Máximo Huerta cuenta en 'El hormiguero' alguno de los momentos más duros de su infancia

El periodista y escritor Máximo Huerta ha visitado junto a su compañero Albert Espinosa el plató de 'El hormiguero'. El que fuera presentador de informativos ha acudido como primer invitado de la segunda temporada del programa 'El camino a casa', creado por su acompañante en la promoción. Ambos se han divertido y hablado de lo que nos espera en la nueva edición del conocido formato, aunque también han querido expresar algunas anécdotas de cuando eran niños y de cómo era la educación hace años.

El programa que promocionan los escritores trata de recordar el camino que los famosos hacían de niños para ir desde la escuela hasta su casa. Así vuelven a un poco a la infancia y tratan con nostalgia algunos de los momentos vividos en la niñez, visitando las calles que les han visto crecer. Aunque, pese a tratarlas con humor, no todas las anécdotas son alegres. El que fuera ministro ha relatado que para él fue duro grabar este formato, pues sus recuerdos no son muy agradables. "Llore, reí, llore, llore... durante todo el rato dije que tenía que ser fuerte, pero no fui fuerte, me deshice de emociones y de sentimientos, era como volver a Buñol de nuevo a los 7 años", ha expresado el periodista emocionado al hablar de su pueblo. 

Alber Espinosa logra que Máximo Huerta se emocione

Pablo Motos no se ha sorprendido de que el invitado llorara a la hora de grabar el programa. "Nadie se puede defender de lo que hace Albert", ha explicado el presentador. "Lo peor es que no te pincha, te pellizca y te rompes, pero no fuerza", ha indicado Máximo Huerta refiriéndose al escritor. "Hay que buscar el olor de la infancia, eso les toca, porque los niños miran mucho para afuera y poco para dentro, al contrario de los adultos, por lo que es clave que pare se abran y se produzca algo mágico", ha indicado el entrevistador de 'El camino a casa'. 

Máximo Huerta explica su comportamiento en la escuela

Máximo Huerta no había vuelto a su clase desde que era un niño. "Me olvidé de todo. Qué pequeñita me pareció de repente mi clase", ha expresado con una sonrisa en la cara. "De repente el maestro tenía mi edad, algo no iba bien, éramos dos señores", ha bromeado. "De niño era hablador, porque soy hijo único, pero cuando castigaban a alguien yo hablaba para poder hablar con el castigado", ha indicado entre risas.

La duros castigos que sufría Máximo Huerta en la escuela

Sin embargo, los castigos no eran divertidos. "Me castigaban de rodillas, de cara a la pared y con una silla en la cabeza, eran tres martirios en uno", ha expresado buscando la broma de aquellos duros momentos. "Había un maestro que pegaba anillazos, tal era el dolor que sentías el reguero de sangre, que no era, pero lo sentías", ha seguido, "la dulzura con la que nos criaron", ha finalizado. El periodista era muy buen estudiante, aunque sacaba muy malas notas en comportamiento, algo por lo que vivió algunos momentos duros.