Ramón García y Patricia Cerezo volvieron a convertirse en protagonistas este jueves. El motivo esta vez no era nada que tuviera que ver con su separación, sino con la puesta de largo de una de sus hijas. Tras haber cumplido 18 años el pasado 21 de junio, Natalia García Cerezo celebró su puesta de largo a las afueras de Madrid. En concreto, en el hotel boutique El Antiguo Convento, en Boadilla del Monte. Con unos looks de infarto, la expareja ha posado junto a sus hijas y lo han hecho muy felices, ya que la ocasión lo merecía.
Ambos mantienen una relación cordial, ya que han sido 24 años casados y muchos momentos juntos, por lo que, a pesar de su ruptura, sigue reinando la paz entre ellos. Llamaron la atención sus outfits, principalmente el de Natalia. La joven apostó por un vestido de escote corazón en color blanco con el que acaparó todas las miradas, ya que tenía un corte princesa muy favorecedor. Para su cabello, optó por unas ondas al agua y un clutch maquillaje que combinaba de maravilla. Su hermana apostó en cambio por un look mucho más sencillo: un vestido largo de líneas puras en rojo y Patricia, por su parte, una pieza cuello halter que tenía un vertiginoso escote en la espalda. Cada una de ellas eligió distinta gama, no coincidiendo así ni en tonos ni en formas, lo que demostró sus diferentes estilos. Ramón García fue fiel al smoking que tantas veces ha lucido en televisión y es que no quiso arriesgar y apostar por lo seguro. A la cita acudieron muchos invitados, ente los que destacaban Paloma Cuevas, Juan del Val, Genoveva Casanova o Nuria González, entre otros. Ninguno de ellos se quiso perder este evento tan esperado por Natalia, sus padres y su hermana y así se evidenció en la sonrisa que lucieron en todo momento. Allí reinó el buen rollo, algo que no ha extrañado el círculo de ambos. Los dos han insistido en varias ocasiones en que, aunque ya no son pareja, siempre formarán una familia pase lo que pase. Se han vuelto a reunir y eso no ha supuesto un momento incómodo para ninguno de ellos, una buena prueba de que todo sigue siendo cordial. Derrocharon elegancia y vivieron un día inolvidable, ya que todos remaron en la misma dirección para que la protagonista de la noche estuviera feliz, dando igual la montaña rusa de emociones que podía haber supuesto su separación.La música, el baile y los reencuentros fueron los ingredientes principales en la puesta de largo. Sirvió para que amigos y familiares de la pareja se reunieran, eso sí, es una incógnita si allí se vieron las caras Ana Soria y Paloma Cuevas. Cabe recordar que tanto Ponce como su expareja estaban invitados, por lo que no sería de extrañar que hubieran coincidido en la celebración.