Decir que la vida de Enrique y Meghan ha cambiado mucho en este tiempo alejados de la Familia Real británica sería una obviedad y en parte una falacia al mismo tiempo. El actual día a día de los Sussex pasa por colaborar con causas benéficas como sus ‘Juegos Invictus’ a través de su fundación ‘Archewell’ y dedicarse a la vida contemplativa y aspiracional. Como veis, de primeras no parece que existan demasiadas diferencias, salvo que cuando estaban dentro de la Familia Real recibían una asignación por parte del Gobierno de Gran Bretaña y ahora no lo hacen.

Lo curioso y paradigmático de este matrimonio llega cuando uno pone la lupa sobre sus inconsistencias en el relato. Cuando se consuma lo que se llamó el ‘Meghxit’ una de las principales razones esgrimidas por la pareja para dejar de ser miembros activos de la Casa Real es la necesidad de alejarse del foco mediático, la urgencia de poder mantener su intimidad alejada de las miradas de los medios de comunicación y la opinión pública. Ahora, cinco años después, Meghan exhibe su día a día en una docuserie de Netflix y Enrique ha contado los entresijos y entretelas de su relación familiar en un documental y en un libro de memorias. Todo pasando por caja, eso sí.

Ahora un nuevo movimiento ha hecho que la pareja sea de nuevo el centro de todas las críticas de quienes creyeron en su necesidad de intimidad cuando se alejaron de la familia Windsor y quienes ahora no entienden sus continuos coqueteos con la esfera pública.

El “desesperado” gesto de Meghan

Una de las principales condiciones que puso la Casa Real británica para acordar la salida de Enrique y Meghan de la institución fue la obligación por parte del matrimonio de no hacer uso comercial de la nomenclatura “Duques de Sussex” que ostentaban como hijos de Carlos III, así como la petición expresa de no beneficiarse económicamente de los títulos que ostentan como Duques y Enrique como Príncipe de Gran Bretaña. Desde 2020 son incontables las veces en las que la pareja ha saltado a la torera esta petición. Enrique publicó sus memorias bajo el nombre ‘Príncipe Enrique’, en su primer documental de Netflix la pareja se presentaba como “los Duques de Sussex” y en la nueva docuserie de Meghan además de figurar en los créditos como “Duquesa de Sussex” también deja claro en un momento dado que no quiere que se refieran a ella por su apellido “Markle” sino por el de “Sussex”.

Ahora, de nuevo un movimiento de Meghan va contra el principio del acuerdo de “separación de la Familia Real” que ambas partes suscribieron en 2020. La mujer del Príncipe Enrique acaba de lanzar una web donde sus seguidores pueden adquirir prendas de vestir y complementos seleccionados por ella bajo el nombre de “Duquesa de Sussex”, pero ha ido un paso más allá y en la publicación en la que anunciaba esta nueva aventura empresarial ha utilizado la imagen de sus hijos en común con el Príncipe Enrique. Este detalle ha sido muy criticado en la prensa británica que lo tilda de “un gesto de mal gusto” y “desesperado”. En concreto, en declaraciones a The Sun, el periodista y experto en Casa Real, Phil Dampier, aseguró que en el caso de Meghan “nada es casual, es un gesto meditado y sabe que publicar una foto de sus hijos al mismo tiempo que su línea de ropa le daría una mayor difusión”.

El precio de vestir como una duquesa

En esta nueva aventura comercial de Meghan no ha faltado la polémica desde el segundo uno. En un primer momento la marca personal de Meghan se iba a llamar ‘American Riviera Orchard’ y en ella iba a comercializar todos los productos que mostrara en su docuserie de Netflix además de sus objetos favoritos de hogar y estilo de vida, pero finalmente se ha visto obligada a cambiar el nombre por motivos legales por el de ‘As Ever’. Ahora bajo este nuevo paraguas registrado de ‘As Ever’ Meghan acerca a todos sus seguidores una selección de prendas de vestir que, honestamente, está muy lejos de ser apta para todos los bolsillos.

La polémica publicación de 'Meghan' anunciando su nueva marca en Instagram

La polémica publicación de 'Meghan' anunciando su nueva marca en Instagram

Instagram @Meghan

Algunas de las prendas seleccionadas personalmente por la Duquesa de Sussex son unos pendientes de más de 360€, unos pantalones de 500€, un vestido de curioso nombres, ‘Windsor’, por la friolera de 1.280€ y hasta un bolso realizado en piel en Ubrique que supera los 380€. Vestir como una duquesa parece que se hace inalcanzable para el común de los mortales. La forma en la que Meghan ha anunciado esta nueva aventura empresarial ha desatado la polémica. La mujer del Príncipe Enrique ha anunciado el lanzamiento de su plataforma de moda en un post de Instagram en el que se puede ver a la Duquesa abrazada a sus dos hijos, Archie y Lilibeth, de espaldas a la cámara y acompañado de un texto que asegura que ‘cada día es una historia de amor’. Las historias de amor de los Sussex parecen ir siempre acompañadas de una jugosa oportunidad de negocio.