Si habido una etapa en la que la relación del príncipe Harry con su familia ha estado más estancada que nunca y sin posibilidad de reconciliación próxima, esa es esta, ahora. La fragilidad que caracteriza en estos momentos la corona británica no ha ayudado, ni mucho menos, a limar asperezas entre las partes.
Si en el caso de los hermanos fue una pelea la que dinamitó su relación y el de sus respectivas mujeres, Kate Middleton y Meghan Markle, cuando hablamos del duque de Sussex y su padre, hay que remontarse al pasado para entender el verdadero motivo de su distanciamiento. No han roto por completo su vínculo, pero todo parece indicar que Carlos III está más precavido que nunca con su hijo pequeño debido a lo ocurrido con Diana de Gales.
La historia se repite con la disputa entre el Rey Carlos III y su hijo, el príncipe Harry
Para nadie es un secreto que la relación entre Carlos III y el príncipe Harry no es idílica ni, como apuntan varios expertos, no lo ha sido nunca. Desde que el duque de Sussex concediera su incendiaria entrevista junto a Meghan Markle, que desembocó en la marcha del matrimonio a Estados Unidos y la ruptura de lazos con la corona, las cosas han ido de mal a peor. El cáncer que le fue diagnosticado al monarca, lejos de acercar posturas, no ha hecho, sino, distanciar más a las partes. Prueba de ello, el último viaje que realizó Harry a Londres en mayo con motivo de los Invictus Games que preside. Su padre no quiso recibirle ni organizar una 'quedada', alegando que su agenda estaba completa (informó el equipo de comunicación de su hijo, valga el apunte).
Aunque mucho se ha dicho sobre los motivos que han llevado a los dos hombres a alejarse todavía más en los últimos tiempos. La prensa británica ha desvelado ahora que la disputa real, en realidad, tiene más que ver con la personalidad de Carlos III que con la del hermano de Príncipe Guillermo de Inglaterra. Según 'The List', la historia se está repitiendo y los celos del soberano están abriendo una profunda brecha entre él y Harry, a imagen y semejanza de lo que sucedió hace más de dos décadas con la fallecida Diana de Gales.
El gran miedo de Carlos III a que el príncipe Harry le robe el protagonismo, como ya hizo Lady Di
Fue en 2020, cuando el príncipe Harry y Meghan Markle decidieron abandonar sus reales funciones como miembros de alto rango de la corona británica. Una postura insólita que marcó un antes y un después, no solo para el futuro de la monarquía de Reino Unido, sino para el futuro de la familia de los Windsor. De acuerdo con una fuente cercana a la realeza, lo que más molesta a Carlos del comportamiento actual de su hijo pes lo mucho que le recuerda a la fallecida Diana de Gales. "El miedo de Charles es una repetición del pasado", explicó esta persona a la revista 'People'.
"Cuando su esposa se divorció, no solo de él, sino de la monarquía, se llevó todos los titulares, eclipsó su trabajo y se convirtió en una superestrella mundial. Ver a su hijo Harry irse con su esposa no era parte del plan de Carlos III", añade con contundencia esta persona que incide en que el monarca está "hambriento de atención" y receloso de que su hijo le robe el protagonismo como en su momento lo hizo la icónica Lady Di. Lo cierto es que, desde que Harry y Meghan Markle abandonaron sus deberes reales, el seguimiento que reciben de la prensa internacional es notorio y se ha multiplicado, para bien y para mal, lo que no estaría sentando nada bien al rey.
El carisma que el padre de Guillermo y Harry nunca ha podido replicar
El Rey Carlos III y la princesa Diana se casaron en 1981 en una boda por todo lo alto que los encumbró como la pareja del momento. No tanto por el hijo de la Reina Isabel II, sino por el gran carisma de la novia. El matrimonio duró 10 años y desembocó en un mediático divorcio al que la propia Lady Di se refirió en la polémica entrevista que concedió a la BBC en 1995 en la que se refirió sin pelos en la lengua a la relación extramarital de su exmarido y la ahora Reina Camila.
También se refirió a lo que, para ella, era algo más que obvio: los celos del padre de sus hijos por su excesiva fama. "La presión sobre nosotros dos como pareja con los medios fue fenomenal y mucha gente la entendió mal. Estábamos viajando por Australia, por ejemplo, y todo lo que podías escuchar era: 'Oh, ella está al otro lado'. Es decir, no estaban situados del lado correcto para saludarme o tocarme", indicó, en referencia a la clara preferencia del público que les esperaba para verla a ella y no a Carlos III. "Ahora bien, si eres un hombre como mi esposo, un hombre orgulloso, te preocupas por eso si lo escuchas todos los días durante cuatro semanas. Y te sientes mal por eso, en lugar de sentirte feliz y compartirlo", sentenció Diana.