Una de las mayores cualidades de cualquier personal de servicio en palacio es la discreción. La discreción del personal mantiene sus puestos de trabajo a salvo y también la seguridad de la institución intacta. Ahora, con la jubilación de un miembro del personal de cocina de Buckingham han quedado al descubierto normas, protocolos y manías de la hora de la comida en palacio que afectan a todos los invitados en las recepciones en palacio y a los hijos de Guillermo y Catalina de Gales.
El tabloide británicoThe Mirror ha recogido las revelaciones del exchef de palacio Darren McGrady gracias a las cuales hemos podido conocer un poco mejor la idiosincrasia de Buckingham en lo que respecta a la cocina. ¿Qué alimentos están prohibidos? ¿Por qué? ¿Dónde cenan los niños normalmente? Vamos a descubrirlo.
Las estrictas normas a las que tienen que ceñirse los más pequeños
El día a día de Buckingham incluye un sinfín de compromisos oficiales y de ocasiones en las que el palacio se engalana para recibir a mandatarios y personalidades en cenas y comidas oficiales. Es muy común que Buckingham de recepciones a presidentes de otros países, a personalidades destacadas o a monarcas en visita oficial al Reino Unido. En todas estas ocasiones podemos ver fotografías o incluso conocer detalles de lo que se sirve en los menús que se degustan, pero hasta ahora había pasado una cuestión inadvertida. ¿Dónde se sientan los hijos de los príncipes de Gales? ¿Por qué no comen con sus padres?
Ahora, Darren McGrady ha revelado a The Mirror que la presencia de los menores no está permitida en este tipo de recepciones y es por eso que no los vemos compartir mesa con el resto de invitados. En este tipo de ocasiones, George, Charlotte y Louis comen con sus niñeras en la guardería de palacio, incluso en ocasiones como las fiestas navideñas. No hay excepciones. Esta distinción responde a varios motivos, no solo el de la edad, sino que es parte de su preparación. En la guardería de palacio reciben formación en buenas maneras en la mesa, en protocolo, pero también es parte de la educación de sus paladares degustar los platos que los cocineros de palacio preparan para los niños.
Las comidas de los niños están sujetas a estrictos controles para asegurar que son saludables y equilibradas, con la cantidad justa de cada nutriente. A través de las revelaciones de McGrady también hemos conocido hasta cuándo están “vetados” los niños en este tipo de celebraciones y el motivo es que los niños no son considerados aptos para estas veladas hasta que no dominen el arte de la conversación cortés, esa en la que la charla trascurre por generalidades y lugares comunes que no puedan ofender a nadie.
Los alimentos prohibidos en Buckingham
Pero no solo los tres hijos de Guillermo y Catalina sufren los férreos protocolos de palacio, también los invitados hay alimentos que jamás podrán paladear entre los muros de Buckingham Palace porque están terminantemente prohibidos. Parece ser que hay dos alimentos que jamás y bajo ninguna circunstancia pueden estar presentes en una preparación servida en palacio por distintos motivos. Los dos alimentos desterrados son la cebolla y el ajo. Los cocineros de palacio tienen estrictas ordenes de no utilizar estos dos elementos en ninguna preparación para evitar que los comensales sufran reflujo o les de mal aliento ya que en estas recepciones se presupone que los invitados charlan todo el rato entre sí. Esta revelación ya había quedado al descubierto por la reina Camilla.
Por motivos de seguridad también hay alimentos como algunos mariscos que normalmente no están presentes en los menús de palacio. En este caso no se trata por el aliento que puedan proporcionar, sino más bien por la probabilidad de una intoxicación si alguno de estos alimentos está en mal estado. Debido a la rigidez de las agendas de los miembros de la familia real no podrían permitirse una convalecencia por una afección gastrointestinal ocasionada por un marisco en mal estado, por ello se curan en salud desterrando estos manjares de la cocina del palacio.
Por si todas estos protocolos y prohibiciones no fueran suficientes, a la hora de cocinar los menús de Buckingham el personal también ha de tener en cuenta las manías y gustos de cada monarca. Carlos III, con una gran conciencia medioambiental y animalista, aboga por el consumo de verduras y fruta orgánicas y de proximidad, muchas de ellas producida en sus propias propiedades de Highgrove. Por esta misma razón, y siguiendo consejo de la asociación en defensa de los animales, PETA, ha vetado en toda ocasión en palacio el consumo de foie gras. Esta preparación de origen francés se prepara de una forma tan atroz y salvaje para el animal que Carlos III ha preferido desterrarla fulminantemente a participar de esta cuestionable tradición.