La familia real británica pasa por uno de los momentos más complicados que se recuerdan en años. La vuelta al trabajo de Carlos III después de ser diagnosticado de cáncer no ha disipado las críticas de la opinión pública del Reino Unido, que sigue preguntándose por el estado de salud de Kate Middleton. La polémica es tal que hay quienes cuestionan su verdadero paradero y el hecho de que podría estar recibiendo tratamiento fuera del país.
Mientras la princesa de Gales está volcada en su recuperación y en el cuidado de sus tres hijos, la prensa británica apunta a la estrategia secreta de Harry y Meghan Markle para "eclipsar" a la monarquía. Los duques de Sussex estarían aprovechando este delicado momento de la Corona en su beneficio. Pero no siempre fue así. Hubo un tiempo en que los dos matrimonios se llevaban bien, hasta que una serie de catastróficos desencuentros dinamitaron la relación. Te los contamos.
El delicado momento de los príncipes de Gales que no ha favorecido la relación con los duques de Sussex
La monarquía británica sigue en el punto de mira muy a su pesar. El hermetismo que se ha impuesto en torno a la salud de Kate Middleton sigue preocupando y mucho a los británicos. No ayudan las últimas informaciones que se manejan sobre su estado. De acuerdo con una fuente real, la mujer del príncipe Guillermo no tiene programado ningún acto institucional en lo que resta de año. En otras palabras: no se espera su reaparición en la vida pública hasta 2025. Unas informaciones que vienen a apoyar las últimas palabras que ofreció Concha Calleja en 'Fiesta', cuando aseguró que, probablemente, tenga que ser intervenida de nuevo.
Sería la segunda operación a la que se somete la futura reina de Inglaterra en este 2024. Recordemos que en enero tuvo que pasar por el hospital por un problema abdominal del que no se dieron detalles. Fue a raíz de esta intervención quirúrgica que le descubrieron el cáncer que padece, del que tampoco se ha especificado el tipo. Coincidiendo con esta etapa más que delicada para los príncipes de Gales, el distanciamiento con Harry y Meghan Markle se ha hecho más notorio si cabe.
El hijo menor de Carlos III viajó a Londres en mayo para asistir a un evento conmemorativo de los Juegos Invictus y no se reunió con ningún miembro de su familia directa. Ni con su padre ni mucho menos con su hermano, con quien la relación es nula. La enfermedad de la mujer del príncipe Guillermo no ha sido motivo suficiente para que los hijos de Diana de Gales entierren el hacha de guerra y vuelvan a las andadas, como nos los hemos visto en años. Hay que remontarse a 2018 para fechar el origen de sus disputas que han acabado por enemistarles hasta un punto de no retorno.
El origen de las tensiones entre Meghan Markle y Kate Middleton: "el cerebro de bebé"
El pasado 19 de mayo se cumplió el sexto aniversario de la boda por todo lo alto de Harry y Meghan Markle en el Castillo de Windsor. Una cita en la que los duques de Sussex, Kate Middleton y el príncipe Harry se mostraron de lo más unidos y felices frente a las cámaras. Resulta que la estampa idílica solo se materializó de cara a la galería porque, de acuerdo con 'The Mirror', las dos parejas llegaron al enlace distanciadas después de protagonizar varios encontronazos entre bambalinas que, de ahí en adelante, no pudieron resolver.
Las tensiones comenzaron los días previos al enlace, durante los ensayos. Al parecer, a la princesa de Gales se le pasó por alto un "detalle insignificante" de su papel en la boda y a su cuñada no se le ocurrió otra cosa que sugerirle que tenía "cerebro de bebé". Una frase hecha, a priori, inocente en referencia a su reciente maternidad a propósito del nacimiento de su hijo Luis el 23 de abril de 2018. Fue la forma que encontró Meghan Markle de quitarle hierro al asunto, pero el tiro le salió por la culata. A Kate Middleton el comentario de la exactriz " le ofendió sobremanera", apunta el citado medio.
La disputa por el vestido de la hija de los príncipes de Gales que acabó con Meghan Markle llorando
El segundo gran enfrentamiento que se produjo entre Kate Middleton y Meghan Markle ahonda sus raíces en el vestido de dama de honor que debía llevar la princesa Charlotte. Relata 'The Mirror' que la hija de los príncipes de Gales se probó el atuendo cuatro días antes del 'sí, quiero' y le quedaba demasiado grande. Meghan Markle propuso entonces que su sastre podía arreglarlo, a lo que su cuñada se negó en rotundo. La postura radical de Kate Middleton desencadenó una gran discusión entre las dos mujeres que acabó con Meghan Markle llorando desconsolada. Aunque la princesa de Gales se disculpó al día siguiente con una tarjeta y flores que envió al domicilio de los duques de Sussex, nada pudo revertir el malentendido.
La gota que colmó el vaso tuvo lugar después de la boda real, cuando Harry y su mujer se percataron de que su hermano y Kate habían intercambiado los asientos que les tenían asignados en el banquete. Una situación que el novio relató en su biografía. "Por nuestra parte, no estábamos muy contentos después de que Guillermo y Kate cambiaran las tarjetas con los nombres donde se debían sentar los invitados. Seguimos la tradición estadounidense de colocar a las parejas una al lado de la otra, pero a Guillermo y Kate no les gustó, por lo que su mesa era la única donde los cónyuges estaban separados", comienza explicando.
El problema vino después cuando, en palabras del duque de Sussex, los príncipes de Gales "insistieron en que no habían sido ellos, sino que fue otra persona. Nos acusaron de que nosotros habíamos hecho lo mismo en la boda de Pippa (la hermana de Kate Middleton) y no lo habíamos hecho", sentencia. Y he aquí la historia.