Todas las quinielas se cumplieron el pasado domingo 16 de julio. Kate Middleton reapareció en la gran final de Wimbledon, rodeada de una expectación máxima. La princesa de Gales volvió a la palestra pública en compañía de su hija Charlotte, muy sonriente y visiblemente recuperada del cáncer que padece y anunció en marzo. 

La mujer del príncipe Guillermo desplegó todo su carisma entre un público que la aclamaba y agradeció su presencia en el prestigioso torneo de tenis que ganó el español Carlos Alcaraz. Sin embargo, no han pasado desapercibidos para los expertos en lenguaje corporal ciertos gestos de la futura reina que dejan entrever su verdadero estado anímico

El regreso a la palestra pública de Kate Middleton que evidencia su mejoría

Fue la propia Kate Middleton quien, justo antes de reaparecer en el Trooping the Colour el pasado 15 de junio, dejó caer en un comunicado oficial que la gran cita de la monarquía británica no sería la única que atendería durante el verano. Dicho y hecho, En plena lucha contra el cáncer, la princesa de Gales no quiso perderse la gran final del torneo de Wimbledon que disputaron Carlos Alcaraz y Novak Djokivic y que se saldó con el español recibiendo el trofeo de manos de la anfitriona

No fue hasta el último momento que el Palacio de Kensington confirmó su asistencia. Para la ocasión, la mujer del Príncipe Guillermo de Inglaterra quiso estar acompañada de su hija y Pippa Middleton, evidenciando el gran apoyo que ha recibido de su hermana durante estos duros momentos y lo unidas que están. Se trata de la segunda vez que Kate Middleton se deja ver en público desde que anunciara que padece cáncer y que recibe quimioterapia para luchar contra la enfermedad. Muy sonriente y delgada, este paso en firme es una prueba de que la futura reina está mejor, aunque todavía no recuperada al 100 por 100. 

Kate Middleton en Wimbledon.

Kate Middleton en Wimbledon. 

Gtres

El análisis de los expertos que desvelan cómo se encuentra anímicamente la princesa de Gales

Al contrario que durante su pasada reaparición en el Troopin the Colour, cuando se dejó ver dentro del carruaje y, posteriormente, en el balcón del Palacio de Buckingham, en esta ocasión, Kate Middleton no tenía 'donde esconderse'. La princesa de Gales fue el centro de las todas las miradas en las distancias cortas, sentada como estuvo en el palco de autoridades de Wimbledon, desde donde contempló todo el partido, rodeada de gente y con las cámaras enfocándola sin apenas distancia de por medio. De ahí que esta vuelta a la palestra haya dejado muchas más conclusiones sobre su verdadero estado y haya permitido a expertos en lenguaje corporal, como la británica Judi James, analizar su aparición al milímetro. 

Vestida con un elegante vestido de color morado y el pelo suelto y perfectamente colocado, la llegada de la princesa a la final masculina del torneo no fue, en ningún caso, "ni informal ni discreta", señala la entendida a 'The Mirror'.  Nada más situarse en su puesto, con Charlotte a su lado y al lado de esta Pippa Middleton, la futura reina de Reino Unido recibió una gran ovación del público ahí reunido, que se levantó para recibirla y aplaudirla. "Se mostró segura y animada, proyectando señales de confianza y autoridad optimista. Pero hubo ciertos indicios de su nerviosísimo", insiste James. 

Los gestos de autoconsuelo que delatan a la mujer del príncipe Guillermo

En palabras de la experta en lenguaje corporal, hubo dos gestos completamente involuntarios que delataron el estado anímico de Kate Middleton a pesar de los intentos por desplegar confianza. "Vestida de un morado intenso, uno de los colores conocidos por usarse en la realeza, Kate parecía relajada y elegante. Además, la forma en que ha estado algunos momentos charlando con la gente detrás del escenario ha hecho que parezca que no tenía prisa por dejar la comodidad de los asientos y bajar al césped", explica la experta en referencia a cuando tuvo que apearse para acudir a la pista con el objetivo de hacerle entrega a Alcaraz del prestigioso trofeo. 

Fueron dos los gestos de autoconsuelo que materializó la princesa de Gales, con su cabello como protagonista, cuando se detuvo para estrechar manos y charlar los que la delataron. "La gesticulación de Kate parecía animada, pero hubo un par de momentos en los que se alisó y tocó el pelo de manera innecesaria, lo que significaría una muestra de querer tener seguridad en sí misma. Este gesto de autoconfianza hace ver que está bien, pero no en su mejor momento", sentencia Judi James al diario británico. 

La mujer del príncipe Guillermo se mostró muy agradecida con el público por su constante apoyo. Todavía le queda camino por recorrer, pero no pudo disimular su verdadero placer de verse tan arropada por los ahí presentes. "Kate mostró un gran signo y muy característico de placer genuino cuando gesticuló una amplia sonrisa con hoyuelos mientras levantaba una mano en un gesto bajo, informal pero muy personal, de reconocimiento y agradecimiento", añade Judi James.