"¿Es Kate Middleton o una doble?". Esta es una de las preguntas más repetidas en la Red durante. No todo el mundo ha dado veracidad a las últimas imágenes de la princesa de Gales, tampoco a las previas. Ni en las que supuestamente fue pillada junto a su madre, Carole Middleton, en un coche, ni tampoco cuando estaba con su marido, Guillermo de Inglaterra, saliendo de casa. ¿La razón? Había cambios evidentes en su rostro, una cuestión por la que queremos mostrarte a las dos dobles de Kate. 

Britanny Dixon, la artista que han tildado como la doble de Kate Middleton

La primera y más joven se llama Britanny Dixon. Es australiana y tiene rasgos faciales muy parecidos a Kate. Tiene ojos claros, un cabello muy similar y un óvalo de la cara que podría cuadrar con el de Kate. Artista y sin ninguna relación conocida con el mundo royal, su perfil está siendo uno de los más visitados de las últimas horas. Es famosa por sus obras, pero ahora también por su enorme parecido con la princesa de Gales, una comparación que ha provocado que sus seguidores suban como la espuma. 

Heidi Agan, la doble de Kate Middleton que dejó todo para ser su imitadora

Lo mismo le está sucediendo a Heidi Agan, una mujer que en su día trabajaba como camarera, pero que lo dejó todo para ser la imitadora oficial de Kate. "Mientras Kate crezca, yo creceré también. Creo que es importante para lucir auténtica. Es difícil porque el bebé no ha crecido lo suficiente como para que ella tenga que cambiar todo su guardarropa, así que es difícil predecir como se vestirá", dijo en una entrevista en el año 2013. Entonces, no imaginaba que once años después coparía de nuevo titulares. Mucho menos que formaría parte de retorcidas teorías. 

La imitadora oficial de Kate Middleton ganaba 11.000 euros a la semana

Encontró un negocio en su parecido más que razonable con Kate y actualmente vive de ello. Una forma de rentabilizar su físico y por la que ha llegado a cobrar más de 11.000 euros semanales. Ella misma lo contó con todo lujo de detalles en 'The Sun', el mismo tabloide que ha publicado ahora las fotos más esperadas de Kate Middleton. "El rostro de Kate estaba de repente por todas partes y los clientes del bar comenzaron a comentar el parecido. Diez meses después de la Boda Real, los clientes seguían pidiendo que me hiciera fotos con ellos, allí pensé que podía haber un negocio", explicó.

Estudió sus gestos, su sonrisa e imitó muchos de sus looks, lo que ayudó a que muchos la confundieran en más de una ocasión. En estos momentos es inevitable recordarla y pensar si en algún instante ha pasado por su cabeza despistar a la sociedad británica apareciendo en sitios públicos. Por ejemplo, en una tienda agrícola. Cabe señalar que este fue el lugar elegido para que Kate volviera a la normalidad y fuera pillada por un viandante que desconocía el tsunami que generarían sus fotos. "Cuando entré miré a mi alrededor y los noté. Todos parecían felices. Para ser honesto, no sigo este tipo de noticias, pero las compartí con mi familia; ellos dijeron: '¡Oh, ella está viva!", dijo en la prensa extranjera. 

Numerosos seguidores de este escándalo están dando su opinión en redes sociales. Desde que la mujer que aparecía junto a Guillermo durante este fin de semana había sido creada por la Inteligencia Artificial o que solo se parecía a Kate. Una polémica sobre la que fuentes oficiales no han aportado luz y que en la actualidad es uno de los asuntos más comentados de los últimos tiempos. 

Tal es el interés que genera Kate y el misterio de su enfermedad que lleva semanas en tendencia. Cada vez más son más los que se preguntan qué se sabe de la cirugía abdominal a la que se sometió el pasado 16 de enero, una operación que la borró del mapa por completo. Apenas ha dado señales desde entonces, siendo varias las fechas que se bajaran para su reaparición oficial. 

Mientras tanto el príncipe Guillermo retoma su agenda. Quiere dar normalidad y hacer caso omiso a todas las informaciones que circulan por la Red, habladurías a las que los lectores le encuentran sentido. Sobre todo tras la pésima estrategia de comunicación de Kate, la cual puede ser entendida como un sacrificio para salvar la Corona Británica