El año pasado no acudió y hace dos nos sorprendió con un vestido de encaje e inspiración lencera negro de Felipe Varela, que provocó disparidad de opiniones, pero este año se puede decir que Letizia tiró la casa por la ventana y, cual rutilante estrella de Hollywood, se ha destapado con un mono azul noche de inspiración griega con pantalón palazzo y de cuyo hombro salía una especie de cola, firmado por Pedro del Hierro. No sé si por lo sorprendente del modelo, pero la verdad es que a primer golpe de vista no se puede decir nada más que está espectacularmente guapa y favorecida.
También acertó en los complementos, con unos zapatos de ante en el mismo tono del vestido, de Nina Ricci, y una cartera de mano azul. Para coronar y terminar de triunfar con su estilismo, sacó de su joyero los pendientes de diamante en oro blanco y topacios, de Bvlgari, que tiene desde el 2005. Un look 10 para una reina de hoy en día. Moderna, pero con todos los ingredientes para triunfar en una noche en la ópera.
Además, estaba especialmente favorecida, tanto con su peinado, ese recogido messy que Meghan Markle ha convertido en tendencia total, y un maquillaje en tonos dorados, dando protagonismo a los ojos, con efecto smoky, y los labios nude con ligero brillo. Como acostumbra en ocasiones especiales, Letizia recurrió a esas cremas de cuerpo con color que tienen un acabado satinado.
El diseño de Pedro del Hierro por detrás, con una cola que salía del hombro
Se puso los pendientes de diamantes en oro blanco y topacios, que acompañaban perfectamente al estilismo
Eligió un moño bajo no demasiado pulido
También acertó en el maquillaje, en tonos dorados, con ojos ahumados y labios nude
La Reina recurrió a la crema para el cuerpo de efecto satinado, que realza todavía más su bonito bronceado
Y de nuevo volvió a presumir de torneados brazos