Quizás pocos lo recuerden, pero Isabel II estuvo a punto de ser asesinada en Australia. Han pasado 53 años, sin embargo, la Corona Británica jamás podrá olvidar lo sucedido aquel día. Nos remontamos al día 29 de abril de 1970 cuando la soberana y su marido, el príncipe Felipe de Edimburgo, viajaban en un tren desde Sidney a Orange para hacer un viaje de Estado. Justo en la mitad del trayecto el tren empezó a aminorar la marcha de forma considerable, lo que llamó poderosamente la atención de todos. De hecho, llegó incluso a detenerse, pero ¿qué pasó y quién intentó acabar con la vida de ambos? El día de su primer aniversario sin ella, echamos la vista atrás para hablar de cómo una banda colocó un enorme tronco con el objetivo de descarrilar este tren con tintes reales.

La reina Isabel viajaba en un tren junto a su marido

La reina Isabel viaja en un tren cuando era joven
La madre de Carlos III vivió en sus carnes varios intentos de asesinato (Foto: Gtres)

El tronco se dispuso en un paso de montaña en el estado de Nueva Gales del Sur y, aunque no hubo que lamentar heridos, lo cierto es que el resultado podría haber sido catastrófico. Los conductores pudieron mantenerse en la vía, pero el tren se deslizó un total de 215 metros antes de detenerse por completo. Un enorme tronco que quedó atrapado debajo del primer vagón y que en un principio se pensó que se debía a simplemente un acto vandálico, sin embargo, nada más lejos de la realidad. "Si el tren hubiera alcanzado su velocidad normal, se habría desviado de las vías hacia un terraplén. Mis investigaciones mostraron que el tronco se colocó deliberadamente en las vías", dijo Cliff McHardy, un policía retirado al diario 'Daily Mail'. Y es que solo una hora antes se inspeccionó la zona al detalle, lo que hizo sospechar que sabían el horario oficial del tren en el que Felipe de Edimburgo y la reina Isabel viajaban y pasarían justo por allí.

No eran las únicas medidas de seguridad que se tomaban en aquella época. Se solía recurrir a policías en cada estación ferroviaria por las que estaba previsto pasar y viajaban escoltas en el propio convoy, pero nada evitó el delito que podía haber costado la vida a los pasajeros del tren. No se ha desvelado la autoría del complot, al menos hasta la fecha. Sí que es cierto que se empezaron a barajar nombres como, por ejemplo, la posibilidad de que hubieran sido simpatizantes en Australia del Ejército Republicano Irlandés (IRA). No obstante, no se llegó a identificar a nadie como autor del delito.

La reina Isabel mira melancólica por la ventana de un tren
Isabel II siempre estaba rodeada de seguridad (Foto: Gtres)

El otro grandísimo susto de Isabel II

No fue el único susto al que la Reina sobrevivió y es que solo 11 años más tarde, en 1981, estuvo de nuevo cerca de perder la vida. Después de visitar Dunedin (Nueva Zelanda) asistió a un congreso de ciencia de la Commonwealth, día en el que una joven de 17 años disparó a la Reina cuando se bajó del coche. Así lo reveló un documento desclasificado que vio la luz años después, en el cual se analizaba que la falta de experiencia de esta chica fue lo que salvó a Isabel II.

"Lewis tenía la intención de asesinar a la Reina, sin embargo, no tenía un punto de vista adecuado desde el cual disparar, ni un rifle suficientemente potente para el alcance del objetivo", se podía leer. Si bien en un principio no fue acusada de intento de asesinato, sí de posesión ilegal de arma de fuego, una situación que se recrudeció para ella años después. Fue acusada del asesinato de una mujer y del secuestro de una niña, poco antes de que terminara suicidándose.

La reina Isabel junto a Felipe de Edimburgo mientras viajaba en tren
La soberana viajaba en compañía de su marido en el año 1970 (Foto: Gtres)