Iker Jiménez estaba abatido este domingo y al final ha confesado qué le sucedía. Ha sufrido duras pérdidas por culpa del coronavirus y su ánimo flaquea. El mensaje que ha lanzado al mundo encierra optimismo, pero desvela también su profundo dolor
Iker Jiménez se ha posicionado como uno de los líderes de opinión en tiempos de la pandemia del coronavirus y es que su decisión de desenmascarar la verdad que se esconde detrás de esta crisis sanitaria es uno de sus principales objetivos. De ahí que desde Mediaset le encargase fijarse en esta tarea en su especial ‘Horizonte’, centrando su atención en los aspectos menos conocidos del virus y cómo está afectando al mundo entero. Pero no solo esta enfermedad que ha puesto en jaque la “normalidad” le afecta por cómo ve que incide en el resto de las personas, sino que él mismo ha sufrido las consecuencias de esta pandemia. Y es que el coronavirus ha tocado su puerta y ha hecho mella de manera desoladora en su entorno más próximo.
La última aparición pública de Iker Jiménez ha dejado a sus fieles seguidores algo preocupados y es que ha mostrado una imagen a la que nos tiene muy poco acostumbrados. Con el rictus serio, con sensación de abatimiento y cansancio, el presentador de ‘Cuarto Milenio’ no pudo disimular que algo le sucedía, que estaba compungido por algo personal que le mantenía algo desorientado de la realidad, algo que finalmente tuvo que confesar en el cierre de su programa. Lo hacía con dificultad para encontrar las palabras adecuadas, con la voz entrecortada y la amenaza de emociones desbordadas en sus ojos, que finalmente lograron no estallar en lágrimas. Pero ¿qué le sucede a Iker Jiménez? Así lo cuenta él mismo:
“Hoy no he estado del todo fino porque, créanme cuando se lo digo, he tenido una serie de pérdidas de familiares y amigos”, comenzaba a relatar Iker Jiménez, apesadumbrado porque ha tenido que vivir en sus carnes el drama que lleva denunciando desde hace casi un año. Por mucho de que ha advertido de los peligros del coronavirus desde su programa, parece que la audiencia no ha atendido a su alarmante mensaje de precaución y el virus ha continuado su avance entre nuestras fronteras. Tanto, que incluso ha llegado a afectar al entorno más próximo del presentador, que informa de que incluso ha tenido que despedirse de “familiares y amigos” por culpa del coronavirus. Pese a ello, no duda en mostrar su mejor versión y lanzar un mensaje de optimismo ante unas cifras de contagios, muertes y colapso sanitario nada esperanzadores.“Tengo la suerte de contar con este programa como bálsamo, porque uno se sienta en la nave y los temas que tratamos nos dan la fuerza suficiente para continuar con esta misión y hacer de tripas corazón”, decía Iker Jiménez, afectado por cómo ha incidido el coronavirus entre sus seres queridos, pero con fuerzas suficientes como para seguir al frente de la exitosa nave del misterio que le ha dado el prestigio y respeto del que ahora goza.
Ante esta alarma sanitaria en la que nos encontramos actualmente ante el imparable avance del coronavirus, Iker Jiménez ha querido llamar a la cordura de sus seguidores y telespectadores: “Mi recomendación o consejo de amigo, con la sensación de que está pasando algo realmente peligroso y ha subido un grado exponencial de contagio, es que se cuiden todo lo que les sea posible. Que no desesperen cuando dentro de los ámbitos familiares hayan personas que no les creen porque ellos piensan que no es para tanto. Eso suele pasar cuando no te toca de cerca. Me hace mucha gracia cuando algunos me dicen que el virus no existe. Vaya, pues si fuera así, yo ya he perdido un puñado de seres queridos y no he podido estar cerca de ellos. Ayer mismo el Covid se llevó a Miguel Pereira, el custodio de las Caras de Bélmez, que nos consideraba de su familia. Le conocía desde hace 30 años y estaba el hombre débil y hospitalizado”, reconoce Iker Jiménez, que asegura además que “en este periodo que estamos viviendo, hasta he tenido que decir adiós a mis dos perros en los últimos meses, cosa que no es fácil de argumentar. Esto es absolutamente anecdótico comparado con los desastres que está viviendo la gente, pero cada uno tiene sus propias tragedias”.
Pero Iker Jiménez no quiere despedirse de la audiencia de ‘Cuarto Milenio’ con un mal sabor de boca y por eso relajó su discurso para reconocer que “así es la vida, un misterio y un enigma. La conclusión a sacar de todo esto es que debemos ser muy dichosos cuando las cosas van aparentemente normales. Nos quejamos de lo rutinario, pero, a veces, es mejor que no pasa nada, porque casi es una bendición. Tengo la esperanza de que en que en un futuro valoraremos aún más lo que ya teníamos, que era parte de nuestra vida y que era mucho más importante de lo que pensábamos. Muchos de ustedes están sufriendo sus propias peleas, batallas, soledades y tristezas, pero solo decirles que aquí tienen un equipo que, aunque contemos cosas preocupantes, lo que hay que hacer es ir con la mirada un poco más allá y seguir con esta profesión, la que amamos y la que nos salva. Estaré aquí como un clavo en siete días, porque nos debemos a vosotros por tanto que nos dais”, zanjaba Iker Jiménez para despedirse de su público, después de las despedidas más duras a nivel personal.