Tienen importantísimas joyas en su haber, sin embargo, a veces recurren a piezas cuyo diseño lucen otros famosos. Aunque no comparten joyero como tal, sí el gusto, tal y como se ha hecho evidente en la última aparición de Mary de Dinamarca. La futura reina del país escandinavo no tiene reparo en llevar consigo pulseras que tienen rostros conocidos como Meghan Markle o la princesa Diana, eso sí, no se trata de una cualquiera. La esposa de Federico la lleva tanto en situaciones cotidianas como en actos marcados por la casa real, lo que deja ver que es perfecta para cualquier ocasión. Pero, ¿qué significado tiene y qué precio puede alcanzar.
Mary de Dinamarca y la joya de Cartier de la que está enamorada
Esta pulsera se luce ajustada a la muñeca y la encontramos bajo el nombre "Love" (amor) en Cartier, la firma de alta joyería que no es apta para todos los bolsillos. Ni mucho menos. Una pieza de oro que tiene un coste de 12.100 euros. Se trata de una de las pulseras más icónicas de la historia de la moda y en la actualidad está asociada a la exclusividad y al lujo, siendo cada vez más los que lo portan consigo, ya que nunca queda demodé. Una especia de brazalete que fue creado en 1969 por un diseñador de joyas italiano llamado Aldo Cipullo y que tiene un poderoso mensaje: el amor. A través de sus tornillos como del sistema de cierre relaciona el amor verdadero. El diseñador pensó en que el cierre debía estar compuesto por dos piezas unidas a un tornillo, lo que representaba a dos personas y que podía ser utilizada tanto por hombres como por mujeres. Ahora Mary de Dinamarca se convierte en una de sus mejores embajadoras.
No ha perdido en ningún momento su éxito, si no al contrario. Sus ventas se han multiplicado y ya son muchos los que lo lucen, ejemplo de ello, Meghan Markle, Elizabeth Taylor, la princesa Diana o la actriz Kate Holmes, quienes han apostado por esta joya que nunca pasa de moda y que ha estado presente en muchas alfombras rojas. Es, sin ninguna duda, uno de los best-seller de la marca y solo hay algo incómodo que siempre se ha hablado en torno a ella: que resulta un problema en los controles de seguridad. Además, cuentan que en los hospitales de Nueva York hay un destornillador que es capaz de abrir estas pulseras, aunque quién sabe si es solo un bulo.
Un toque al que Mary de Dinamarca se ha unido en su última reaparición y que luce de una forma discreta.