Las tensiones en la casa real británica no es algo nuevo. El hecho de que la escisión entre los duques de Sussex y la Casa real británica se hiciera plausible públicamente a través de las polémicas memorias del príncipe Harry solo fue una ola en el océano de problemas en el que ya naufragaban todos los miembros de la corona desde hace tiempo.

Este mes de julio se cumplen cinco años del momento en el que Kate Middleton y Meghan Markle se sentaron en el mismo palco VIP destinado a la Casa Real en Wimbledon. Un movimiento que pretendía acallar toda la rumorología que apuntaba a una posible rivalidad entre cuñadas, que, efectivamente, era muy cierta.

 

Kate Middleton ya vio ciertas señales de advertencia en el comportamiento de Meghan Markle

Y es que si el objeto principal de este encuentro era el de mostrar una imagen de unión y complicidad familiar. Nada más lejos de la realidad, años después la cita con el deporte ha sido analizada como un gran indicio y muestra de su profunda enemistad.

Los reveladores gestos de Meghan Markle que alertaron a Kate Middleton

Los reveladores gestos de Meghan Markle que alertaron a Kate Middleton.

Gtres

El pasado 1 de julio comenzaban los torneos de tenis más populares, los organizados en Wimbledon, evento cuanto menos importante para la princesa de Gales. Y el que la ‘royal’ no solo es una seguidora acérrima de esta disciplina deportiva, sino que año tras año se encarga de entregar personalmente los trofeos a los ganadores.

Tras confirmarse esta misma mañana la asistencia más esperada de la nuera de Carlos III a través de comunicado real de Kensington Palace, en la redacción de SEMANA no hemos podido evitar acordarnos de uno de los momentos más icónicos del imaginario colectivo. El de Meghan Markle sentada al lado de su concuñada durante las largas y extenuantes jornadas deportivas allá por 2019.

 

La relación entre cuñadas nunca ha sido muy fluída

La relación entre cuñadas nunca ha sido muy fluída.

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Así lo ha confirmado la editora en jefe de la revista 'Majesty Magazine', Ingrid Seward, quien ha comentado como Meghan “odiaba ser la segunda mejor”, siempre a la zaga de la buena fama de la princesa de Gales, a esta le parecía prácticamente imposible salir del puesto de eterna "segundona".

 

La periodista experta en casas reales afirmó la fecha en la que esta enemistad se hizo más insalvable: “Kate intentó llevarse bien con Meghan. Harry había sido parte de su pequeña familia en el Palacio de Kensington y Kate sabía que él quería casarse. Era su sueño. Ella se llevaba bien con él y también anhelaba que fuera feliz", comenzaba narrando Ingrid Seward del origen del conflicto: Pero Kate vio las señales de advertencia en el comportamiento de Meghan, especialmente en el momento de la boda”.

 

 

El origen del conflicto tiene su origen en la boda de Meghan Markle

Y es que si bien se les vio interactuar a ambas con bastante soltura, no fue hasta 2021 que Meghan aclaró en la polémica entrevista que el matrimonio concedió a Oprah Winfrey que se había sentido aislada, muy poco acogida. “Nada era lo que parecía. Solo dos cuñadas conociéndose”, fue la frase que la duquesa de Sussex pronunció haciendo temblar la tierra. Años después, y tras saberse lo complicados que fueron sus comienzos en la Casa Real británica, sus muecas durante el partido de Wimbledon sí que mostraban cierta incomodidad contenida.

 

Meghan Markle siempre se habría sentido la "eterna segundona" en la Casa Real británica

Meghan Markle siempre se habría sentido la "eterna segundona" en la Casa Real británica.

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Unas palabras con las que Meghan hacía público lo mal que se llevaba con Kate Middleton, con la que ya tuvo una serie de desavenencias durante los preparativos a su boda.

Según fuentes cercanas a la casa real, Meghan Markle dejó a Kate llorando por sus demandas sobre el vestido que quería que llevase Charlotte, así como por la tiara de esmeraldas —en posesión de la mujer del primogénito— que el matrimonio quiso para su enlace.

La personalidad narcisista de Meghan Markle, que Kate Middleton no soportaba

Obteniendo finalmente una negativa que tanto Meghan como Harry no encararon nada bien. Al parecer, Kate Middleton puso en conocimiento de su cuñado la mala actitud de su novia a la hora de gestionar sus peticiones, pues al parecer, la ex actriz las exigía.

Robert Jobson, experto británico en casas reales, ya reveló ciertas características narcisistas en el comportamiento del nuevo miembro de la corona británica, explicando cómo, según sus fuentes, el príncipe Harry le dijo al personal antes de la boda: "Lo que Meghan quiere, Meghan lo consigue". Una frase cuanto menos esclarecedora.

Según lo narrado en 'Spare', las memorias del pelirrojo de la Casa Real, Kate hizo llorar a Meghan días antes de la boda por un problema con los vestidos de las damas de honor y no al contrario. También quiso contar cómo el día en el que llevó a su pareja para presentarla en su familia real, la princesa de Gales prefirió quedarse con sus hijos en el patio y no saludarla.

Un discurso que confronta con lo narrado por Ingrid Seward en su análisis exaustivo de la personalidad de Meghan Markle: “Ahora sabemos que Meghan odiaba que la consideraran peor que la hasta entonces duquesa de Cambridge. La mayoría de las mujeres ni siquiera pensarían en eso. Pero Meghan era tan insegura y ansiosa por su propio estatus que se tomaba todo como un desaire”.