El príncipe Harry fue a la Coronación de su padre el pasado sábado 6 de mayo. Estuvo relegado a la tercera fila en la Abadía de Westminster, donde, por cierto, su tía Ana le impedía cualquier visibilidad por culpa de un sombrero y una enorme pluma. Aunque decidió tomarse la situación con humor, tras la ceremonia abandonó Londres. O al menos eso se creía hasta ahora. Si bien en un principio se creyó que después del acto oficial viajó a California para asistir al cumpleaños del pequeño Archie y reunirse con Meghan Markle, nada más lejos de la realidad. La prensa de nuevo ha hecho un pulcro trabajo y su hoja de ruta habla por sí sola.
El duque de Sussex dejó la abadía a la 13.15 del sábado y lo hizo en un vehículo con escolta policial. El destino no fue directamente el aeropuerto, sino la suite de un hotel cercano a la pista. Fue un día después, ya el domingo 7 de mayo, cuando aterrizó en Estados Unidos, país en el que se le pudo ver en un coche de gran cilindrada que, por cierto, no conducía él. Esto quiere decir que podría haberse unido a las fotos oficiales de la Familia Real tras la Coronación, pero declinó la opción, tal y como se ha podido comprobar. Su planning ha visto la luz en el Daily Mail, donde cuentan que si hubiera querido podría haber acudido a todos los planes que Carlos III había preparado para su gran día. Era solo cuestión de organizarse, pero prefirió no asistir.
Casi tres horas fue el tiempo en el que Harry estuvo en el templo, gesto que, a buen seguro, su padre agradeció. De hecho, durante el brindis que tuvo lugar durante la celebración de la Familia Real Carlos III tuvo un guiño hacia él, también hacia su madre, a quien todos echan profundamente de menos. "Por todos los que no están aquí", dijo el monarca. Con estas palabras muchos han entendido que el hijo de Isabel II quiso acercar posturas también con Harry, con quien parece que se han templado las aguas.
Los últimos meses han sido complicados para ambos. La relación estaba más tensa que nunca tras la publicación de la biografía de Harry, pero poco a poco todo se va normalizando entre ellos. No tanto con Meghan Markle, que tuvo claro desde el principio que no asistiría a la Coronación de su suegro. Fue pillada por los paparazzis en el campo después del cumpleaños de su hijo. Se fue de caminata por la naturaleza con un look adaptado a su plan y junto a dos buenos amigos con los que se confesó.
Puede que Harry quisiera simplemente descansar y evitar los momentos incómodos que sabía que existirían con el resto de su familia. O bien tan solo cederle el protagonismo a su padre, quien recibió toda la atención dentro y fuera de sus fronteras. Mientras él ha preferido no dar explicaciones, son muchas las teorías que circulan en redes sociales.