Una piel reactiva es aquella que reacciona de manera exagerada ante determinados estímulos externos, como por ejemplo los cambios de temperatura, la radiación solar, los cambios hormonales y, por supuesto, ante la exposición a ciertos cosméticos, ingredientes activos o maquillajes. La principal característica de este tipo de piel es su extrema sensibilidad, que se manifiesta con síntomas como picor, ardor, rojeces, sequedad, tirantez... Pero tranquila, mantener a raya la piel extremadamente sensible no es misión imposible. ¡Apunta!
Prueba a limpiar con micelas
Las personas con la piel reactiva evitan realizar una limpieza facial profunda pensando que es un paso de la rutina que les va a producir aún más sensibilidad. Sin embargo, en la actualidad sabemos que esto no es así: una limpieza con productos adecuados ayuda a mejorar la función barrera de la piel. Lo ideal es apostar por limpiadores compuestos por micelas. Las micelas son en realidad tensoactivos suaves que tienen una estructura similar a la de los lípidos de la piel. Contienen una alta capacidad de limpieza, pero se caracterizan por respetar la dermis y, por lo tanto, no alterar su capacidad protectora.
Hidrata con activos calmantes
Para combatir la sequedad y tirantez en las pieles muy sensibles lo mejor es recurrir a cremas hidratantes y sérums que contengan activos no irritantes y que calmen la piel a la vez que la nutren, como por ejemplo el ácido hialurónico, el cual tiene la gran capacidad de retener agua y de mantener el equilibrio de la barrera cutánea. También funcionan bien las fórmulas que incluyen niacinamida, ya que esta vitamina calma y mejora la textura de la piel. ¿Otro plus? Después de la hidratación puedes aplicar un aceite facial rico en ácidos grasos. Eso sí, tienes que ser muy meticulosa a la hora de elegir el que mejor te va e ir probando en pequeñas zonas del rostro.
Exfolia con cuidado
Aunque no lo creas, la exfoliación es esencial para las pieles más sensibles. ¿La razón? Elimina las células muertas de la superficie para que los productos penetren con mayor eficacia. Hazlo al menos una vez por semana. Lo más recomendable es optar por un exfoliante físico de grano muy fino. Pero recuerda: a la hora de aplicarlo hay que masajear con mucho cuidado.
Elige siempre maquillaje específico
Como las pieles reactivas suelen ser muy secas, la clave es elegir maquillajes fluidos, en crema o en mousse, que se extiendan bien. Los cosméticos con textura muy empolvada hay que evitarlos. Además, busca que en sus fórmulas incluyan activos hidratantes, calmantes y vitaminas antioxidantes. Ten en cuenta que no deben llevar perfume y muy poca cantidad de conservantes.