Iker Jiménez señala que 26 de los 27 expertos contratados para ver si el coronavirus surgió de un laboratorio de Wuhan estaban pagados por el mismo centro. Para él, las sospechas son más que justificadas y su denuncia ha causado un gran revuelo en las redes sociales
Iker Jiménez no se cree la versión oficial que nos han hecho llegar desde las autoridades sanitarias internacionales que mantienen que el coronavirus ha sido un virus natural que ha dado el salto de un animal, presumiblemente de los murciélagos, al hombre en China. Es más, él mantiene en todo momento que la verdad es otra bien distinta y es que se respalda con la opinión de expertos independientes en la materia que señalan las pruebas de que el Covid-19 ha sido creado en un laboratorio de Wuhan y que desde ahí se propagó por el resto del planeta, aunque ahí ya deja abierta la posibilidad o la interpretación personal de cada uno a pensar si esto ha sido fruto de un mero accidente o de manera premeditada con ocultos intereses económicos, políticos y sociodemográficos.
Iker Jimémez no duda de tildar de “escándalo” el asunto de que los virólogos contratados para estudiar lo sucedido en Wuhan determinaran que de sus laboratorios no naciese el coronavirus. Más teniendo en cuenta que en varios de ellos se experimentaba precisamente con este virus y que fuese precisamente el punto cero del inicio de la pandemia que ha asolado el mundo entero y nos ha obligado a reformular la forma de relacionarnos. El marido de Carmen Porter lo ha hecho a través de las redes sociales y su mensaje ha provocado una nueva oleada de descontento entre los usuarios que reclaman mayor información al respecto, además de que esta sea fiel a la realidad y no dictada precisamente por aquellos que tienen intereses ocultos en proteger lo que realmente sucedió en Wuhan ahora casi dos años atrás.
Iker Jiménez asegura que “26 de los 27 expertos firmantes de la carta en la que se pedía a la comunidad científica que se tildase de ‘fake’ lo relativo al origen del virus en el Laboratorio de Wuhan, tenían relaciones e intereses con ese centro y otras entidades chinas”. Una sentencia que ha causado un gran revuelo y en la que él no entra a matizar más allá que dar el titular. “No hay más preguntas señoría”, cierra su mensaje el conductor de la nave del misterio que, para él, todo queda claro con esta afirmación. Y es que el hecho de que la gran mayoría de los expertos que firmaron el documento que salvaba al laboratorio de las acusaciones de ser el responsable de propagar el coronavirus tengan relaciones económicas estrechas es, cuanto menos, digno de tener en cuenta.Iker Jiménez ha tenido oportunidad de hablar con Pablo Díez, un periodista que lleva tres semanas de cuarentena en China tras haber dado positivo en coronavirus. En estas tres semanas se ha hecho ya 8 pruebas PCR y una de sangre para cerciorarse de que está libre del virus. Una de las medidas del gobierno chino para frenar la propagación de la variante Delta en su territorio, el cual ya ha comenzado a cerrar ciudades ante el avance imparable de esta cepa. “La semana pasada hubo un brote en una provincia de la costa y se ha trasladado a otras ciudades. Se sospecha que el paciente cero llegó de Singapur el 8 de agosto: pasó tres semanas de cuarentena y 9 dio negativo en las nueva PCR. Dos semanas después hubo un brote en la ciudad y sus hijos estaban contagiados. El también dio positivo. Sería un caso extrañísimo de una incubación muy larga, pero otra posibilidad es que se hubiera contagiado en china al salir de la cuarentena”, expone el periodista consultado por Iker Jiménez.
El presentador también habló con este periodista sobre los “virólogos a sueldo”, esos que han sentenciado que el laboratorio de Wuhan no es responsable de la propagación del coronavirus en el mundo y para el cual trabajan de manera directa o indirecta. “Tenían contactos con el laboratorio de Wuhan”, sentencia el periodista haciéndose eco de una investigación encabezada por el diario ‘The Telegraph’. Tal y como destacan, se ha descubierto que los experimentos que se llevaban en el laboratorio de Wuhan en el que todos han puesto el foco de la polémica experimentaba precisamente con coronavirus procedente de murciélagos, el cual era inoculado en otros animales para ver cómo actuaba en un organismo ajeno. Uno de estos animales eran ratones, “a los que se les habían alterado genéticamente los pulmones para parecer humanos”. ¿Casualidad? Para Iker Jiménez, quizá, demasiada como para no ser tenida en cuenta y más ahora que se ha conocido que los expertos que iban a comprobar si el virus salió de este laboratorio están financiados y contratados indirectamente por el laboratorio al que iban a investigar.