En medio de la recuperación del cáncer que padece, el rey Carlos III está haciendo frente a la complicada situación de su hermano pequeño. El príncipe Andrés continúa atrincherado en Royal Lodge, una de las residencias oficiales de la corona, de la que ha logrado que no le echen.
Ahora bien, aunque, contra todo pronóstico, ha conseguido reunir el dinero necesario que le pedía el soberano para mantenerse en el imponente castillo, el príncipe Andrés no vive su mejor momento ni mucho menos. Tanto es así que sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, se han visto obligadas a tomar una firme decisión respecto a él para hacer frente a la preocupación creciente a raíz de su estado.
Los antecedentes que han puesto al príncipe Andrés contra las cuerdas y le mantienen alejado de la familia real británica
Cinco años han pasado desde la fatídica entrevista que el príncipe Andrés concedió al programa Newsnight que marcó el final de su vida pública y su descenso a los infiernos. Una aparición en la que quedó más que en entredicho su versión sobre la amistad que le unía al pedófilo Jeffrey Epstein. El multimillonario estadounidense se quitó la vida en prisión en 2019, mientras esperaba la celebración de su juicio por, entre otros, estar acusado de varios delitos de tráfico sexual que pusieron a su amigo Andrés en el centro de un escándalo sin precedentes. Y con él, a su real familia y, en especial, a su madre, la fallecida Isabel II, que le había defendido hasta el momento.
La polémica alcanzó un punto de no retorno cuando Virginia Giuffre denunció al hijo favorito de la icónica reina inglesa por abuso sexual cuando ella era todavía menor de edad. De acuerdo con su testimonio, fue Epstein quien se la presentó a Andrés, que era plenamente consciente de su edad, durante un encuentro en la casa neoyorquina del multimillonario. Desde entonces, la complicada situación del tío del Príncipe Guillermo y el príncipe Harry no ha hecho más que agudizarse con el paso de los años y se ha recrudecido con la disputa que mantiene -o mantenía, según se vea- con Carlos III por su inamovible posición de trasladarse de Royal Lodge.
El único consuelo del príncipe Andrés tras su bajada a los infiernos
Mientras la familia real británica trata de dejar atrás su peor año, el príncipe Andrés continúa recluido en su casa de 30 habitaciones, situada en Windsor Estate, donde recibe la visita de sus dos hijas y sus nietos. Aseguran desde 'Hello', que el hermano de Carlos III solo encuentra consuelo en su faceta de abuelo. En las últimas imágenes que han trascendido de él, se le puede ver muy animado enseñando a su nieta de tres años a montar en pony, previo paso a hacerlo en caballo. "El duque de York se mantiene ocupado con el único apoyo de sus hijas, protectoras y leales", señalan desde la revista.
Beatriz y Eugenia de York se han tomado muy en serio el actual abandono del que es objeto su padre, exmarido de Sarah Ferguson, por parte de la corona británica y la preocupación latente que existe en torno a su estado. Es por ello, añaden desde el citado medio, que han tomado la tajante determinación de no dejarle solo y se turna para ir a visitarle. "La princesa Beatriz y la princesa Eugenia han estado turnándose para pasar los fines de semana con su padre, llevando a sus hijos para levantarle el ánimo", señalan por fuentes cercanas al tío del futuro rey de Inglaterra.
El apoyo de las princesas Beatriz y Eugenia a su padre a pesar de las graves acusaciones que pesan sobre él
"Las princesas Beatriz y Eugenia llevan a sus hijos a visitar al príncipe Andrés casi todos los fines de semana. Ahora pasan mucho más tiempo con él que en los últimos años. Su relación es ahora muy cercana respecto a su padre y se han vuelto muy protectores hacia él", explica la fuente cercana al hijo pequeño de Isabel II. Otra que no ha dudado en extenderle su apoyo es Sarah Ferguson, a pesar de que están separados desde 1996.
"El duque de York todavía juega al golf y a menudo se lo ve a caballo en los terrenos del castillo de Windsor y cuando su exmujer Sarah, duquesa de York, está en casa, pasean a sus cinco Norfolk Terriers y dos de los Corgis de la difunta reina en las 39 hectáreas de tierra alrededor de Royal Lodge y en los jardines de Frogmore", apuntan desde 'Hello'.
"No tiene nada más, no tiene vida pública, no tiene ningún papel público. Está claro que está dedicado a esta casa y le gusta estar allí, así que si puede hacer que funcione, lo intentará", sentencia el experto en realeza Robert Hardman al citado medio.