La reina Máxima de los Países Bajos ha vuelto de sus vacaciones para retomar su agenda luciendo un buen bronceado. Los reyes y sus tres hijas han disfrutado de un maravilloso verano en Grecia, donde poseen una casa, y además este año han conseguido pillar en biquini a la argentina, demostrando que a sus 49 años mantiene una figura estupenda. Ahora ya han dicho adiós al sol radiante, el mar azul y las idílicas islas griegas para regresar al trabajo. Máxima lo ha hecho para acudir a un centro comunitario en Rotterdam, y allí nos ha llamado mucho la atención su look de día en blanco y con joyas dignas de la mejor gala.

Máxima de Holanda acudía al centro Thuis West para conocer un proyecto que trata de combatir la soledad entre los mayores. Allí se reunió con un grupo de mujeres de diferentes etnias, se sentó con ellas a charlar y también visitó las cocinas e incluso se animó a pintar unos dulces que estaban preparando. La sonrisa de la esposa del rey Guillermo volvió a surgir como en sus mejores tiempos. Sin duda las vacaciones le han sentado de maravilla.

Para esta cita la reina iba de blanco de arriba a abajo, con un top sin mangas con escote chimenea drapeado de Zara, junto a un pantalón fluido de pierna ancha. Para afrontar las temperatura algo más frescas lo completó con un fular blanco, que se puso por encima a modo de capa. Pero lo que captó inmediatamente las miradas fueron sus joyas: un impresionante conjunto de pendientes y broche compuesto de grandes perlas y brillantes engastadas en oro.

UNA REINA 'MAXIMAL'

Sabemos que Máxima es muy dada a practicar el "más es más". Para ella lo minimal no existe y siempre recurre a joyas potentes y estilismos a todo color, a menudo combinados con tocados y sombreros. En esta ocasión dejó su barroquismo habitual solo para las joyas, que ya era bastante. Un acto de día para una actividad de corte social no parece muy proclive al uso de importantes joyas como estas, pero en la reina holandesa parece que todo cuadra perfectamente.

Otro dato llamativo (al menos para nosotros) es que Máxima de Holanda no se puso la mascarilla. Tampoco el resto de personas que vemos a su alrededor, aunque sí guardaron las distancias entre sí. Recordemos que los reyes se vieron obligados a pedir disculpas recientemente cuando posaron en una fotografía junto al dueño de un restaurante en Grecia, sin mascarillas y codo con codo. Parece que en su país las leyes no son tan estrictas respecto a este particular para la prevención de la Covid-19. Eso nos permitió volver a disfrutar de la gestualidad de la reina, que regresa con fuerza y empieza un nuevo curso lleno de retos.