Se acabó el hermetismo entorno al estado de salud de Kate Middleton (42 años). El palacio de Kensington ha roto su regla de no comentar la situación de la princesa de Gales bajo el argumento de que todo lo relativo a su operación y posterior recuperación forma parte de su parcela privada.
La casa del príncipe Guillermo (41 años) se ha visto obligada, finalmente, a pronunciarse tras las numerosas críticas recibidas y las teorías que han surgido en los últimos. La falta de noticias sobre la futura reina consorte ha generado un aluvión de hipótesis y conspiraciones por parte de la opinión pública británica que, finalmente, ha recibido su correspondiente respuesta oficial.
La desaparición de Kate Middleton que tiene al Reino Unido conteniendo el aliento
La princesa Kate lleva cerca de dos meses alejada del foco mediático después de ser intervenida por un problema abdominal del que no ha trascendido información alguna, más allá de algunos detalles menores. Ni siquiera se le vio salir del exclusivo centro The London Clinic, en la capital inglesa, tras su comentada operación programada que mantiene a la opinión pública inglesa en vilo.
Una decisión (la de salir por la puerta de atrás) que contrastó y mucho con la actitud que adoptó su suegro, el rey Carlos III (75 años). Recordemos que el monarca, antes de ser diagnosticado de cáncer, también pasó por el quirófano para ser intervenido por el agrandamiento de la próstata. Estuvo ingresado al tiempo que su nuera y en el mismo centro hospitalario.
Al contrario que Kate Middleton, el padre del heredero al trono salió por su propio pie del hospital y saludando a los medios que le esperaban para captar la esperada imagen. La mujer del príncipe Guillermo, en cambio, optó por abandonar el lugar rodeada de un secretismo máximo. Desde entonces, no ha retomado su agenda institucional ni se espera que lo haga hasta pasada la Semana Santa.
El escueto comunicado de los príncipes de Gales para zanjar los rumores sobre la salud de la futura reina
"El Palacio de Kensington dejó claro en enero los plazos de recuperación de la princesa y solo proporcionaremos actualizaciones significativas. Esta guía se mantiene", han trasladado los responsables de comunicación de los príncipes de Gales al medio estadounidense 'Page Six'. Inmediatamente después, los portavoces de la familia real británica han remitido a los profesionales de la prensa al primer comunicado que emitieron el pasado 17 de enero, coincidiendo con el anuncio de que Kate Middleton había sido operada. En la nota se apuntaba lo siguiente: “Se espera que permanezca en el hospital entre diez y catorce días. Según los consejos médicos actuales, es poco probable que regrese a sus funciones públicas antes de Semana Santa". Fin del comunicado.
La negativa a darle naturalidad a la recuperación de la mujer de Guillermo de Inglaterra está generando un revuelo en el país vecino y más allá de sus fronteras. Kate Middleton continúa refugiada en la casa histórica de Adelaide Cottage después de someterse a la citada cirugía abdominal. Una intervención de la que se informó el mismo día de su ingreso hospitalario. Desde entonces, no ha trascendido ninguna información más allá de que todo va según lo previsto, lo cual, en los tiempos que corren es igual a nada. Una postura de hermetismo absoluto llevado al extremo que no está gustando nada a la opinión pública británica, cada vez más impaciente por conocer detalles de la recuperación de la cuñada de Meghan Markle.
Las teorías que barajan, incluso, un problema de salud mental
La falta de transparencia que impera en el palacio de Kensington está disparando las especulaciones sobre la verdadera situación de Kate Middleton. Se ha llegado a especular, incluso, a que su desaparición del foco mediático se debe a un problema de salud mental. Así lo dejó caer Angela Levin, biógrafa oficial de la reina Camilla. De acuerdo con su testimonio, la intervención a la que fue sometida la princesa de Gales tiene su origen en la enfermedad de Crohn que supuestamente arrastra desde hace algún tiempo.
El nivel de rumorología es tal que se ha llegado a decir que la mujer del heredero al trono de Inglaterra estuvo en coma debido a complicaciones en el postoperatorio. La casa real británica, fiel a su postura tajante de no referirse a la vida privada de su princesa, ni ha desmentido ni ha confirmado ninguna información. El nuevo comunicado que han difundido, de nuevo, caracterizado por la falta de concreción, no parece que vaya a calmar las aguas en Reino Unido, con una ciudadanía a la que ya no le valen los detalles vagos y apuesta cada vez más por dar rienda suelta a las conspiraciones, algunas, de lo más descabelladas.