Nunca habíamos visto así a Charlène de Mónaco con su familia política. Al menos, que recordemos, con sus cuñadas. Pero nos hemos encontrado con unos momentos inéditos entre la esposa del príncipe Alberto y la princesa Estefanía que han llamado mucho la atención precisamente por el cariño que transmiten. ¿Es que se llevaban tan mal como pensábamos?
Los soberanos de Mónaco acudieron al estadio Louis II para presidir el tradicional partido benéfico de fútbol entre el equipo de Barbagiuans y el del Mónaco Cirque FC Mónaco, con el que se recaudan fondos para luchar contra el sida. Allí estaba la hermana menor del monarca, Estefanía, que es presidenta de la Asociación contra el Sida de Mónaco. Además estaban dos de los hijos de esta, Louis Ducruet y Camille Gottlieb, sus más fieles escuderos para reforzar la causa.
La princesa Estefanía también está pasando estos últimos días como fiel espectadora y presidenta del famoso Festival de Circo de Montecarlo, una cita muy querida para ella, en la que continúa la senda iniciada por su padre, el príncipe Rainiero. No en vano, en esta cita hubo espacio sobre el terreno de juego para la actuación de unos payasos músicos.
La jornada era eminentemente festiva y solidaria, aunque lo que no nos esperábamos era la escena de la que íbamos a ser testigos. En un instante, Charlène y Estefanía aparecieron sobre el césped y se animaron a chutar un balón. Lo lanzó la consorte hacia su cuñada y el resultado no pudo ser más simpático.
Ambas estallaron en risas y acabaron abrazadas, en una reacción de cercanía que nunca habíamos visto. Es más, incluso la princesa Estefanía caminó unos pasos de la mano de su cuñada.
Cuatro gestos (el juego con la pelota, el efusivo abrazo, las risas compartidas y las manos entrelazadas) que demostrarían que no existe tanta frialdad entre ellas como se ha comentado durante años.
Aunque normalmente esto se le ha achacado más a la mayor de las hermanas de Alberto y primera dama oficiosa de Mónaco durante décadas, la princesa Carolina (que justamente hoy 23 de enero celebra su 67 cumpleaños), lo cierto es que tampoco veíamos mucha más complicidad entre Charlène con la princesa Estefanía.
Risas, abrazos, de la mano... Lo nunca visto de Charlène y Estefanía de Mónaco
Esto nos cambia el cuento por completo. La 'malvada' Charlène no lo es tanto y también es capaz de reírse con ganas y mostrar sus sentimientos cuando se junta en público con el resto de su familia. Es cierto que la princesa consorte siempre se ha distinguido por su actitud algo distante (en especial con su marido), pero esto está cambiando poco a poco.
Los graves problemas de salud a causa de una infección de oídos, boca y nariz sufridos durante los últimos años van quedando atrás y Charlène de Mónaco ya ha recuperado el ritmo normal de su agenda oficial, de la que estuvo apartada durante meses (ingresada en una clínica de reposo en Suiza) para terminar de restablecer mente y cuerpo.
Charlène y Alberto de Mónaco, un matrimonio siempre en duda
Ahora, en cada salida junto a su esposo hay más miradas, sonrisas y detalles que evitan un poco la imagen de un matrimonio 'de conveniencia'. Aunque los propios interesados han negado siempre por activa y por pasiva todas estas supuestas crisis sentimentales, con rumores de divorcio incluidos, todavía la opinión pública se resiste a creer sus palabras.
Las sospechas tampoco cesan en cuanto a las supuestas diferencias de la princesa Charlène con sus carismáticas cuñadas. Apenas coinciden en actos públicos a lo largo del año, salvo excepciones, reduciéndose a las grandes ocasiones como la Fiesta Nacional de Mónaco. Pero, al menos con Estefanía, hemos descubierto una faceta insólita. Ver a las dos tan divertidas, disfrutando de un evento oficial sin ninguna rigidez, es la mejor imagen que podrían dar.