La vinculación del príncipe Andrés con un espía chino no ayudó a que terminara el 2024 alejado de la polémica. Es solo unos días después de que haya comenzado el 2025 cuando vuelve a acaparar todas las miradas, aunque esta vez por un motivo bien distinto. Ha sido denunciado por registrar supuestamente una empresa con un nombre falso, a lo que se suma un nuevo escándalo que ha revolucionado por completo la prensa francesa. En concreto el presunto desvío de 300.000 euros de su empresa Pitch @ Palace, dinero del que se ha perdido todo rastro. 

"De la noche a la mañana el dinero ha desaparecido sin ninguna justificación. La transferencia se realizó por el administrador único y nadie conoce cuál ha sido su destino", dicen en 'Point de Vue'. Es en este periódico donde sin ningún pudor hablan de la bajada a los infiernos del príncipe Andrés, la cual definen como "imparable". Una situación que le ha llevado a ser uno de los miembros de la Familia Real peor valorados hasta la fecha. 

Es ese ostracismo el que no puede pasar desapercibido para el resto de mortales. Mucho menos para su propio círculo, especialmente para Carlos III, quien vive de cerca todos los problemas de su hermano y sufre en su propia piel sus consecuencias. Precisamente esta cuestión es abordada en el medio anteriormente citado, donde comienzan hablando de "un lento declive que parece no tener solución".

¿Qué dicen en prensa internacional acerca del príncipe Andrés?

"Este es precisamente uno de los problemas que Carlos III afrontará en el año 2025. Su hermano menor, hoy totalmente degradado y condenado al ostracismo, sobre todo durante las celebraciones familiares de Navidad, no puede volverse más invisible de lo que ya es", dicen en un artículo que ya se sitúa como uno de los más leídos. 

El príncipe Andrés y Carlos III en su última aparición conjunta. GTRES

El príncipe Andrés y Carlos III en su última aparición conjunta. GTRES

Una situación muy complicada a la que el príncipe Andrés hace frente con la compañía de sus seres más queridos. Sobre todo de uno de ellos. Nos referimos a Sarah Ferguson, quien hace muy poco se confesó en 'The Sunday Times' acerca del papel de cuidadora que ella misma había asumido respecto a él. "No le dejaré caer nunca". "Cuando Jane (su única hermana de padre y madre) se fue a Australia, me convertí en cuidadora de papá. Me dejaron a cargo de un hombre triste, que es más o menos lo que estoy haciendo ahora", explica ella.

El papel de Sarah Ferguson junto al príncipe Andrés tras décadas divorciados

Una amistad muy férrea que ambos han mantenido, a pesar de su divorcio en el año 1996. De hecho, ella es quien mejor habla de él públicamente, incluso por encima de su propia familia. "Él me apoya tanto como yo le apoyo a él. Me ha apoyado en las buenas y en las malas, no solo en el matrimonio o el divorcio. Es el mejor, un gran hombre con un gran corazón y muy amable. Lo haría todo de nuevo, al 100%", dice la duquesa de York. 

En el lado opuesto está el que fuera su cuñado, el príncipe Carlos, quien se ha cansado de las polémicas protagonizadas por su hermano. Recordemos que desde que asumiera el trono no ha dejado de apagar fuegos relacionados con él, todos de diversa índole. Desde algunos relacionados con agresiones sexuales a otros empresariales o de amistades peligrosas para la Casa Real Británica. 

A ojos de muchos su madre, la Reina Isabel, "le perdonaba todo", situación que cambió por completo con su muerte en el año 2022. Dos años después su vida es bien distinta y ya no cuenta con el blindaje de su progenitora, quien se ocupó y esforzó por tratar de proteger a su hijo. 

Harto de esta situación, Carlos III no ha escondido su enfado y ha limitado al máximo las apariciones públicas junto al príncipe Andrés, ya que considera que en absoluto le benefician. Un escenario que le ha llevado a pedirle que abandone la residencia en la que vive desde el año 2004, petición que, por cierto, no gustó nada a su hermano. 

La situación se alargó tanto que Carlos III amenazó incluso a su hermano con la ruptura total de su familia. Así lo cuenta un amigo cercano en 'The Times': "Desafortunadamente, si Andrés se niega a irse dentro de un plazo razonable, el rey podría verse obligado a reevaluar todo el paquete de apoyo que le proporciona y el duque se vería obligado a financiar la mayor parte del dinero de su propia seguridad, alojamiento y estilo de vida, algo que, dadas las sumas involucradas, es muy poco probable que sea posible a largo plazo".