El príncipe Harry cuenta las horas para volver a ver a su mujer, Meghan Markle, y su hijo, el pequeño Archie, quienes se encuentran en Canadá tras huir del revuelo que han generado en Londres por el anuncio de su retirada de la familia real británica. Sin embargo, deberían pensárselo dos veces antes de hacer las maletas e instalarse definitivamente en Canadá, dado que no son bienvenidos, como así ha dado a conocer uno de los medios de comunicación más importantes del país, ‘The Globe and Mail’.
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¿Por qué no quieren a Harry y Meghan Markle?
Canadá siente que el príncipe Harry y Meghan Markle les tienen como el segundo plato. Como si de una relación amorosa se tratase, el citado medio asegura que “Canadá no es una casa intermedia para cualquiera que quiera salir de Gran Bretaña sin dejar de ser un miembro de la realeza”, sentencian con determinación, cerrándoles las puertas al matrimonio más mediático de la realeza europea de los últimos tiempos.
No es lo mismo que piensa el presidente Trudeau
Sin embargo, si el gigante de comunicación les ha dado un portazo, el presidente del Gobierno canadiense, Justin Trudeau, ya ha expresado públicamente que, si Harry y Meghan Markle deciden hacer las maletas, deben saber que “estarán entre amigos y siempre serán bienvenidos aquí”.
‘The Globe’ se enfrenta al presidente canadiense
La invitación de Trudeau ha llevado al citado medio a explicarle los motivos por los cuales Harry y Meghan Markle no deberían ser bienvenidos. Consideran que los royals han establecido un plan “vago” para mudarse a Canadá, como si lo hiciesen sin muchas ganas y que “la respuesta del gobierno de Trudeau debería ser simple y contundente: NO”.
El criticado periodo de transición
Uno de los puntos que más ha molestado a los canadienses, según ‘The Globe and Mail’, es que los duques de Sussex no están siendo claros. La reina Isabel II decía que la mudanza se du nieto sería “un periodo de transición” en el que estarían a caballo entre Canadá y Reino Unido. Eso sí, nadie dice cuánto durará.
¿Quién pagará la seguridad privada de los duques?
Otro punto que crispa los nervios de los canadienses, siempre según este medio, es la duda sobre quién se hará cargo de los gastos de seguridad de Harry y Meghan Markle. Los seis guardaespaldas que les acompañan y la infraestructura logística que conlleva se cifra en 600.000 euros al año. Podrían pagarlos ellos mismos, dado que el príncipe Carlos mantendrá el sueldo de su hijo de más de 2 millones de euros, pero se teme que podría ser el gobierno canadiense el encargado de pagar la factura.
No les quieren solo por ser royals
Tal y como continúan explicando, Canadá “da la bienvenida a personas de todas las religiones, nacionalidades y razas, pero si usted es un miembro de alto rango de una familia real, este país no puede convertirse en su hogar”, sentencian sin miramientos, privándoles del derecho de ocupar un espacio en su territorio.
No les seduce el dinero que puedan ganar
Desde este diario, no se sienten atraídos por la idea de que la residencia de los duques de Sussex en su territorio pueda suponer un incremento de sus ingresos. Saben que ganarán más, aunque solo sea porque el despliegue de medios ansiosos de conocer cómo son sus días en su retiro canadiense dejen dinero en el sector servicios, por ejemplo. “Va más allá de la posibilidad de que los federales tengan que encontrar unos pocos millones de dólares extra”.
Aquí, ni la Reina ni Canadá tienen la última palabra
Tristemente para los afectados, la decisión del príncipe Harry y Meghan Markle parece firme y poco o nada pueden hacer para ponerles freno. La reina Isabel II ha explicado que “estos asuntos familiares son complejos de resolver y aún queda mucho trabajo por hacer”, pero al final serán los duques de Sussex quienes decidan dónde residirán, por mucho que un medio de comunicación, por muy poderoso que sea en Canadá, diga que no son bienvenidos.