Estefanía de Mónaco siempre ha sido el verso suelto del Principado. Una princesa muy alejada de lo convencional, calificada de "rebelde" en otros tiempos y que ahora pasa sus días tranquila y prácticamente retirada de la agenda pública. Aunque eso no significa que esté olvidada. Todo lo contrario. Es más, a raíz de su última aparición podemos hablar de la reinvención más inesperada de los últimos tiempos. Estefanía sale de su escondite y se muestra como nunca.
La princesa acaba de posar como modelo y ha causado todo un alboroto. Sí, a los 59 años y presumiendo de abdominales al descubierto. Con motivo, por supuesto. Podríamos resumir este 'comeback' con una frase: lo que se es capaz de hacer por una hija...
Estefanía de Mónaco aparece en unas fotos junto a su hija Pauline Ducruet (30), que es diseñadora de moda, para el lanzamiento de la última colección de verano con su propia firma, llamada Alter Designs.
Y no solo ella, porque la joven ha logrado reclutar a gran parte de su familia. Entre ellos vemos a su padre, Daniel Ducruet, y a sus hermanos: Michael Ducruet (hijo mayor de su padre de una relación previa); Louis Ducruet, y la esposa de este, Marie Chevallier; Camille Gottlieb y Linoué (la hija pequeña de su padre).
También destacan su primo Alexandre Costa, hijo del príncipe Alberto, nacido fuera de su matrimonio con la princesa Charlène; e incluso su abuela paterna, Maguy.
La familia unida para apoyar el sueño de Pauline Ducruet
Todos a una. Un plantel de ensueño enfocado en apoyar a Pauline para cumplir su sueño. La joven lleva luchando varios años tras haber realizado sus estudios de moda en Londres y Nueva York.
Por motivos evidentes, la presencia de la princesa Estefanía acaparaba más el foco. Tampoco es la primera vez que acude a la llamada de su hija para ayudar a promocionarla y no ha faltado en los desfiles que suele organizar.
La propia Estefanía hizo sus primeros pinitos profesionales dentro de la moda, trabajando para la mítica casa Dior en 1983. Y ahora desde luego que ejerce como musa indiscutible de su hija.
Estefanía de Mónaco y su lección de moda
Para esta sesión, realizada en la piscina de un hotel de Montecarlo. Estefanía luce pantalones negros y un top corto metalizado, que resalta su atlética figura, todavía a raya, bronceada y con el pelo mojado hacia atrás. Una transformación al más puro estilo 'top model'.
Este giro de la princesa ha sorprendido muchísimo, más teniendo en cuenta que en los últimos años ha optado por mantener un perfil bajo en lo social y un aspecto ultranatural y sencillo. Sin maquillajes ni ropajes a la última. Pero ahora la princesa Estefanía ha demostrado que "quien tuvo, retuvo".
Los años salvajes de la princesa Estefanía de Mónaco
Todo ello nos lleva a recordar... Y es que Estefanía ha despertado uno de sus fantasmas del pasado. Porque quizás los más jóvenes no se acuerden, pero Estefanía ya trabajó antes como modelo. Y además con mucho éxito. Allá por la década de los ochenta se la rifaban en todas las revistas y sus fotos y deportivos estilismos dejaban boquiabierto al mundo.
Aquella fue una época de exploración y auto descubrimiento que haría correr ríos de tinta. Fue modelo y también diseñadora de bañadores y cantante de éxito...
Estefanía estaba en boca de todos y en todas partes. Por si fuera poco, a sus actividades profesionales se sumaba una intensa vida social y sentimental que acapararía cientos de titulares durante muchos años. Y a cada paso resultaba más sorprendente si cabe. Esto le valió el título de 'princesa rebelde'.
Eran los tiempos en los que Estefanía buscaba su sitio, pero desde luego que no a la manera tradicional. La menor de los tres hijos de los príncipes Rainiero y Grace no deseaba ceñirse a los palacios y a las amistades de alta alcurnia. Ella iba por otro lado. Ninguna otra 'royal' se atrevía a tanto.
La familia Grimaldi, de la que Estefanía formaba y forma parte, arrastraba el aura hollywoodiense gracias a su madre, la princesa Grace. A partir de su matrimonio con el príncipe Rainiero, Mónaco se situó en el centro imprescindible del glamour mediterráneo.
Cuando los tres hijos de los soberanos crecieron, y en particular las bellas Carolina y Estefanía, rápidamente se supo que allí había madera, el necesario material que iba a alimentar cientos de portadas y páginas de revistas. Todo eran sonrisas y oropeles.
Sin embargo, la trágica muerte de la princesa Grace (en un accidente de coche el 14 de septiembre 1982, en el que Estefanía iba de copiloto) lo cambiaría todo. Aquella adolescente algo esquiva y de indómita personalidad pronto iba a representar uno de los grandes quebraderos de cabeza para los suyos.
La jovencita que se libró de la muerte en aquella curva del Principado emergió como una mujer de turbadora belleza, atlética, andrógina, de pelo corto y revuelto y una profunda mirada rasgada...
Su físico fascinó a todos y pronto fue un gran reclamo. Los fotógrafos la buscaban con ansia, pero el interés que generaba iba por otros derroteros respecto a su hermosa hermana mayor, la princesa Carolina. Donde esta cautivaba con clasicismo y elegancia, Estefanía se desmarcaba por su modernidad y vanguardia.
Las exclusivas medidas de la modelo Estefanía de Mónaco
En 1985 la revista SEMANA publicaba que había sido contratada por la agencia First y que su tarifa como modelo era de 2.000 euros la hora. Podía llegar a ganar 20.000 euros de la época en una sola jornada de trabajo. Sus medidas de entonces eran estas: 1,73 metros de altura y 84-61-87 cm de busto, cintura y caderas.
Estefanía no tardaría en alzarse como uno de los grandes iconos pop. Una imagen que perdura a día de hoy entre los nostálgicos de décadas pasadas. Sus bañadores marcaron una época y se sigue tarareando su éxito musical más recordado, aquel "Huracán"...
La agitada vida sentimental de la princesa Estefanía
Entre sus primeros novios se contaron hijos de celebridades (Paul Belmondo, Anthony Delon...), el playboy Mario Oliver... Más tarde llegaría su compromiso con el empresario Jean-Yves Le Fur (frustrado al poco de anunciarse) y en 1995 su primer matrimonio con el guardaespaldas Daniel Ducruet (padre de sus dos hijos mayores, Louis y Pauline).
Su vida amorosa parecía al fin asentada y feliz. Era madre y esposa. Pero saltó el escándalo tras la pública infidelidad de Daniel, cuando fue descubierto con una modelo en una piscina en actitudes íntimas.
La traumática ruptura parece hoy tan lejana como olvidada. Al menos eso no le ha impedido a Estefanía volver a coincidir con su exmarido en este posado de moda, curiosamente en otra piscina. Daniel Ducruet fue el hombre que más daño le hizo, pero ella le ha perdonado.
Estefanía y su vida errante en un circo
Tras la separación vino la época más agitada de Estefanía. La princesa tuvo a su tercera hija, Camille, con otro guardaespaldas, Jean Raymond Gottlieb. Luego mantuvo relaciones con el domador de circo Franco Knie, llegando a vivir en una caravana de circo viajando por toda Europa. Para rematar, terminó casándose en 2003 con el acróbata hispano-portugués Adans López Peres. Solo duraron un año.
A partir de ahí, Estefanía mudó en otra persona. Había corrido mucho y vivido deprisa. Quizás hastiada de todo, la princesa 'rebelde' decidió parar y alejarse del mundanal ruido.
Desde entonces, la princesa Estefanía no da de qué hablar. Al menos no por polémicas ni escándalos. Se dedica en cuerpo y alma a su labor como presidenta de la Asociación Monegasca Contra el Sida y también preside el Festival Internacional de Circo de Montecarlo.
Además es un fiel apoyo para su hermano Alberto, para el que es su ojito derecho. Incluso demuestra una gran sintonía con su cuñada, la princesa Charlène,
Estefanía es una madre cariñosa, atenta a sus tres hijos y ahora, además, abuela de su primera nieta, Victoire, hija de Luis Ducruet, que tiene un año.
Su reaparición convertida en una atractiva y madura modelo no hace sino acrecentar la leyenda. A sus 59 años y con todo este 'background', Estefanía de Mónaco ha llegado a ese punto vital en el que no le importa lo que digan los demás. Si es que esto alguna vez esto le ocurrió...
La tranquilidad de Estefanía en sus últimos años
En una de sus escasas entrevistas, allá por 2015, para la revista francesa Point de Vue, la princesa Estefanía reflexionaba sobre su vida: "A nivel emocional son los golpes que te da la vida los que te hacen más fuerte. Lo que nos presenta nuestra existencia, bien sea bueno o malo, es lo que tenemos que vivir. No siempre es fácil tomar la mejor decisión, yo misma me he equivocado en ocasiones. Pero todo tiene un sentido".