Con el paso del tiempo, la piel cambia, y con ello, las necesidades a la hora de maquillarse también evolucionan. A partir de los 50, la piel tiende a perder elasticidad, luminosidad e hidratación, lo que puede hacer que ciertos productos y técnicas que antes funcionaban a la perfección dejen de ser favorecedores. Sin embargo, lejos de ser un inconveniente, este es el momento ideal para redescubrir el maquillaje desde una perspectiva más sofisticada, con un enfoque en resaltar los rasgos, aportar frescura y definir la mirada sin sobrecargar el rostro.

El maquillaje en esta etapa debe centrarse en potenciar la belleza natural y en jugar con texturas y acabados que suavicen el rostro y aporten un aspecto radiante. La clave no está en cubrir o disimular, sino en encontrar fórmulas y técnicas que se adapten a la piel madura y la hagan lucir fresca, luminosa y elegante.

Desde la base de maquillaje hasta el color de labios perfecto, repasamos los mejores consejos con una maquilladora para sacarte el máximo partido.

Los cambios en la piel a partir de los 50 y cómo influyen en nuestra rutina de maquillaje

A partir de los 50 años, la piel experimenta una serie de cambios naturales que pueden influir en la forma en que aplicamos y elegimos el maquillaje. “Creo que, como maquilladora, lo que más he notado es pérdida de firmeza (con esto quiero decir que, por ejemplo, el pómulo o el óvalo facial dejan de estar tan marcados). Los volúmenes cambian poco a poco, sobre todo porque experimentamos un cambio hormonal importantísimo, lo que hace que la piel también esté más fina y seca y quizás se hacen más notables las arrugas y las manchas”, explica la maquilladora Sara Saiz.

Sharon Stone

La piel a partir de los 50 sufre cambios, siendo clave invertir en productos y técnicas que se adapten a ellos. 

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Esto se debe en gran parte a que la producción de colágeno y elastina disminuye. Además, la regeneración celular se ralentiza, lo que puede derivar en un tono de piel más apagado y en esas irregularidades en la pigmentación. Por ello, es fundamental adaptar la rutina de maquillaje con productos hidratantes, texturas ligeras y técnicas que aporten luminosidad sin acentuar los signos de la edad.

“Yo priorizaría el cuidado de la piel. Una buena rutina de skincare (la que se adapte a tus necesidades, ya que no todas tenemos las mismas peculiaridades), se consideraría también como parte del proceso de maquillaje, una preparación previa”, afirma Sara. “En cuanto a productos, yo optaría por opciones más hidratantes para evitar que el maquillaje marquey se asiente en las arrugas, así como evitar poner mucho polvo y productos muy mates, que solo van a acentuar la sequedad de la piel y marcar de nuevo líneas de expresión”, añade.

Base de maquillaje: ligera, hidratante y con efecto natural

El error más común a la hora de maquillarse a partir de los 50 es utilizar bases de maquillaje demasiado cubrientes o con acabados mates. Este tipo de fórmulas pueden acentuar las líneas de expresión y hacer que la piel se vea apagada o acartonada. En su lugar, lo ideal es optar por bases ligeras y de acabado luminoso, que unifiquen el tono sin sobrecargar la piel.

Jennifer Lopez

La base de maquillaje tiene que tener un acabado fluido y luminoso.

@jlo

“Recomiendo una base ligera, hidratante y si tiene efecto luminosidad mejor, con textura fluida o crema ligera. Ahora el mercado nos ofrece incluso bases con tratamiento, por lo que alguna que contenga ácido hialurónico, vitamina C o protección solar es muy recomendable”, comenta la maquilladora.

Si hay manchas o imperfecciones que se quieren disimular, lo mejor es recurrir a un corrector hidratante, aplicándolo solo en las zonas necesarias y difuminándolo bien para un acabado natural. En cuanto a los polvos matificantes, deben usarse con moderación y solo en la zona T si es necesario, ya que un exceso puede marcar aún más las arrugas.

Cómo dar luz y color al rostro con rubor e iluminador

El colorete es un gran aliado para rejuvenecer el rostro y aportar frescura. A partir de los 50, los tonos más favorecedores son los melocotón, rosados suaves y tonos cálidos, que dan un aspecto saludable sin endurecer los rasgos. En cuanto a la textura, los productos en crema o en formato líquido son la mejor opción, ya que se funden con la piel y evitan el efecto empolvado.

Kelly Rutherford

El colorete es un producto clave de maquillaje para rejuvenecer el rostro.

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El iluminador, bien aplicado, también puede ser un gran aliado. La clave está en elegir iluminadores de acabado sutil, sin partículas gruesas de glitter, y aplicarlos estratégicamente en los puntos altos del rostro, como los pómulos, el arco de la ceja y el lagrimal. Esto ayudará a dar luminosidad sin marcar líneas de expresión.

“Utilizar estos dos productos correctamente es clave. No caigamos en opciones demasiado mates o con partículas de glitter muy grandes, así evitaremos pesadez y que marquen las líneas de expresión. A la hora de aplicar el colorete, se tiene que hacer en la parte alta del pómulo, hacia las sienes, ya que de esta forma conseguirá un efecto lifting en el rostro. Difuminar para que se integre también es necesario para que no se vea exagerado”, explica la experta.

Ojos: realzar la mirada con sutileza y definición

Con la edad, los párpados tienden a perder firmeza y la mirada puede verse más cansada. Por ello, el maquillaje de ojos debe centrarse en definir y abrir la mirada sin sobrecargarla. “Debemos elegir técnicas con sombras que realcen el ojo, como aplicar tonos claros en el párpado móvil y marcar con sombra algo más oscura la cuenca, haciendo que este se vea más abierto y definido”, confirma.

Los tonos cálidos, como los beige, marrones suaves, rosados y dorados, son las más favorecedores para pieles maduras, ya que aportan luz sin endurecer los rasgos. Es recomendable evitar las sombras muy oscuras o con acabados excesivamente brillantes, ya que pueden acentuar las arrugas en el párpado.

Penélope cruz

En el maquillaje de ojos apostaremos por colores cálidos, como tierras y rosados. 

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Si optas por un delineado, este debe ser suave y difuminado, evitando trazos gruesos o muy marcados. “Para mí un delineado fino es clave. Nos da mucho juego además, porque podemos utilizar diferentes colores según lo que queramos: definir el ojo con unos tonos más suaves (marrones o grises) puede refrescar la mirada, mientras la marcamos al mismo tiempo”, comenta la experta.

En cuanto a las pestañas, la máscara es un paso imprescindible para abrir la mirada. Optar por fórmulas que aporten volumen y definición sin apelmazar es la clave para conseguir un efecto rejuvenecedor. “Unas pestañas bien trabajadas, rizadas y maquilladas bien abre muchísimo el ojo”, sentencia.

Labios: hidratación y colores favorecedores

Con los años, los labios pueden perder volumen y definición, por lo que elegir los productos adecuados es esencial. A la hora de maquillar los labios, lo ideal es comenzar con un bálsamo hidratante para evitar que el labial se cuartee. Como bien dice la maquilladora, “de tonos, de nuevo tiraría por aquellos que aporten frescura”.

Hablamos de rosados, corales, tonos nude cálidos y rojos suaves, que cuentan con un efecto rejuvenecedor.

Cate Blanchett

Los colores cálidos también son claves en los labiales, poniendo el foco en la hidratación.

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Para un acabado más definido, se puede utilizar un perfilador en un tono similar al del labial, difuminándolo bien para evitar líneas demasiado marcadas. En cuanto a la textura, la experta lo tiene claro: “escogería labiales cremosos y satinados que den aspecto de labio hidratado y con volumen sin quedarse fijo en esas temibles líneas de expresión”.

Como conclusión sacamos que, maquillarse a partir de los 50 no significa cubrir imperfecciones, sino realzar la belleza natural con técnicas y productos que favorezcan la piel madura. La hidratación, las texturas ligeras y los colores favorecedores son los mejores aliados para conseguir un resultado sofisticado, elegante y fresco.