Con la llegada del 2025, Kate Middleton ha reforzado considerablemente su agenda. Después de admitir que el cáncer que padece está en remisión, y que por ende, se encuentra mucho mejor que hace unos meses, la Princesa de Gales ha reaparecido públicamente en diversas ocasiones. Una serie de movimientos que dejan claro su compromiso con la Corona y que, en algunos momentos, consiguen sacar a relucir su faceta más sensible.
El movimiento gracias al que Kate Middleton sigue los pasos de Diana de Gales
Esto es precisamente lo que ha sucedido en la última ocasión. Hace apenas unos días, Kate Middleton acudía a Tŷ Hafan, un centro hospitalario que tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de niños y jóvenes enfermos. Teniendo en cuenta la terrible situación que ha afrontado a consecuencia del cáncer, la Princesa de Gales ha empatizado con estos menores de una manera más notoria. Algo que ya hizo en su día Diana de Gales que, en junio de 1995, organizó un concierto para recaudar fondos destinados a la construcción de este enclave, que precisamente, ella misma amadrinó.
La visita de la Princesa de Gales a este hospital no pasó desapercibida no solo por la cercanía de esta con los niños y jóvenes, sino también por el gesto que llevó a cabo y con el que logró seguir los pasos de Lady Di. Y es que, ella también se ha convertido en madrina del centro en cuestión: “Un momento de orgullo para convertirme en patrocinador de Tŷ Hafan. @Ty_Hafan, inaugurado en 1999 como el primer hospicio para niños de Gales, continúa brindando atención especializada a niños con afecciones que acortan sus vidas, ofreciéndoles apoyo esencial a ellos y a sus familias, a lo largo de sus vidas, al final de sus vidas y más allá”, dijo la protagonista a través de un comunicado, visiblemente contenta por formar parte de esta iniciativa.
Sale a la luz la conversación de la Princesa de Gales con una niña de tres años
Ahora, ha salido a relucir una de las conversaciones que mantuvo con una de las niñas. Durante su vista a Tŷ Hafan y a la fábrica de calcetines Cogi, Kate hizo gala de su simpatía y de su cercanía al romper el protocolo, salir del coche real y correr hacia los fans que habían esperado pacientemente para verla. Entre ellos una menor de tres años que, durante varios minutos, estuvo gritando con todas sus fuerzas: “¡Hola, princesa!”, en un intento por captar la atención de la mujer del Príncipe Guillermo. Y lo consiguió con creces.
Al ver que la Princesa de Gales se acercaba a ella, la joven no pudo ocultar su asombro e incluso llegó a preguntarle si realmente era una princesa. Una cuestión que tocó lo más profundo del corazón de Kate, que respondió sin reparo: “¡Sí, lo soy! Quería venir a saludarte y ver tu pueblo, lo que está pasando aquí y ver esta increíble fábrica”, le dijo. Por su parte, la niña correspondió a su cariño al enseñarle un plátano de juguete y entregárselo a modo de regalo. Un gesto que hizo sonreír a todos los allí presentes, incluida la nuera del Rey Carlos, que se lo devolvió: “¡Gracias por venir a saludarme! Te escuché decir hola desde allí atrás, así que pensé que debía venir a saludarte. Es un placer conocerte”, añadió.
Cabe destacar que esta tierna anécdota no ha pasado desapercibida ni en Reino Unido, ni en el resto de puntos de Europa. El medio de comunicación ‘Bunte’ se ha hecho eco de la humildad de Kate con un bonito artículo en el que señalan su “calidez y accesibilidad”, especialmente con sus seguidores más pequeños. Sobre todo, teniendo en cuenta que tiene tres hijos pequeños, y que por esta razón, está acostumbrada a tratar con personas de esas edades y comprenderlas a la perfección.
La mujer del Príncipe Guillermo, más activa que nunca tras vivir su año más duro
En tan solo un mes en lo que llevamos de Año Nuevo, la Princesa de Gales ha hecho frente a su segundo acto en la misma semana, y el tercer en total. Sin ir más lejos, el pasado lunesacudía, en compañía del Príncipe Guillermo, a una ceremonia celebrada en Guildhall con motivo del 80º aniversario de la liberación de los campos de concentración de Auschwitz. Mientras que una gran parte de la realeza europea, incluido Carlos III, se desplazaron hasta Polonia por la misma razón, los príncipes de Gales homenajearon a las víctimas del Holocausto desde Reino Unido. Para conseguirlo, formaron parte de una solemne ceremonia en la que encendieron velas en recuerdo a los que salieron peor parados durante la barbarie nazi. Después, procedieron a formar parte de una merienda en la que tuvieron oportunidad de entablar conversación con representantes de la comunidad judía británica.