Vive desde hace años una existencia tranquila, alejada del ruido y con escasa presencia pública en la vida del Principado, mientras son su hermana Carolina y sus sobrinos quienes han perpetuado la esencia del glamour monegasco. Estefanía de Mónaco quemó su juventud y se hizo por derecho propio con el título de la 'princesa rebelde', pero hoy, a sus 59 años, ese título podría cambiarse por el de la 'abuela feliz'.

Sin embargo, el pasado siempre vuelve, y en su caso, esa agitada vida sentimental que hizo correr ríos de tinta y dio tantos quebraderos de cabeza a los príncipes Rainiero y Grace se ha hecho presente en modo de tragedia.

El francés Jean-Yves Le Fur, el hombre con el que se prometió y por el que casi abandona su soltería por primera vez, ha muerto en París a los 59 años a causa de un cáncer de páncreas. Fue su exmujer, la cineasta Maïwenn, quien lo comunicó públicamente unos días después de su fallecimiento, el pasado 1 de abril: "Jean-Yves Le Fur, el amor de mi vida, el padre de mi hijo Diego y el padrastro de mi hija Shanna, partió el domingo por la mañana en mis brazos y en los de nuestro hijo, bajo la protección de Frédérick, su hermano mayor, y Jaky, su amigo de toda la vida. Estamos todos desolados".

Antes, en noviembre de 2022, otro ex de la princesa, el playboy Mario Oliver, fue encontrado muerto con signos de violencia en su casa de República Dominicana

Dos acontecimientos que nos llevan a echar la vista atrás y repasar la vida de Estefanía de Mónaco, con todos los ingredientes para protagonizar el mejor de los culebrones: lujo, amor, pasión, infidelidades, traiciones....

La agitada vida sentimental en la juventud de Estefanía de Mónaco

Estefanía de Mónaco fue desde jovencita una outsider, una princesa al margen de las convenciones. Probó suerte como cantante (lanzó un single llamado 'Ouragan' con su versión en inglés 'Irresistible', que fueron éxitos internacionales y llegaron a vender más de dos millones de copias) y también como diseñadora de trajes de baño, después de hacer prácticas en la Maison Dior, a las órdenes de Marc Bohan. Pero también en el terreno sentimental vivió con libertad, fuera de las normas que rigen en la realeza.

Mucho antes de que las nuevas generaciones royals buscaran sus amores fuera de los salones de palacio, ella ya lo había hecho enamorándose de hombres que trajeron de cabeza a su principesca familia.

Sus comienzos fueron más o menos ortodoxos, con chicos sin sangre azul, pero pertenecientes a la realeza del séptimo arte francés. Algo que visto su posterior trayectoria no estaba del todo mal. Su primer gran amor fue Paul Belmondo, hijo del mítico actor francés Jean-Paul Belmondo. Se conocieron cuando la princesa solo tenía 17 años, se enamoraron locamente, vivieron juntos en la casa de él en París y llegaron a comprometerse...   

Estefanía de Mónaco y Paul Belmondo

El primer amor de Estefanía de Mónaco fue Paul Belomondo, hijo de la leyenda del cine francés Jean Paul Belmondo.

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Pero Estefanía tenía otros planes y comenzó su agitada vida sentimental cambiando a Paul Belmondo por el hijo de otra leyenda del cine galo, que, además, era íntimo amigo de su hasta entonces novio. Del 'niño bueno' de Paul, al 'chico malo' de Anthony Delon, hijo de Alain Delon, que no duró demasiado. Fue el primero en la lista de sus escándalos amorosos.

Estefanía de Mónaco y Anthony Delon

Estefanía dejó a Paul Belmondo para salir con el íntimo amigo de su novio, Anthony Delon, hijo de Alain Delon.

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Los novios de Hollywood de la Princesa

A partir de ahí comenzó sus muchas conquista que fueron desde un affaire con el hijo del expresidente John Fitzgerald Kennedy, John-John Kennedy, considerado en aquellos momentos el 'hombre más sexy del mundo', al breve idilio con el piloto de Fórmula 1 Alain Prost, o los actores Christopher Lamber y Rob Lowe.

A ellos le siguió una de las conquistas más controvertidas de la princesa. En 1986 se enamoró de Mario Oliver, un playboy francés afincado en Los Angeles, que estaba considerado el rey de la noche de la ciudad regentando distintos clubs nocturnos. Tenía 13 años más que Estefanía, pero eso no impidió que se mudaran a vivir juntos a una villa en Beverlly Hills.

Fue un amor muy pasional (Estefanía llegó a tatuarse su nombre en el trasero), que comenzó a derrumbarse cuando Oliver fue detenido acusado por violar a una joven estudiante universitaria. Poco tiempo después rompieron la relación. Mario Oliver volvió al foco de la noticia cuando en octubre de 2022 fue asesinado en su casa de República Dominicana por un robo.

Estefanía de Mónaco y Mario Oliver

Con Mario Oliver, un playboy francés que fue acusado de violación, vivió un romance muy pasional. 

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Pero Estefanía no quiso regresar a la vida plácida del Principado de Mónaco al lado de su familia y con su siguiente amor, el productor musical Ron Bloom, también siguió viviendo en Los Angeles durante el corto romance.

Estefanía de Mónaco y Ron Bloom

Otro de sus sonados romances fue con el productor musical Ron Bloom.

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Estefanía de Mónaco, comprometida con un estafador

Tras el periplo americano la princesa regresó a casa y parecía que quería dejar atrás sus conquistas poco recomendables. Se enamoró del hoy fallecido promotor inmobiliario Jean-Yves Lefur, amigo de su hermano Alberto, que tenía el pedigrí que querían los Grimaldi. Se llegaron a comprometer en 1990 con una fiesta en la que estuvieron presentes el príncipe Alberto y la princesa Carolina, pero cuando la prensa comenzó a indagar en el pasado del joven: ligón, juerguista y, lo que es peor, estafador, la boda se fue al traste.

Cansada de desengaños y traiciones, Estefanía de Mónaco se refugió en sus más cercanos... y nada hay más cercano para una princesa que sus guardaespaldas.

Su amor por los guardaespaldas

También para gran disgusto de su familia, llegó entonces a su vida amorosa el guardaespaldas Daniel Ducruet. Tuvieron dos hijos, Louis y Pauline, y después de cuatro años de relación se casaron en 1995 con la asistencia del príncipe Rainiero, que en las fotos no mostraba demasiada alegría.

Estefanía de Mónaco y Daniel Ducruet

Después de dos hijos y cuatro años de relación, en 1995 Estefanía se casó con Daniel Ducruet. Al año siguiente se separaron con un gran escándalo.

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Pero la felicidad conyugal tampoco esta vez duró demasiado. Un año después de darse el 'sí, quiero' unas fotos de Ducruet teniendo relaciones íntimas con una stripper en una piscina rompieron el matrimonio. El guardaespaldas se defendió diciendo que era una trampa del Principado para separarle de Estefanía, pero la princesa no le perdonó, a pesar de que han mantenido una gran relación a lo largo de los años.

Tras él llegó otro de sus guardaespaldas. Jean-Raymond Gottlieb, una relación más discreta, con el que nunca llegó a casarse, pero tuvieron en 1998 a su hija, Camille.

Estefanía de Mónaco y  Jean-Raymond Gottlieb

Con otro guardaespaldas, Jean-Raymond Gottlieb tuvo a su hija Camille.

 

Después vendrían otros breves romances como el portero del Mónaco Fabien Barthez (que luego sería novio de la top Linda Evangelista), el cantante Philippe Sanchez, el camarero Piere Pinelli, que trabajaba en el restaurante de sus padres en Auron (estación de esquí francesa), donde Estefanía también ayudaba como camarera, y el monitor de esquí Olivier Chosset, con quien rompió en el verano de 1999. En aquel momento se aseguraba que la princesa monegasca sufría una fuerte depresión porque no había podido superar el duro golpe y la humillación que supuso la infidelidad de Ducruet.

El amor por el circo de Estefanía de Mónaco

Y llegó el amor por el circo. Fue allí donde la princesa se refugió y donde encontró a los siguientes hombres de su vida. El primero de ellos Franco Knie, un domador de elefantes propietario del Circo Nacional suizo al que conoció durante unos de sus shows en 2000. Franco era diez años mayor que ella, casado dos veces y padre de tres hijos.

Fue una auténtico flechazo, y al más puro estilo Bárbara Rey, durante dos años se instaló con sus hijos en una caravana y se vinculó con los espectáculos, hasta el punto que su hija Pauline llegó a participar en uno de los números con los elefantes.

Estefanía de Mónaco y Franco Knie

Tras los desengaños con los guardaespaldas, Estefanía encontró el amor en el domador de elefantes Franco Knie.

Tras romper con Franco Knie, volvió a palacio pero pronto se cruzó en su vida el acróbata de origen portugués Adans Peres, once años más joven que ella. Para nuevo gran disgusto de su familia se casaron el 12 de septiembre de 2003 en una boda secreta en Suiza y en diciembre de 2004 anunciaron la separación.

Estefanía de Mónaco y Adans Peres

El último gran amor de Estefanía de Mónaco fue el acróbata Adans Peres. Se casaron en 2003 y se separaron un años después.

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La enfant terrible monegasca dejó su tormentosa vida sentimental para refugiarse en los suyos y en la tranquilidad de una vida familiar plena al lado de sus hijos. Hace muchos años que Estefanía de Mónaco no mantiene ninguna relación sentimental, una soledad buscada y deseada tras disfrutar rompiendo todos los moldes. Y lo que es más importante, sin arrepentirse de su pasado: "No creo que fuera una rebelde. Viví como una persona de mi tiempo. A cada edad que vivía lo hacía como otra mujer u otra chica de mi edad, solo que era público", reflexionaba hace tiempo en una entrevista en el Paris Match.