Si llevas un tiempo intentando adelgazar pero no lo consigues, puede que el motivo sea que en el pasado has abusado de las dietas muy restrictivas. Lo cierto es que los menús demasiado hipocalóricos en ocasiones provocan que el metabolismo se ralentice y el organismo se ponga en 'modo ahorro'. ¿Esto qué significa? Básicamente que nuestro cuerpo demanda menos energía y quema menos calorías. Por eso, si últimamente has notado que por muy en serio que te tomes la dieta tu peso no baja (o incluso sube), es posible que tu metabolismo no ande del todo bien. ¿La buena noticia? Tiene solución. Apunta, hay ciertos consejos que te ayudarán a desbloquear esa rigidez metabólica.
1- Mantén a raya el estrés
El estrés y la ansiedad generan cortisol, una hormona que aumenta nuestra sensación de hambre y entorpece nuestra capacidad de sentirnos saciadas por completo. ¿Las temibles consecuencias? Comemos más de lo necesario y aumentamos el consumo de calorías. Por ello, en la medida de lo posible, trata de relajarte y tomarte las cosas con serenidad.
2- Duerme 8 horas al día
Está demostrado que dormir poco ralentiza el metabolismo. Uno de los principales motivos es que mientras dormimos el cuerpo quema calorías para regular la temperatura corporal. Por tanto, recuerda: es fundamental mantener una buena rutina de sueño. Acostarte pronto y limitar el uso de aparatos electrónicos antes de irte a la cama te ayudarán a relajarte antes de dormir.
3- Consume más proteínas
La ingesta de alimentos ricos en proteínas ayuda a activar el metabolismo hasta en un 30%. Huevos, pollo, pavo, pescado blanco, lácteos... Todos ellos aumentan el efecto térmico del cuerpo, que quema un extra de calorías para absorber y procesar los nutrientes de la comida. ¿Otro plus? Los alimentos ricos en proteínas son muy saciantes, por lo que sus digestiones son más lentas y contribuyen a controlar el apetito entre horas.
4- ¡Muévete!
Lo ideal es hacer 150 minutos de deporte a la semana, algo imprescindible para aumentar la tasa metabólica basal. Eso sí, a parte del ejercicio aeróbico no hay que olvidarse de los ejercicios de fuerza, sobre todo si has superado la barrera de los 50 años, ya que una masa muscular adecuada ayuda enormemente a acelerar el metabolismo.
5- Apuesta por snacks saludables
Para hacer comidas principales ligeras debemos cuidar lo que comemos entre horas. Además de fruta fresca, es importante apostar por fiambres como pechuga de pavo o jamón york. Otra buena opción son los encurtidos como pepinillos o cebolletas.
6- Alíate con el té verde
La cafeína estimula el sistema nervioso central, y un par de tazas diarias de té verde pueden activar el metabolismo hasta en un 13%. Los expertos explican que los antioxidantes que contiene, llamados catequinas, son los que proporcionan ese beneficio.
7- Disfruta del picante
La capsaicina es un químico que se encuentra en alimentos picantes, como por ejemplo, el chile, la cayena, los pimientos... Ésta sustancia duplica el gasto calórico algunas horas después de su ingesta y, al unirse a los receptores nerviosos, envía señales al cerebro para quemar grasa. ¿El resultado? Ayuda a perder hasta 100 calorías más al día.
8- Bebe agua fría
Sabemos que beber dos litros de agua al día es imprescindible para mantener la hidratación y combatir la retención de líquidos. ¡Pero mejor si es fría! Según los investigadores, el trabajo que realiza nuestro organismo para calentar toda esa agua también contribuye a acelerar el metabolismo.
9- Aumenta la fibra
Está demostrado que ingerir la dosis de fibra suficiente puede acelerar la quema de grasa hasta en un 29%. Trata de consumir unos 25 gramos al día, es decir, la cantidad de fruta y verduras equivalente a tres porciones.
10- Come pan en el desayuno
La desesperación por perder peso puede llevarnos a descartar ciertos alimentos como el pan. Sin embargo, incluirlo en el desayuno es una buena alternativa para hacer una comida energética que nos ayude a evitar tentaciones a deshoras. Eso sí, elige panes de buena calidad, mejor aún si son de cereal integral.