y dejando entrever muchas otras.

A día de hoy la relación de los hermanos es prácticamente inexistente, la última vez que se vieron cara a cara fue para despedir a su abuela Isabel II. Cuando Enrique viaja a Reino Unido para ver a su padre, Carlos III, aquejado de un cáncer, el secretario del príncipe de Gales le da largas para no agendar encuentro alguno entre ambos. Además, ahora, según se ha publicado, Guillermo ha llegado a verbalizar “la próxima vez que vea a mi hermano será en el funeral de mi padre”. Esta complicada situación parece estar lejos de solucionarse o de llegar a un entendimiento cordial. La psicóloga y autora del superventas ‘Adicta a un Gilipollas’ (Grijalbo, 2023) Lara Ferreiro analiza qué pasos deberían dar los hermanos para arreglar su maltrecha relación fraternal.

Diana de Gales junto a sus dos hijos, Enrique y Guillermo en 1990

Diana de Gales junto a sus dos hijos, Enrique y Guillermo en 1990

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Los traumas no resueltos de los príncipes de Inglaterra

Según cuenta Lara Ferreiro “puede ser que el detonante de todo esto esté en la infancia. Enrique siempre ha dicho que sentía que Guillermo tenía trato especial. A sí mismo se llamaba ‘el repuesto’. Enrique además era el favorito de Diana y no ha sabido gestionar su perdida. Tampoco ha sabido canalizar todos sus traumas de la infancia y ha enfocado todas las culpas en su hermano Guillermo. Pero como adulto no puede cargar toda la culpa en su hermano”. Otro punto importante según nuestra psicóloga está en sus relaciones de adulto “Meghan a ojos de Harry se ha convertido en una nueva Lady Di, pero desgraciadamente a ella mucha gente la considera el elemento principal para la discordia entre los hermanos. Se ha convertido en gasolina para los peores rasgos del carácter complicado de Enrique. La única forma de destacar que el hijo pequeño de Carlos III ha encontrado en la familia real británica ha sido encadenar escándalos”.

Sobre las posibilidades de arreglo, Lara Ferreiro es muy clara “Guillermo está tan dolido con su hermano que veo muy difícil que se produzca una reconciliación. ¿Qué tendría que pasar? Posiblemente que se divorciase de Meghan, pidiera perdón públicamente y volviese llorando con su familia. Un poco lo que le pasó a Arantxa Sánchez Vicario al divorciarse de su marido. Mientras su matrimonio con Meghan siga adelante veo imposible arreglar la relación con su hermano”. Y señala una importante realidad que ha visto mil veces en consulta tratando este tipo de problemas “Hay gente que se queda en la etapa infantil y le impide tener relaciones normales en la etapa adulta”. Lara también recuerda que “Enrique contó en su libro que con Guillermo había llegado a las manos, esto me hace pensar que la frase de Guillermo de “no volveré a ver a mi hermano hasta el funeral de mi padre” pueda ser perfectamente real e ir en serio. Yo he visto en terapia a un hermano llorar por otro que había fallecido sin haberse arreglado antes”.

Los hermanos juntos en un acto en noviembre de 2019

Los hermanos juntos en un acto en noviembre de 2019

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¿Qué deberían hacer para solucionarlo?

Según la experiencia profesional de nuestra psicóloga los pasos que tendrían que dar los hermanos para arreglar el conflicto son los siguientes. “Primero de todo, un perdón sincero de Enrique a Guillermo. Lo segundo, debería hacer un perdón público igual que la humillación ha sido pública. El tercer paso debería ser no hablar de traumas del pasado y gestionar esto a través de una terapia familiar conjunta para asegurarse de hacerlo bien. El cuarto punto sería que habría que encontrar puntos comunes para afianzar esa nueva relación fraternal. El punto quinto sería la integración de las dos familias, Meghan y sus hijos deberían integrarse en la familia real y viceversa”.

La psicóloga Lara Ferreiro contesta además a la gran pregunta “¿Pueden realmente llegar a perdonarse? Yo creo que Guillermo tiene un duelo de vida que le impide realmente llegar a perdonar a Enrique, aunque se haya puesto una coraza para protegerse. Las heridas están muy recientes y una separación como la de estos hermanos puede ser muy traumatizante. Sumado a las pérdidas que ambos han sufrido y a la complicada infancia que ambos tuvieron esto hace que a nivel emocional estén llenos de heridas. Sería muy normal que ambos hubieran desarrollado un trastorno de estrés postraumático derivado de lo desnaturalizada que está su relación fraternal”.

Guillermo y Enrique juntos en Marivent el verano de 1980

Guillermo y Enrique juntos en Marivent el verano de 1980

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El peor escenario posible 

Una posibilidad en todo este drama es la de no volver a tener nunca una buena relación fraternal, también en esta posibilidad Lara Ferreiro nos da su opinión profesional. “Si no volviesen a hablarse los hermanos tendrían que hacer el duelo eterno de la pérdida en vida. Este duelo tiene varias fases. Primero, la del shock “cómo puede mi hermano hacerme esto”. Después la fase de ira, luego la tristeza, a continuación, miedo. Tras esta fase viene la aceptación de que la relación ya no será como antes. A continuación, llegarían el perdón y los aprendizajes. Pero este proceso necesita muchos años, no sabemos si alguno de los dos lo ha iniciado ya o sería un camino por recorrer”.

Para acabar, nuestra psicóloga de cabecera nos revela en qué tipo de hermanos estarían clasificados Enrique y Guillermo en la psicología. “La situación es compleja para estos hermanos. Normalmente las relaciones fraternales podemos clasificarlas en tres tipos. Hermanos aliados, hermanos enemigos o hermanos neutros. Guillermo y Enrique serían unos hermanos enemigos, muy a su pesar”. Solo el tiempo dirá hacia donde evoluciona esta relación fraternal real.