En la primera jornada de la visita de Estado del emir de Qatar, el jeque Tamim bin Al Thani, y su mujer, la jequesa Jewaher bint Hamad bin Suhaim Al Thani, tuvo lugar, como manda la tradición, un banquete en su honor en el Palacio de Buckingham. Un acto que estuvo marcado por la ausencia de Kate Middleton y la presencia de Victoria y David Beckham. En medio de la noche, la Princesa Ana acaparaba todas las miradas al cometer un pequeño error en el protocolo durante la cena

La Princesa Ana durante el banquete en honor al emir de Catar

La Princesa Ana durante el banquete en honor al emir de Catar

Foto: Gtres

Si por algo se caracteriza la Princesa Ana es por su naturalidad y espontaneidad. Y en el banquete en honor al emir de Qatar hizo alarde de ello. En concreto, la hermana del Rey Calor III, que estaba sentada justo al lado del jeque, se olvidó del protocolo durante el momento del brindis. 

Después de que el Rey de Inglaterra terminara su discurso, brindó por sus invitados y, como manda el protocolo, chocó su copa con las personas que tenía a su derecha e izquierda. El resto de invitados también hizo lo propio. Menos la Princesa Ana. La tía del Príncipe Guillermo estuvo a punto de tomar un sorbo de su bebida antes de chocar la copa con el jeque.

Sin embargo, rápidamente recordó que no tenía que hacerlo y, entre risas, se giró hacia el invitado para brindar. Un divertido momento que se ha hecho viral en redes sociales y que deja patente la espontaneidad que tanto caracteriza a la madre de Zara Tindall. 

La Princesa Ana rescata un antiguo vestido para el banquete de estado

La Princesa Ana se llevó todas las miradas durante su paso por el banquete de estado en el Palacio de Buckingham en honor a la visita del Emir de Qatar al Reino Unido. La hermana del Rey Carlos III recicló uno de sus looks más recordados. En concreto, volvió a recuperar de su armario, después de haber estado en él más de 30 años, un vestido de satén color crema con detalles florales. 

Al estilismo le incorporó un broche de lo más especial. Se trata de una joya de perlas con diamantes que su hermano le compró como regalo de bodas en 1973. Por otro lado, también lució una tiara de flores de pino de color aguamarina con incrustaciones de diamante. Esta pieza de su joyero real fue un regalo de bodas de su abuela, la Reina Madre. En esta aparición, la Princesa Ana también lució la Órdenes de la Familia Real del Rey Carlos, así como de la Reina Isabel II. 

Los banquetes de estado son una de las pocas ocasiones en las que los miembros de las diferentes monarquías pueden sacar a relucir sus tiaras. De hecho, la Princesa Ana no pudo esperar al día de su boda y se adelantó a utilizar una. La hermana del Rey Carlos III se puso la tiara Halo de Cartier para ir al cine con la Princesa Alicia. Esa misma tiara fue la que utilizó Kate Middleton en su enlace con el Príncipe Guillermo en 2011.

En aquellos años, al comienzo del reinado de Isabel II, era muy habitual verla luciendo estas joyas para acudir a estrenos de películas, así como a cenas benéficas. Actualmente, las tiaras se reservan para visitas de estado y recepciones diplomáticas

La historia detrás de la tiara Halo de Cartier

La tiara Halo de Cartier

La tiara Halo de Cartier

Foto: Gtres

La tiara Halo de Cartier se fabricó en verano de 1936 después de que el Rey Jorge VI, por aquel entonces solo duque de York, la pidió a la firma para regalársela a su mujer Isabel, la Reina Madre. La madre de la Reina Isabel II la lució por primera vez en un baile benéfico en el Claridge's de Londres. Durante el reinado del abuelo del Rey Carlos III, la utilizó en varias ocasiones, pero no se convirtió en sus tiaras más utilizadas. 

Cuando la Reina Isabel II cumplió la mayoría de edad, en 1944, su madre se la regaló. Ella se la prestó en varias ocasiones a su hermana, la Princesa Margarita, quien de hecho se la puso en su coronación en junio de 1953. La fallecida monarca también se la prestó a su hija, la Princesa Ana, quien la lució por primera ver en la apertura del Parlamento en 1967. La tiara estuvo mucho tiempo guardada en el joyero de Isabel II hasta que la monarca se la prestó a Kate Middleton en 2011 para su boda.