Aunque lo suyo comenzó con lo que parecía iba a ser una buena amistad, es más, Ángel Cristo Jr. no podía presumir por aquel entonces de tener demasiados amigos en Honduras, pronto se torció y Aurah Ruiz se convirtió en una de las principales 'archienemigas' de su compañero. Los supervivientes se convirtieron en los protagonistas de fuertes enfrentamientos donde pudimos oír de todo, una guerra que se quedó abierta tras la expulsión disciplinaria de Ángel y a la que ahora han tenido que volver a hacer frente con la expulsión de Aurah del concurso.
'Tierra de nadie' ha vuelto a reunir a los excompañeros, que en su día fueron incluso amigos, y Aurah ha entonado su parte del 'mea culpa': "Tengo que decir que me arrepiento muchísimo y se ve, he estado muchos días dándole vueltas. Te pido perdón, por mi parte, a la cara, me gustaría que tú también me miraras, la verdad", le decía mientras Ángel solo miraba al suelo con rostro muy serio.
La canaria no podía contener las lágrimas mientras se sinceraba con su compañero, "no sé si aceptarás mis disculpas, pero la verdad es que de tu parte también salieron cosas muy feas".
"La amistad que tuve con él fue sincera, al menos por mi parte", añadía Aurah, "en el puente de la concordia pensé que hasta nos abrazaríamos, pero cuando lo vi...", confesaba. Ángel, por su parte, no pedía perdón: "Yo necesito tiempo para ordenar mis ideas", aseguraba el hijo de Bárbara Rey, "no es el momento, no estoy preparado, quiero pensarlo fríamente y hacerlo de manera correcta".
Unas palabras que hacían reaccionar a Carlos Sobera, "me vais a perdonar los dos, pero es un momento extraordinario. Podéis quedar en una cafetería un día y deciros las cosas, pero hacerlo aquí en el programa en el que habéis estado tantos días, también está muy bien".
El presentador no entendió la actitud de los ex concursantes, y no dudó en reprochárselo a Ángel; "¿En tres semanas no te ha dado tiempo a ordenar las ideas?", y en ese momento, Alexia Rivas, que se encontraba presente en el plató, reprochaba al hijo de Bárbara Rey su silencio: "Aquí no dices nada, pero los viernes sí que rajas".
Su guerra tuvo consecuencias
Su enfrentamiento en los Cayos Cochinos fue tal que Aurah fue sancionada en el concurso (Ángel ya recibió la expulsión) después de un momento muy fuerte vivido en 'el puente de la concordia': "Tu comportamiento en el altercado con Ángel ha tenido consecuencias", le desvelaba Carlos Sobera, "ambos cruzasteis varios límites y líneas rojas en el respeto entre concursantes. Por ello, recibirás una nominación directa", anunciaba.
Ocurrió tras enfrentarse en varias ocasiones en la isla, y tras hacerlo de forma 'privada' en el 'puente de la concordia', un momento que la organización de 'Supervivientes 2024' creó para que sellaran la paz y logró todo lo contrario. Se terminaron diciendo cosas como: "Eres una superficial que se cree superior a los demás, un producto de la televisión y las redes sociales y tienes todos los cartuchos quemados", entonaba él y ella respondía enfadada ante esto: "Por lo menos yo no soy famosa por mi familia, no eres nadie, solo por tu madre. Un respetito".
Aurah confesaba, entonces, que hasta ese momento "me dolía perder la amistad contigo, me llegué a callar cosas por guardarte el respeto", sin embargo, ese respeto lo ha perdido por completo, "has sido desleal".
Una amistad rota que parece que ni este reencuentro en el plató de 'Tierra de nadie' no van a arreglar.
La dura llegada al plató de Aurah
Aunque al ver a sus familiares y a algunos de sus excompañeros, la canaria se mostraba feliz y se lanzaba a abrazarles, su llegada no ha sido todo lo bonita que ella hubiera imaginado. ¿El motivo? Una gran ausencia, la de su marido, el futbolista Jesé Rodríguez, y su hijo. "Estoy temblando", comentaba Aurah nada más llegar al plató y Carlos Sobera, preguntaba: "¿Echas de menos a alguien?". Ella, sin tapujos, respondía: "Evidentemente, echo de menos a mi marido y a mi hijo".
Jesé no estuvo presente en el plató y tampoco se ha pronunciado al respecto, pero tal y como le señaló Carlos Sobera, ya queda poco para que se produzca el tan esperando reencuentro familiar, aunque sea detrás de cámaras.