El uso de tablets, teléfonos móviles y ordenadores hacen que surjan nuevas afecciones en la piel por los gestos repetitivos que van unidos a nuestra forma de utilizarlos. El cuello tecnológico o Tech Neck surge como consecuencia de estos nuevos hábitos y conlleva una pérdida de elasticidad y firmeza en la zona.

¿Qué es el cuello digital?

Seguro que has oído hablar de este término pero, ¿a qué se refiere exactamente? El "cuello digital" es un término cada vez más popular que hace referencia a las marcas de envejecimiento prematuro que aparecen en la piel del cuello y la zona inferior del rostro debido al uso excesivo de dispositivos electrónicos. Este fenómeno se produce principalmente cuando inclinamos la cabeza hacia abajo para mirar nuestros teléfonos, tabletas o portátiles, lo cual genera arrugas horizontales en el cuello y una pérdida de firmeza en la piel. Estas líneas, llamadas "tech neck" o "cuello de texto", son una consecuencia directa de las posturas repetitivas y la tensión en los músculos de la zona.

“Con este término hacemos referencia a los signos de envejecimiento prematuro en la zona del cuello a causa de la postura que tomamos cuando miramos nuestro dispositivo móvil o trabajamos frente al ordenador” explica Gema Cabañero, directora de la clínica anti-aging que lleva su nombre, y añade que “y es que, podemos repetir este movimiento una media de 150 veces al día, afectando no solo a la tensión del cuello, también a la columna vertebral”.

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¿Qué consecuencias tiene el cuello digital?

El uso y abuso de dispositivos electrónicos han llevado a acuñar el término cuello digital que tiene consecuencias nefastas para la piel de la zona.“La piel del cuello es más sensible y delgada que la del resto del cuerpo. Además, esta zona es la gran olvidada de la rutina de belleza, por lo que suele estar menos hidratada y cuidada”, segura Cabañero, y añade que: “Si a esto le sumamos que es una zona con un gran número de glándulas sebáceas y el movimiento repetido diariamente de la postura que adoptamos para mirar las pantallas de nuestros dispositivos, el resultado será la aparición de arrugas y pliegues de manera prematura”.

El daño en la piel de esta área no se limita solo a las arrugas, sino que también incluye pérdida de elasticidad, flacidez y falta de definición en el contorno del rostro. La exposición constante a la luz azul de las pantallas también puede afectar la salud cutánea, ya que genera radicales libres que aceleran el envejecimiento y potencian la hiperpigmentación. Todo esto se traduce en un cuello con líneas visibles, un aspecto más apagado y menos firmeza en la zona inferior del rostro.

Cómo revertir los daños en la piel

Cambiar de hábitos en el uso del móvil y demás dispositivos es fundamental para evitar el cuello tecnológico:

  • Cambia tu postura con el móvil: en lugar de agachar la cabeza para mirar el móvil, levanta los brazos y pon el dispositivo a la altura de tus ojos.
  • Modifica la postura frente al ordenador: ya no solo para evitar los posibles signos de envejecimiento prematuro, también para evitar que la rigidez en la zona de los hombros. “Lo deseable será que la mirada se encuentre en línea recta con la pantalla del ordenador. Para ello puedes ajustar la altura de tu silla o ayudarte de soportes para ordenadores” explica la experta.
  • Toma descansos de tus dispositivos: “será muy beneficioso tomar como referencia la regla de 20-20-20, es decir, cada 20 minutos utilizando una pantalla, mirar durante al menos 20 segundos a una distancia de 20 metros. Esto puede ayudar a reducir la fatiga ocular y también a que descansemos la musculatura” señala Gema Cabañero. Evitar mirar las pantallas del dispositivo de noche en la cama también puede ayudarnos a mejorar el descanso y a evitar tomar posturas inadecuadas con el cuello. 
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Revertir o mejorar los efectos del cuello digital es posible si comenzamos a cuidar la piel del cuello con la misma dedicación que la del rostro. Una rutina de cuidados puede incluir una crema específica para el cuello que contenga ingredientes como retinol o péptidos, conocidos por estimular la producción de colágeno y mejorar la elasticidad. Los suplementos antioxidantes también son de gran ayuda.

También es recomendable aplicar protector solar en el cuello y la mandíbula, ya que la exposición al sol sin protección acelera el daño cutáneo. Complementar esta rutina con tratamientos profesionales como la radiofrecuencia, el láser o la mesoterapia ayuda a rejuvenecer la zona y mejorar su firmeza, Gema Cabañero recomienda Ultherapy, un tratamiento que se conoce como el lifting sin cirugía y que compacta los tejidos produciendo un efecto tensor progresivo.

¿Te apuntas a combatir el cuello tecnológico de una vez por todas?