Guillermo de Inglaterra (41 años) ha ofrecido su primer discurso desde que la casa real británica anunciara que el rey Carlos III tiene cáncer. Un duro batacazo para la toda la familia que no ha sido motivo suficiente para que el hijo mayor del monarca perdone a Harry (39 años). La visita exprés a Londres del menor de los hermanos para ver a su padre no se ha saldado con una reunión entre ambos. El príncipe de Gales ha mantenido su agenda intacta, descartando hacer un hueco para reencontrarse con el duque de Sussex. Este miércoles, el heredero al trono se ha referido por primera vez al diagnóstico de su progenitor en el evento solidario de la organización benéfica de ambulancias aéreas de Londres. También ha hablado de la situación de su mujer.

Guillermo de Inglaterra ofrece su primer discurso desde el cáncer de su padre.

Guillermo de Inglaterra llegando a la gala benéfica.

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Guillermo de Inglaterra agradece por partida doble todo el cariño recibido

"Agradecemos, de verdad, la amabilidad de todo el mundo. Gracias". Con estas palabras se ha dirigido Guillermo de Inglaterra a los periodistas que le esperaban a su llegada a la gala benéfica. Muy elegante, vestido de esmoquin, se ha dejado ver con semblante preocupado a pesar de la sonrisa que les ha dedicado a los medios ahí reunidos. Ya en el interior del evento, y tras saludar al actor Tom Cruise, presente en el acto, ha ofrecido un discurso en el que le ha sido imposible no referirse a su padre y Kate Middleton, convaleciente tras ser operada de un problema abdominal.

El príncipe tira de humor para referirse a la situación médica de su familia

"Me gustaría aprovechar la oportunidad para decir gracias. También por los amables mensajes de apoyo a Catherine y a mi padre. Especialmente en los últimos días. Significa mucho para nosotros", se ha reiterado el príncipe Guillermo delante de los asistentes a la gala. A pesar y a propósito de las circunstancias, el heredero no ha dudado en sacar a relucir su característico sentido del humor para referirse al momento que vive su familia. "Es justo decir que en las pasadas semanas he estado bastante centrado en cuestiones médicas. Así que he pensado en venir a un acto ambulancias aéreas para desconectar", ha señalado, provocando la risa del público.

La gran incógnita en torno a la enfermedad del rey Carlos III

Los hijos de Carlos III se enteraban del diagnóstico de su padre por teléfono. El monarca descolgaba el aparato para llamar personalmente a ambos y trasladarles su último parte de salud. Un día después del anuncio, el rey se dejaba ver montado en un vehículo oficial, acompañado de la reina Camilla. El matrimonio ponía rumbo desde Clarence House a la casa de campo de Sandringham, donde el rey recibirá su tratamiento. Muy emocionado y con los ojos vidriosos, saludaba a los curiosos que le esperaban con rostro afligido y esbozando una media sonrisa. Por el momento, se desconoce qué tipo de cáncer le han descubierto. Un dato que la casa real británica se ha negado a hacer público, así como cualquier especificación sobre el tratamiento que recibe.

El príncipe Guillermo estaba de baja por la salud de su esposa, Kate Middleton

El príncipe Guillermo en una foto de archivo.

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Hermetismo absoluto sobre la operación y recuperación de la princesa de Gales

El duro momento por el que atraviesa la familia real británica es doble para el príncipe Guillermo. Como sucesor al trono ha tenido que intensificar su agenda para suplir la ausencia de Carlos III mientras este se somete al tratamiento para combatir la enfermedad. Esto al tiempo que su mujer, Kate Middleton (42 años), sigue recuperándose en casa de su operación por un problema abdominal. De su estado o mejoría, nada se sabe. El hermetismo es total en torno a ella desde que el pasado 30 de enero saliera sin ser vista del hospital London Clinic. Lo hacía después de permanecer ingresada dos semanas.

Desde entonces, Guillermo de Inglaterra se había mantenido apartado de los focos y con sus compromisos oficiales en pausa. Hasta ahora. El diagnóstico de su padre ha dado un vuelco de 180 grados a sus planes de mantener a raya su agenda para dedicarse al cuidado de su mujer. El primogénito de Carlos III volvía al trabajo este mismo miércoles, antes de la gala que ha presidido por la noche, para asistir a una ceremonia de investidura en el Castillo de Windsor. Aparentemente relajado, el heredero ha afrontado esta cita con su característico saber estar a pesar de las circunstancias.