Durante toda la entrevista, Ramón García tuvo la lagrimilla en el ojo. No era para menos. Y es que la vuelta de 'El Grand Prix' no solo supone el regreso a su casa, TVE, sino también la realidad de un sueño que llevaba persiguiendo muchos años. Cuando empezó el programa, allá por 1995, aún estaba soltero y durante los 11 años que se mantuvo en antena, se casó con Patricia Cerezo y tuvo a su hija Natalia (19). Hoy ya divorciado, Ramón tiene la ilusión de que su primogénita y su otra hija, Verónica (16), le vean divirtiéndose haciendo este concurso, que nos amenizará este verano. “Voy a repetir la foto que me hice con mi hija mayor cuando tenía dos años en el programa. La pequeña no había nacido, pero también se la hará”.
¿Qué te dicen tus hijas?
Natalia, la mayor, viene con su novio a verme el 14 de julio. Ella no se acuerda del programa porque era muy pequeña... Tanto ella como Verónica hablan mucho de los hermanos mayores de sus amigos que sí lo veían y les dicen la suerte que tienen de venir a verlo.
Estás muy emocionado…
Soy de lágrima fácil y al ver imágenes de los comienzos me vienen muchos recuerdos de los Estudios Buñuel, que ya no existen, de los compañeros que ya no están… Este programa ha ido unido a mi vida y, en este recorrido, he sido padre y cuando hablo de mis hijas me emociono mucho. Y, además, ¡qué pelazo tenía!
"¿Lograremos juntar a toda la familia con 'El Grand Prix'? Yo creo que sí, pero ese es el reto", nos confiesa Ramón García
¿Siempre tuviste claro que querías presentarlo?
Desde que se terminó el programa, el productor ejecutivo, Carlo Boserman, y yo hemos luchado para que volviese, pero hubo un 'impasse' de tiempo donde los grandes programas de entretenimiento desaparecieron de la televisión en España. Con Ibai Llanos estuve a punto de hacerlo, pero, al final, no salió. Y cuando estábamos a punto de ponerlo en marcha en otro sitio, llegó la llamada de TVE y estamos encantados porque esta es la casa de este programa.
¿Por qué os decían que no a la vuelta de 'El Grand Prix'?
Porque era un programa de antes y en la nueva televisión no tenía cabida. Yo había estado haciendo 'El Grand Prix', 'Qué apostamos', 'Todo en familia', que eran grandes formatos que costaban mucha pasta y, de repente entramos en una televisión donde se hacían programas con seis tíos sentados hablando, que, para mí, eso no es tele, sino radio televisada.
¿Y crees que ahora encajaréis en la nueva televisión?
Esa es la gran pregunta y no tengo la respuesta. ¿Los jóvenes se van a sentar a ver a un tío canoso medio calvo corriendo con dos chicas y dos personas disfrazadas de vaquilla y dinosaurio? Porque es que ahora no hay vaquillas de verdad, que tenían su punto y es una pérdida grande a la hora de retener espectadores, sobre todo, en las zonas rurales que se ve mucho 'El Grand Prix'. Para ello, lo hemos renovado y el papel de la influencer Cristinini es fundamental. Por otra parte, me planteó si se quedarán con nosotros los espectadores veteranos, porque también nosotros hemos cambiado. Pero creo que igual que antes los abuelos y los padres se lo pasaban bien, los que ahora son padres, ¿por qué no se lo van a pasar bien si lo comparten con sus hijos o nietos? Ese es el concepto: el programa del abuelo y el niño, como decía la sintonía. Lo mejor de 'El Grand Prix' es verlo en familia. ¿Lograremos juntar a toda la familia? Yo creo que sí, pero ese es el reto.
Ramón García, junto a sus compañeras la influencer Cristinini y Michelle Calvó
¿Ves posible que pudiera volver también 'Qué apostamos'?
Todo es posible. En esa época venían al programa las grandes estrellas mundiales. Era un reclamo bonito pero que costaba mucho dinero y esa televisión cara ahora no pasa el filtro, por eso se dejaron de hacer los grandes formatos. Pero la posible vuelta está muy clara, porque siempre hay gente con talento que te deja con la boca abierta.
¿Te gustaría presentarlo con Ana Obregón?
Sería una fantasía. Imagínate…
Y te quedas sin vacaciones…
Una vez más. Me escaparé la Semana Grande a Bilbao. Pero estoy encantado porque me lo paso bien trabajando. Ahora nos ponemos ya a grabar. Va a ser una paliza, pero ¿somos de Bilbao o no?