Harry de Inglaterra y Meghan Markle ya están juntos en Canadá. Sus primeros días reunidos de nuevo como familia con su hijo, Archie Harrison, están siendo un sueño cumplido. Sin embargo, ya se han producido los primeros nubarrones en el idílico horizonte de su "nueva vida". Y tiene que ver con sus peores pesadillas, principalmente del príncipe, y con su confesada animadversión hacia los fotógrafos.
Los duques de Sussex han decidido retirarse de la vida oficial que les 'ataba' a la Familia Real británica. Tras la conmoción, reuniones de urgencia con la reina Isabel y demás, los términos de su salida ya han quedado claros (más o menos) y se refieren, básicamente, a que dejan de tener el tratamiento de Altezas Reales y renuncian a los fondos públicos, avalando así su idea de ser "económicamente independientes". Con todo esto, Harry y Meghan pretenden comenzar una nueva etapa "más pacífica" y alejada del constante escrutinio público. Hasta la propia soberana afirmaba comprenderles y les daba sus bendiciones en el comunicado que publicó con las conclusiones del acuerdo de 'divorcio'.
El caso es que estos primeros días de libertad, una vez que el príncipe Harry voló de regreso a Vancouver para reencontrarse con Meghan y su bebé, ya han generado la primera polémica. Y tiene que ver precisamente con la prensa. Los duques no han tardado en advertir a los medios que cesen de perseguirles y de fotografiarles, bajo la amenaza de demandas. Según el canal británico Sky News, la pareja el matrimonio ha avisado del "hostigamiento de los fotógrafos que han acampado a las afueras de su casa en Vancouver".Ayer mismo se veía a Meghan Markle de paseo por un parque de la ciudad, con su bebé cargado en un canguro, y sus dos perros. Es la imagen que ha provocado el malestar del matrimonio, cuyos abogados se han apresurado a aclarar que fueron tomadas sin su consentimiento, que el fotógrafo se escondía entre los arbustos y estaba espiándola. Incluso denuncian que los medios quisieron tomar imágenes de la pareja dentro de su hogar utilizando objetivos de largo alcance y muestran seria preocupación por la seguridad de los duques de Sussex.