Son muchos los ingredientes o principios activos que podemos encontrar en los cosméticos, sin embargo, es el retinol el que está en boca de todos. ¿Por qué? No es una moda pasajera, el retinol es el ingrediente que recomiendan los expertos en cosmética y dermatología como uno de los mejores activos antiedad que podemos encontrar para las pieles maduras. El problema es que hay que tener precauciones a la hora de incluirlo en la rutina, la buena noticia es que los expertos nos dan las claves para hacerlo con éxito y sin ningún riesgo.
El retinol, el activo antiedad por excelencia
El retinol es un poderoso derivado de la vitamina A que se ha convertido en el favorito de la industria cosmética gracias a sus propiedades rejuvenecedoras que además mejoran la calidad y textura de la piel. Es un potente regenerador celular que estimula la producción de colágeno promoviendo la renovación de la piel. Es un excelente activo regulador de sebo por lo que es ideal también para pieles con tendencia acneica.
Cayetano L. Gutiérrez, fundador de la marca cosmética SkinClinic, explica que “una aplicación regular de retinol garantiza resultados notables que se traducen en una piel más firme, más luminosa y con arrugas menos visibles”. Sin embargo, añade que: “es importante tener en cuenta que cada piel es única y puede reaccionar de manera diferente al retinol. Por ello, se recomienda comenzar con concentraciones bajas e ir aumentando gradualmente la dosis, permitiendo así que la piel se adapte y minimizando el riesgo de irritación”.
Precauciones a tener en cuenta
Si incluimos el retinol en la rutina de skincare es fundamental combinarlo con una muy buena hidratación y con protección solar. Como indica Cayetano L. Gutiérrez, “aunque el retinol es extraordinario, también puede aumentar la sensibilidad de la piel a la luz solar, lo que hace que una defensa efectiva contra los rayos UV sea esencial”, y añade que: “es recomendable optar por productos de amplio espectro que protejan contra los rayos UVA y UVB, asegurando así una cobertura completa”.
Aunque como aseguran los expertos, el retinol es uno de los ingredientes estrella en el cuidado de la piel gracias a su capacidad para combatir los signos de envejecimiento, mejorar la textura, minimizar los poros y atenuar las manchas, su poder transformador puede venir acompañado de irritaciones si no se utiliza adecuadamente. Introducirlo de forma progresiva es esencial para obtener todos sus beneficios sin comprometer la salud de tu piel.
Cómo incluir retinol en la rutina de skincare
Para una piel madura que nunca ha utilizado retinol, o que ha dejado de usarlo hace un tiempo, el primer paso es elegir un producto adecuado para principiantes, con una baja concentración de retinol (entre el 0,1 % y el 0,3 %). También es una opción muy válida optar por derivados más suaves, como el retinil palmitato o el bakuchiol, si la piel es especialmente sensible.
En la rutina facial hay que aplicar una pequeña cantidad, del tamaño de un guisante, sobre la piel limpia y seca por la noche (salvo excepciones de productos que pueden usarse también durante el día). Es importante evitar zonas delicadas como el contorno de los ojos o los labios, ya que son más propensas a la irritación. Durante las primeras semanas, lo mejor es usar el producto solo dos veces por semana, dejando días de descanso para que la piel se adapte y se recupere.
Para minimizar el riesgo de deshidratación o descamación en la piel, es importante combinar el retinol con productos hidratantes y calmantes, como cremas con ácido hialurónico, las ceramidas, la niacinamida o el pantenol. Una buena técnica es aplicar primero una capa de crema hidratante, luego el retinol y, finalmente, sellar con otra capa de crema para reforzar la barrera cutánea. Si la piel tolera bien esa rutina, se podría aumentar de manera gradual la frecuencia de uso del retinol a tres o cuatro noches por semana.
Recuerda que el retinol hace que la piel sea más sensible al sol, por lo que es imprescindible usar protector solar de amplio espectro cada mañana, incluso en días nublados. También es importante evitar combinarlo, por regla general, con otros activos potentes, como ácidos exfoliantes o vitamina C, en la misma rutina nocturna para no sobrecargar la piel. Si a pesar de tomar estas precauciones la piel experimenta rojecimiento, irritación persistente o descamación severa, habría que reducir la frecuencia y consultar con un dermatólogo para adaptar el producto a las necesidades de la piel.
Introducir el retinol con paciencia y constancia no solo evitará molestias, sino que te permitirá disfrutar de una piel más luminosa, firme y rejuvenecida a largo plazo. La clave está en escuchar a la piel y darle el tiempo que necesita para adaptarse a este potente ingrediente.