Con ese carácter risueño, alegre y disfrutón, cuesta creer que Miriam Díaz-Aroca (61) pueda dar vida a la villana Elena Santacruz de 'Amar es para siempre' (Antena 3). Pero esta polifacética actriz, que tuvo como maestros a Jesús Hermida, Chicho Ibáñez Serrador, Fernando Trueba y Pedro Almodóvar, tiene escuela para afrontar todo lo que la echen y sin perder el buen humor. Damos fe. Y es que SEMANA compartió con ella una jornada de rodaje de esta mítica serie, producida por Atresmedia TV en colaboración con Diagonal (Banijay Iberia), que esta temporada llega su fin.
¿Cómo afrontas la responsabilidad de poner fin a la última temporada de Amar?
Con infinita celebración, porque es una serie emblemática no solo para mí, sino también para mi madre, que siempre me decía: "Pero, hija, ¿cuándo vas a trabajar en esta serie?". Y mira tú por dónde que tengo la gran suerte de que me llaman para hacer de Elena Santacruz y entro en esta familia maravillosa que es 'Amar es para siempre', donde me siento querida y cuidada, y a la que soy tan feliz de pertenecer. La estoy gozando con esta serie.
¿Qué tal llevas el ritmo de una serie diaria?
He descubierto que la exigencia de una serie diaria, con la intensidad del trabajo y los tiempos de estudio, va mucho con mi naturaleza.
Miriam Díaz-Aroca, una villana con muy buen rollo
¿Y cómo es eso de ser la villana de la serie?
Estoy feliz. Hay gente que tiene el cliché antiguo de Miriam Díaz-Aroca presentadora o actriz de comedia y aquí me ve como a una mujer madura, como soy yo, con mis canas y mi pelo corto, y asumiendo el personaje de villana. Cuando acabo de rodar, a veces, me dicen los compañeros: "¡Eres muyyyyyy mala, menos mal que sabemos que en verdad eres buena gente!" (risas).
El Departamento de Vestuario está disfrutando mucho contigo...
¡Y yo estoy feliz de ponerme tan elegante con esos trajes, taconazos y joyeríos!
Roberto Álvarez es tu marido en la serie, ¿qué tal habéis conectado?
De maravilla. Tuvimos un pequeño encuentro en 'Servir y proteger' (RTVE), pero esta es nuestra primera vez juntos con intensidad (risas). Son todos maravillosos y así no me cuesta nada levantarme a las 5:30 de la mañana porque ya entro en felicidad.
Tus compañeros destacan tu buen rollo…
Es mi naturaleza. En mi vida en general me gusta sentirme bien y hacérselo sentir a los demás.
Una larga y exitosa carrera profesional
A tus 61 años, ¿estás en tu mejor momento profesional?
Cada 24 horas de mi vida es una vida completa. Este momento es único y todos los anteriores también lo fueron. Ahora, en mi veteranía, puedo asumir personajes con mucha profundidad, como el monólogo que estoy haciendo en el teatro de la madre de Lorca, titulado 'Lorca, Vicenta'.
¿Cómo ha vivido Miriam Díaz-Aroca esas épocas en las que no sonaba el teléfono?
Es complejo, te descoloca, pero llegas a la conclusión de que esta profesión es la Diosa caprichosa. Se enamora de ti, te coge, te pone en todos los sitios y luego un día deja de mirarte. Mientras, he tenido la suerte de gestionarlo bien y poder abrir otras ventanas, donde me he formado en Desarrollo personal y he hecho dos másters en mentorías e intervención estratégica. Esto me ha dado la oportunidad de no quedarme en el quejismo y abrir otros talentos en mi vida, acompañando a la gente en su proceso de cambio.
Cuando echas la vista atrás y recuerdas tus comienzos televisivos con Jesús Hermida y Chicho Ibáñez Serrador, ¿qué piensas?
Me emociono y pienso en la inmensa suerte que he tenido por el momento tan bonito en el que estuve en la televisión. Hace unos diez años lo veía con nostalgia, pero ahora lo hago con disfrute y emoción profunda de yo estuve allí.
Sus hijos, María y Pedro, sus grandes amores
Parece que tu hija ha heredado la vena artística.
Si a María (18) le gusta muchísimo. Ya lleva dos años formándose y es muy buena cantante. Está en una agencia de representación y no para de hacer castings. Solo ha hecho papelitos pequeños, pero ella está pico y pala. Y luego le gusta mucho la dirección de cine. Yo le digo: "Donde está tu pasión va a estar tu vida".
¿Y tu hijo?
Pedro (28) se dedica al mundo de la empresa, pero es un grandísimo actor y cantante.