La reina de Inglaterra permanecerá confinada junto a su marido, el duque de Edimburgo, en el castillo de Windsor y no regresará al Palacio de Buckingham.
La crisis sanitaria a la que se está enfrentando el mundo está dejando situaciones que muy difícilmente vamos a poder borrar de nuestras retinas. La pandemia está afectando de lleno a miles de familias y el confinamiento está causando estragos. Entre ellos, también se encuentran las diferentes Casas Reales europeas, que se han tenido que adaptar al panorama actual. Ante esto, y con las vistas puestas en el futuro, la reina Isabel II ha tomado una contundente e histórica decisión.
La reina de Inglaterra planea retirarse de la vida pública y dejar su agenda en blanco hasta otoño, según publica 'The Sunday Times'. Esta decisión se debe a las circunstancias que atraviesa el país y que dejará a Reino Unido sin actos públicos hasta dentro de mucho tiempo. Tal y como indica el medio británico, se trata de su periodo de descanso más largo desde que comenzara su reinado en 1952, hace 68 años.
Así, Isabel II permanecerá confinada en su residencia de Windsor y no regresará al Palacio de Buckingham, puesto que este verano, por primera vez en 27 años, no estará abierto al público. Además, también renunciaría a sus tradicionales vacaciones en el castillo de Balmoral, en Escocia.
Confinada con su marido y cumpliendo con sus responsabilidades
La monarca permanece confinada en el castillo de Windsor desde hace meses junto a su marido, el duque de Edimburgo. A pesar de que está siguiendo con todas las medidas implementadas por las autoridades sanitarias, eso no le ha impedido seguir con sus responsabilidad. El medio británico explica que está en permanente contacto con Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido.
Además, durante este tiempo también ha vivido otro momento histórico. La reina Isabel II se ha dirigido a la nación en dos ocasiones. La primera para mandar un mensaje de esperanza y de apoyo a toda la población debido a la crisis sanitaria que están viviendo; y en segundo lugar, ha pronunciado un discurso para conmemorar el 75 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. En este último, que tuvo lugar el pasado viernes, la madre del príncipe Carlos tuvo muy presente a su progenitor, el rey Jorge VI, quien se encargó de anunciar el conflicto bélico a través de la radio.
«Me siento muy agradecida por la fuerza y el valor que Reino Unido, la Commonwealth y los aliados demostraron. Esa generación que luchó y vivió en la guerra sabía que la mejor manera de honrarles es asegurándonos de que nada de eso volvería a pasar. El mejor homenaje a su sacrificio es que los países que una vez fueron enemigos, ahora son aliados. Se puede hacer difícil que no podamos celebrar este aniversario tan especial como nos hubiera gustado. Sin embargo, recordamos este día desde nuestros hogares. Nuestras calles no están vacías, están llenas con el cariño y el cuidado que estamos teniendo los unos con los otros. Cuando veo hoy a nuestro país y observo todo lo que estamos dispuestos a hacer para protegernos y apoyarnos mutuamente, puedo decir orgullosa que somos una nación que esos valientes soldados, marineros y aviadores reconocerían y admirarían", decía la soberana en su último discurso a la nación.
A pesar de que se trata de un hecho insólito, lo cierto es que no es la primera vez que la monarca toma esta decisión de dirigirse a su pueblo más allá de su tradicional discurso de Navidad. También lo hizo con motivo de la Guerra del Golfo, para hablar de la muerte de su madre, compareció tras la muerte de Diana de Gales y por su jubileo de diamantes.
La Familia Real Británica se ha visto afectada de lleno por el coronavirus
Esta pandemia ha obligado a aplazar la boda entre Beatriz de York y Edoardo Mapelli. La pareja había fijado la fecha para su día más especial el próximo 29 de mayo. Sin embargo, hace unas semanas, un portavoz de Buckingham salió a la palestra y aseguraba asegurado que la nieta de Isabel II y su prometido están siguiendo todas las medidas impuestas por las autoridades sanitarias y no quieren correr con riesgos innecesarios. Asimismo, los novios valoran la posibilidad de celebrar una boda en la intimidad con un pequeño grupo de amigos y familiares. Sin embargo, finalmente la pareja ha decidido posponer el enlace.