José Ortega Cano ha abierto las puertas de su casa de Madrid con motivo de la nueva temporada de 'Mi casa es la tuya’. El diestro se ha emocionada junto a Bertín Osborne al recordar a Rocío Jurado. Desde el momento en el que se conocieron hasta el día en el que conoció su enfermedad y su posterior fallecimiento, un trago amargo que pensó no poder superar. "No es fácil un cambio de esa manera. Eso no era para un día, era para toda la vida", ha contado.
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El primer encuentro con Rocío Jurado
La primera vez que José Ortega Cano vio a la artista fue en la madrileña calle Serrano. Guarda con anhelo aquel momento en el que ella iba acompañada de su madre y él, que tenía tan solo 18 años, pasó toda la tarde siguiéndola sin atreverse a hablar con la de Chipiona. Tiempo más tarde sus caminos se cruzaron en una consulta clínica y fue entonces cuando comenzaron a citarse.
Su multitudinaria boda
La pareja se dio el "sí, quiero' en 1995 ante 2.400 personas en la finca sevillana de Hierbabuena. "Fue una boda muy bonita", recuerda el diestro.
El miedo a los toros de la artista
Al principio la cantante acudía a los ruedos, pero luego decidió que sufría demasiado y dejó de ir. "Me acompañaba y ella durante el tiempo que yo estaba en la plaza se metía en la ducha, esa era su forma de relajarse".
El aborto de Rocío
El diestro recuerda que estaban intentando tener familia biológica, pero no llegaba. La artista tuvo un aborto cuando se encontraba grabando un disco en Los Ángeles y Ortega Cano toreando en México. "Me hubiera gustado muchísimo, imagina los genes de Rocío y míos", señala sobre la posibilidad de haber tenido un hijo biológico. Finalmente decidieron adoptar: "Fue una alegría muy grande".
Así se enfrentó a la enfermedad
"Lo de ella fue una sorpresa", ha revelado. Durante un verano le surgieron unas molestias y después de muchas pruebas le detectaron la enfermedad. "Fue una sorpresa para ella y para todos", ha contado destacando su valentía. "Ella sabía que aquello le podía quitar la vida".
Un tumor que avanza rápido
El diestro ha confesado que no era consciente de lo que pasaba y que fue todo muy rápido. "Nunca pensó que fuera tan fuerte". Recuerda, además, que no pudo despedirse como le hubiera gustado. "La pérdida de Rocío es irreparable".
El cambio de rumbo en su vida
"Dormir allí en la cama sin ella era muy duro". Entonces decidió hacer un cambio de vida y cambió su residencia de Madrid por su finca sevillana de Hierbabuena.
Sus momentos más complicados
"Me dio por beber. Tenía una época que no coordinaba". Señala que echaba mucho de menos a la artista. "No es fácil un cambio de esa manera. Eso no era para un día, era para toda la vida". Recuerda, además, cómo los problemas se acrecentaban, también con su hijo José Fernando.
"Yo quería morirme igual que ella"
La fe le ha ayudado en muchos momentos fundamentales de su vida, entre ellos, la muerte de la artista. "Era muy difícil adaptarse a estar sin ella". Y es que no duda en confesar que cuando falleció él también quería morirse.